James Taylor

James Taylor (Boston, 1948) descuelga el teléfono de su casa en medio de los bosques de Massachusetts. Está feliz, en paz con el mundo y con la vida y eso se nota en su conversación -"No puedo creer lo afortunado que soy", dice- y en su último disco, Before This World. Es el número 27 en una carrera que ya rebasó los 50 años. El músico mira orgulloso por el retrovisor y ve una ancha y larguísima carretera -como la que aparece en la nueva "Stretch Of The Highway"- llena de canciones, viajes y personas queridas. Taylor, que conoció el éxito por primera vez en 1971 con una canción de su amiga Carole King, You've Got A Friend, sigue cantándole a los buenos sentimientos, a la naturaleza y al abismal misterio de la existencia. "The world is a wonder / of lightning and thunder" ("El mundo es una maravilla / de rayos y truenos")...



El músico dio cuatro conciertos en España en marzo, dentro de su última gira europea, pero canceló esta y otras entrevistas que tenía programadas. Ahora hablamos con él con motivo del lanzamiento internacional de su nuevo disco, y reconoce que no volverá a cruzar el océano por lo menos hasta el otoño de 2016, aunque, a sus 67 años, estar de gira sigue siendo lo que más le gusta en la vida. "Lo mejor de todo es llegar a una ciudad por primera vez y encontrar a un público nuevo. No hay nada como eso", asegura. Además, "viajar es lo que mantiene viva la llama" en su largo matrimonio con la música y le hace sentirse parte "de una gran familia musical". También se siente una especie de sacerdote, ya que sus conciertos "a veces se parecen a una misa" por el sentimiento de comunión que se genera en el público.



Before This World, que empezó a gestarse en el estudio que tiene en su granero (el mismo en el que graba sus lecciones gratuitas de guitarra). Allí se juntó en 2010 con la banda con la que lleva tocando desde los noventa: Jimmy Johnson al bajo, Steve Gadd a la batería y Dave O'Donnell a la guitarra solista. Él silbó las melodías porque aún no tenían letra. Dice que casi siempre compone así: acordes que sugieren melodías, melodías que sugieren el comienzo de una letra. "Es un proceso que no puedo controlar ni dirigir", confiesa. Pero sí propiciar: sólo necesita un largo periodo de silencio, sin distracciones. El proceso es tan "misterioso", que más que el compositor de sus canciones, Taylor se siente el elegido al que le son reveladas.



James Taylor empezó a hacer música hace unos 50 años para curarse a sí mismo. Desde entonces, como efecto colateral, ha iluminado la vida de millones de seguidores. "La música es un lenguaje humano pero también obedece a las leyes de la física. Por eso su impacto es innegable; afecta de la misma manera a todo el mundo, y quizás también a los animales y las plantas, no estoy seguro", reflexiona el músico.



Taylor es, a mucha honra, un ser de otra época en un mundo en el que todo va demasiado rápido. "Hoy es raro que la gente tenga tiempo para escuchar un disco de principio a fin. En la vida moderna somos interrumpidos a cada momento, hay demasiadas cosas que demandan nuestra atención al mismo tiempo". Por eso le gusta dar conciertos. Durante las tres horas que suelen durar, la gente no hace otra cosa que prestarle atención a la música y compartir esa experiencia con las personas que tienen a su alrededor. "Recuerdo que mi abuelo amaba la Novena Sinfonía de Beethoven. Ponía el disco, se sentaba en su sillón y miraba por la ventana durante todo el tiempo que duraba la pieza. Eso ya no pasa", lamenta, "aunque me dicen que en Europa los discos de vinilo se están poniendo de moda otra vez".



Demócrata y verde

"Me siento muy agradecido de que Obama me represente. Los años de Bush y Cheney fueron terribles", arguye Taylor, que ha cantado sus canciones en varios actos organizados por el actual presidente de los Estados Unidos. "Obama es el mejor presidente de los que he conocido desde Eisenhower". La última vez el músico que participó en un acto del gobierno demócrata fue en un homenaje en París a las víctimas de la masacre en Charlie Hebdo. Fue invitado a cantar por el Secretario de Estado John Kerry, aprovechando que el músico se encontraba de gira en Europa.



En Before This World, Taylor dedica una canción a Afganistán: "And after 9/11 here comes your Uncle Sam / Another painful lesson in the far Afghanistan". "América es un experimento de libertad y democracia, una misión preciosa, pero su política exterior es muy diferente. Durante la Guerra Fría apoyamos a tiranos como a Reza Pahlevi en Irán o Pinochet en Chile por cuestiones de seguridad nacional o por puro interés económico. Estados Unidos ha sido luz del mundo en muchos sentidos, deberíamos ser más coherentes con ello en nuestra política exterior", admite Taylor.



Como no podría ser de otra manera en un músico que incluye en todas sus letras alguna reverencia a la naturaleza, Taylor está también muy comprometido con las causas medioambientales y cree que la lucha contra el cambio climático y la contaminación "será un problema cada vez más grande", pero, en última instancia, "será lo único que conseguirá unir a todos los países en un objetivo común", confía el músico, que colabora activamente con el Natural Resources Defense Council (NRDC), un organismo que lleva cinco décadas luchando por el medioambiente.



@FDQuijano