Especial: Lo mejor del año

Pleno de musicalidad, el director alemán abrió una nueva etapa para la OCNE. Nuestros críticos también ensalzan el aguante del Festival Turina, la comparecencia de Nelsons en Ibermúsica y la arriesgada producción de El público en el Real.

David Afkham

Orquesta y Coro Nacionales de España. Auditorio Nacional



El desembarco de David Afkham en la Orquesta Nacional remite a la venida del mesías. Por la ilusión generada. Por la larga y anhelada espera. Por su carisma para conectar con público e instrumentistas. Por las extáticas y enégicas interpretaciones de la agrupación española bajo su batuta. Tras las prolongadas negociaciones, a punto de truncarse en varios momentos, su titularidad en el podio de la OCNE se hizo efectiva en septiembre, con Mahler y su Sinfonía n°2, Resurreción, en atriles. Afkham dio prueba de su liderazgo democrático, no autoritario, que escucha al músico y lo contagia de su entusiasmo y su ambición (enormes las dos). Sólo había que verles cómo tocaban sentados sobre el borde de la silla, en tensión. Al menos serán tres años los que le tengamos aquí. Esa es la duración del contrato, prorrogable por dos más. Las grandes orquestas le sobrevuelan. Es un valor al alza en el mercado sinfónico. Pero de momento su compromiso y su romance con la OCNE parece firme. Ya lo aclaró a El Cultural en el arranque del curso: "La Orquesta Nacional es ya mi familia y mi prioridad". Le tomamos la palabra.



Festival Turina de Sevilla

Casa de Salinas, Auditorio Caja Sol, Capitanía General



El Festival Turina es una rara avis en nuestro panorama musical. Enaltece al compositor sevillano en su tierra, donde, curiosamente, no está demasiado presente. Cada dos años, su fundadora y arrostrada directora, la pianista y docente noruega Benedicte Palko, se lanza a la aventura con el fin de mantener viva su memoria. Ha de luchar con la falta de numerario, pese a lo cual ha logrado mantener la muestra con un pírrico presupuesto que en la última edición no ha superado los 31.000 euros. Sólo gracias al trabajo desinteresado de muchos voluntarios, a la colaboración de los intérpretes, algunos de ellos de primera magnitud, y a la ayuda en servicios de entidades privadas se ha podido mantener viva la llama. Hay que animar al Inaem, a la Junta de Andalucía y al ayuntamiento a que doten de más medios a una iniciativa que ha permitido este año la participación de 120 jóvenes músicos españoles y extranjeros, el desarrollo de provechosas clases magistrales y la programación de hasta doce conciertos.



Andris Nelsons

Orquesta del Festival de Lucerna. Ibermúsica. Quinta de Mahler



El letón Andris Nelsons es un director atípico, que ve la música de manera muy personal y que la traduce a partir de una mímica y una gesticulación particulares y movedizas. Practica un continuo baile de san vito, una gimnasia atosigante que conlleva inclinaciones de torso, flexiones de rodilla y balanceos constantes. Una sudorosa actividad que parece ser bien recibida por las orquestas, fieles a sus dictados, a veces cercanos a una visión bien construida pero un punto epidérmica de los pentagramas. Hoy viene aquí con todos los honores de ser el mejor director del año por haber superado esas relativas limitaciones y por haber sido el protagonista de una de las más impresionantes interpretaciones escuchadas en Madrid de la muy difícil Sinfonía n° 5 de Mahler. Todo estuvo en su sitio, engarzado, ligado, matizado, variado y coloreado, ofrecido con una brillantez extraordinaria y con una fabulosa respuesta instrumental de la Orquesta del Festival de Lucerna, heredada por vía directa de Abbado.



