Los actores de Medea, con Ana Belén en el centro.
Ana Belén en la piel de la vengativa hechicera inaugura la 61 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida con un espectáculo dirigido por José Carlos Plaza con dramaturgia de Vicente Molina Foix.
La historia de la hechicera de Cólquida comprende un acto terrible, el asesinato de sus propios hijos como venganza por el adulterio de su marido, Jasón, interpretado por Adolfo Fernández en esta puesta en escena. La crueldad de Medea, unida a la tensión dramática del texto y a la dureza de los monólogos, provoca que este mito sea uno de los más codiciados por las actrices de todo el mundo. "Hay un momento en la obra en el que Medea deja de ser madre para convertirse en mujer", explica José Carlos Plaza. "Habla consigo misma e intenta acabar con su versión tierna, delicada y maternal. Al final la mata y se rinde al sentimiento de dolor y ultraje que ha sufrido como mujer, como emigrante y como persona política".
"Medea es un personaje poliédrico, con muchas aristas", opina Ana Belén. "Y la versión de Vicente Molina Foix no pretende que compartas su manera de actuar sino que la entiendas". En este sentido es indispensable profundizar en los pormenores de su relación con Jasón, con la que Eurípides rompió en la época el equilibrio entre el mundo masculino y el mundo femenino. "Ella se enamora de Jasón, que no era un personaje importante entre los Argonautas, y lo convierte en alguien poderoso, mítico. Por eso su traición es para Medea tan intensa y por eso se va desquiciando a medida que la obra avanza", puntualiza Ana Belén.
"La traición engendra traición", comenta el director de la obra. "Y Medea la lleva al máximo como mito, a la ruptura de su propia esencia como madre". José Carlos Plaza y Ana Belén culminan con Medea, una trilogía de mujeres trágicas que tuvo sus primeros capítulos en Fedra (2002) y Elektra (2007). Para este montaje, la obra se completa con una gran puesta en escena apoyada en una potente escenografía y en la tecnología del mapping." El escenario de Mérida es enorme, inmenso. Es un monumento y te puedes hacer amigo o enemigo de él", explica José Carlos Plaza. "Hay que tratarlo con mucho cariño porque sino se puede poner en tu contra".
El reparto lo completan Consuelo Trujillo en el papel de la nodriza, Luis Rallo como preceptor y ayo, Poika Matute como Creonte, Alberto Berzal y Olga Rodríguez como corifeos, Leticia Etala como Creusa y Horacio Colomé como Jasón joven. A ellos se suman doce figurantes, entre ellos dos niños que interpretan a los hijos de Medea, las víctimas inocentes de su venganza. "Siempre trato de acercarme a los personajes sin nada preconcebido", explica Ana Belén. "Siempre es un reto porque nunca he acertado con ideas preconcebidas. Es necesario un aprendizaje y saber cuál es la visión del director".
La función de este miércoles es el estreno absoluto de esta versión de Medea. Para José Carlos plaza es un privilegio que tenga lugar en el Teatro Romano de Mérida. "Mi instinto me dice que Mérida es mi sitio, que es la esencia del teatro. El público llega feliz al teatro porque es su divertimento y, a la vez, su espejo", explica el director. "El escenario de Mérida está lleno de energía. No soy nada esotérica pero eso sí que lo siento", finaliza Ana Belén.
@JavierYusteTosi