La joven cantaora Rocío Márquez. Foto: Manu2010

La Fundación Juan March se pone flamenca a partir de este sábado 5. Pero sin pretensiones puristas. Más bien al contrario. En su ciclo Aflamencados despliega un programa que refleja el proceso de 'contaminación' de este arte autóctono con otros géneros, como la copla y el jazz. El concierto inaugural corre a cargo de Chano Domínguez, pianista gaditano emblema de la fusión con este último. En su recital intercalará piezas propias (Oyster lights, Refrito, Mr. Cl...) con otras del Niño Josele (¿Es esto una bulería?) o Thelonius Monk (Monk's Dream)... "No hay un momento en el que digas: voy a hacer una fusión, un jazz flamaneco. Soy un músico que ha trabajado el pop, el rock, el flamenco, el jazz, y puedo decir que de todos he aprendido algo".



El sábado siguiente (12) le tomarán el testigo a Chano Domínguez la bailaora Belén Maya, el guitarrista Raúl Cantizano y el cantante Niño de Elche, que ha figurado en todas las listas de lo mejor de 2015 por su disco Voces del extremo. Su espectáculo tendrá aire de ensayo y ofrecerán tangos, bulerías, soleas, garrotines y martinetes. Será una prueba que ponga en entredicho la presunta espontaneidad absoluta del flamenco. Bajo esa apariencia de improvisación siempre hay un trabajo duro detrás. Es muy significativa a este respecto una anécdota protagonizada por Paco de Lucía. Estaba ensayando con John MacLughlin y Al Di Meola para uno de sus conciertos y le pidieron en que en determinado pasaje debía improvisar. El guitarrista de Algeciras se quedó en blanco. Confesó que no sabía hacerlo, que todo lo hacía de memoria.



El día 19 llega la hora de Rocío Márquez, una de las jóvenes cantaoras con más proyección en los últimos años, sobre todo tras el espaldarazo de su más reciente álbum (El niño). En su concierto brindará una muestra de flamenco clásico, con un repertorio variado y representativo de las raíces tradicionales. Habrá cantes básicos que se pierden en la noche de los tiempos como la rotunda y trágica seguiriya, los rítmicos y festeros tantos, esas sentencias convertidas en música que son los fandangos o las alegres e inesperadas cantiñas de Cádiz. También escanciará grandes creaciones como la malagueña, atribuida a Enrique el Mellizo, y cantes 'ropados' a la música suramericana como las guajiras o la milonga, que los flamencos hicieron suyos en su día. Le acompañará a la guitarra el jerezano Alfredo Lagos.



El 2 de abril cierra el ciclo la guitarra de Carles Trepat, en un programa consagrado a los vasos comunicantes entre flamenco y copla, donde saldrán a relucir títulos como el Pregón de las flores, Sin estrella y sin cielo, Las morillas de Jaén, Los peregrinitos, Nana de Sevilla, El día que nací yo, Tatuaje, La zarazamora... Muchas de ellas conforme a los arreglos del propio Trepat, que funde copla, flamenco y guitarra clásica con rigor y honestidad. Esta serie de canciones subrayan la cercanía de ambos géneros. Así ha quedado claro gracias artistas como Juanito Valderrama, que procediendo en origen del flamenco es ha pasado a la posteridad por su interpretación de coplas. Hoy siguen esa estela híbrida cantaores como Miguel Poveda o Estrella Morente.