El público

Teatro Real. Mauricio Sotelo/Pablo Heras-Casado/Roberto Castro



Ya sabemos que Mortier no claudicaba de sus postulados operísticos sin pelearlos antes. Cuando vino a España se empeñó en levantar una ópera a partir de El público, el texto dramático de Lorca. Tan enigmático, tan contradictorio, tan surrealista, tan psicoanalítico y tan simbólico que muchos dudan de que pueda ser representado. Cuestionamiento que abona su carácter inconcluso. Esos argumentos, lejos de arredrar a Mortier, le espoleaban. Su cómplice fue Mauricio Sotelo. Era el compositor idóneo para concretar su idea original, en la que la abstracción de la música contemporánea debía albergar una veta racial flamenca. Esta última la sirvieron excelsamente los cantaores Arcángel y Jesús Méndez. Andrés Ibáñez estructuró la literalidad lorquiana para propiciar un tratamiento musical multifácetico, cuajado con fuentes muy diversas. Y Pablo Heras-Casado, muy sintonizado con la partitura, perfiló sus relieves con sobriedad y firmeza.



Lina Tur Bonet

Biber. Sonatas del Rosario. Pan Classics



La inquietud artística de Lina Tur Bonet no se ralentiza. Al contrario: crece y se adentra por rutas musicales cada vez más enrevesadas. El año pasado desempolvó varias sonatas de Vivaldi hasta entonces inéditas en el álbum editado por Pan Classics. El mismo sello lanzó en septiembre su grabación de las Sonastas del Rosario o Sonatas de los misterios, que Biber dedicó a su mecenas, el arzobispo de Salzburgo, en 1768. Un curioso repertorio al que ha de aplicarse la técnica de la scordatura: cada sonata, menos la primera y la última, debe ser ejecutada con diversa afinación. Su violín entra en estado de incadescencia y supera al de sus precedesores (Bonizzoni, Beznosiuk y Manze) en fantasía, sensualidad y libertad expresiva. Lo hace imponiendo su sello característico: criterios historicistas fidedignos y fuentes originales, aparte de una tímbrica penetrante y suntuosa. La acompaña su ensemble Música Alchemica.



Colectivo Map

Festival Jazzmadrid



El trío formado por el saxofonista Ernesto Aurignac, el pianista Marco Mezquida y el baterista Ramón Prats de- sembarcaron en el festival JazzMadrid para estrenar un proyecto en común, MAP, asentado sobre sus respectivos talentos y un temario propio. Sonaron los primeros acordes y enseguida se percibió que algo grande tenían estos chicos entre manos. El sonido general de su discurso se circunscribía a la tradición del free jazz, pero cada movimiento individual convertía la experiencia en un ejercicio de creatividad sin límites, más ajustada a los cánones de la libre improvisación. Lo suyo es una descarga de pura energía jazzística, liberada con una audacia, y una espiritualidad y una intensidad inéditas en el jazz español desde hacía muchos años. Su apuesta y su concierto, sin duda, fueron la mejor noticia en 2015 para nuestro jazz y... el de afuera, porque su música es... cósmica.



Dorantes

Paseo a dos. E-Motive Records



El pianista y compositor David Peña Dorantes, miembro de una ilustre familia de músicos gitanos bajoandaluces, es la gran figura flamenca del año 2015, tanto por sus actuaciones en nuestro país, con memorables conciertos en el Mercat de les Flors de Barcelona o en los Veranos de la Villa de Madrid, como en sus apariciones en destacados escenarios del mundo: Blue Note de Tokio, Belgrade Jazz Festival, Maison des Arts du Léman France, Red See Jazz Festival, Eliat Festival de Israel, Theatre Bulgarian Army de Sofía, Sibiu Jazz Festival de Rumanía... A todo esto hay que añadir su continua labor creativa, culminada con la publicación de su disco Paseo a dos, junto al contrabajista Renaud García-Fons, y sus colaboraciones con el grupo turco Taksim, Esperanza Fernández, Marina Heredia, El Pele o Estrella Morente, tanto en galas como en grabaciones.