Angela Meade, en un momento de Il Trovatore. Foto: Mario Pontiggia

La Coruña arranca su Temporada Lírica con Verdi. Il Trovatore es el plato fuerte de una programación en la que podrá verse también El castillo de Barbazul, de Bartók, y Suor Angelica, de Puccini. En el apartado de recitales, la cita gallega cuenta con el gran Leo Nucci y Ann Hallenberg.

Parece que, a pesar de ciertas previsiones pesimistas, la Temporada Lírica 2015/2016 se va a celebrar de acuerdo con las predicciones. Dos funciones de Il Trovatore de Verdi con uno de los mejores repartos que pueden encontrarse, ya que en él se dan cita algunas de las mejores voces del momento, con lo que se cumple hasta cierto punto aquella máxima atribuida a Toscanini: "Denme para Il Trovatore los cinco más grandes cantantes del mundo".



Manrico es Gregory Kunde, que ha pasado en unos años de tenor ligero a tenor spinto. La reciedumbre de su timbre, su correcta emisión, la amplitud de sus registros, sus penetrantes agudos, son ya bien conocidos en La Coruña a través de recitales y, sobre todo, de un histórico Guillermo Tell de Rossini. Completan el elenco, las también estadounidenses Angela Meade (Leonora), soprano sonora, de vibrato stretto y fúlgido metal, triunfadora en el Ermione rossiniano de la pasada temporada, y Marianne Cornetti (Azucena), mezzo de notables medios, extensa -canta también de soprano- y vigorosa. El Conde de Luna es Juan Jesús Rodríguez, asimismo conocido en la plaza, cantante algo rudo, pero de magnífica pasta baritonal, y Ferrando, el ruso Dmitri Ulyanov, de oscuro y proceloso instrumento. La producción, que se estrena, viene firmada por el generalmente muy conservador Mario Pontiggia. La canadiense Keri Lynn Wilson, que ha dirigido ya en la ciudad otros dos Verdis, Attila y Nabucco, empuña su segura batuta.



Tras este buen manjar, unas semanas más tarde, se presenta en versión de concierto el doblete El Castillo de Barbazul de Bartók/Suor Angelica de Puccini. Será Gómez Martínez, director que conoce una provechosa madurez, quien se ocupe de la dirección musical. Dispone para la primera de Ana Ibarra, que sigue con buen pie su actual carrera como mezzo, y del israelí Gindon Saks, un barítono-bajo no poco engolado pero resultón, y para la segunda de la propia Ibarra, de Barbara Frittoli, Ewa Podles, Ruth Iniesta o Alexandra Rivas. Buenos mimbres. Como lo son los solistas vocales protagonistas de la serie de recitales Grandes cantantes: el sempiterno Leo Nucci, barítono que no pierde gas, con Ramón Tébar al piano; la mezzo sueca Ann Hallenberg, hábil como pocas en el repertorio barroco, que expone un programa de lo más atractivo con arias en recuerdo de Farinelli y que cuenta con el apoyo de Christophe Rousset y Les Talents Lyriques; el tenor Ramón Vargas, voz lírica límpida de cálido timbre, que ofrece arias y canciones con el piano de Mzia Baktouridze; y la ya histórica Mariella Devia, que podrá asombrar aún hoy con su técnica acabada y a su edad en Grandes escenas de óperas de Bellini. El joven director, en permanente crecimiento, José Miguel Pérez Sierra es idóneo para el acompañamiento orquestal.



Dentro del mismo trimestre todavía hay sorpresas, como la del cantor popular Pino de Vittorio, que nos muestra, con Laboratorio 600, su peculiar manera de servir el folclore del sur de Italia; o la del barítono vigués Borja Quiza, de caluroso estilo y timbre además de un contagioso lirismo, que presenta una velada titulada Tributo a La Voz, homenaje a Frank Sinatra. Se da a conocer al tenor Diego Neira y se propone, ya en diciembre, el II Curso de Interpretación Vocal del maestro Alberto Zedda, a cuyo término se brindará un concierto. Como vemos, ofertas de manifiesto interés, que se habrán de completar con las incluidas en el Ciclo Invierno/Verano.