Gorka Mínguez y Lola Baldrich en La guerra del sofá. Foto: Sergio Mínguez.
Discutir es inevitable en el terreno conyugal. Si no existen motivos de peso para la pelea, afloran los asuntos más nimios de la vida cotidiana para iniciarla. El mando de la tele, el hedor de la basura sin bajar, los descuidos, las desatenciones... Estas pequeñas fallas centran el argumento de La guerra del sofá, una comedia interpretada y dirigida por Gorka Mínguez y Lola Baldrich que llega este jueves al Pequeño Teatro Gran Vía de Madrid tras estrenarse en varios escenarios del País Vasco, Navarra, Castilla-La Mancha y Castilla y León.La obra se basa en un libro homónimo del escritor, periodista, crítico y guionista de cine Manuel Hidalgo, publicado en el año 2000 y compuesto por 24 discusiones maritales en forma de diálogo y un par de ensayos de corte humorístico. Su autor sostiene que, en el ámbito de la pareja, la guerra no es antónimo del amor. "La discusión mantiene unida a la pareja, al menos provisionalmente. Para discutir tienes que tener interés por el otro, estar con el otro, aunque en ese momento estés contra él. Es una paradoja: la discusión es prueba de fisura y a la vez de unión. Cuando llega la indiferencia absoluta, el desdén y el menosprecio del otro, es cuando dejas de discutir y cuando llega el fin del amor".
Hoy estamos saturados de "matrimoniadas" ramplonas en la televisión, pero los textos de Hidalgo, anteriores a todas ellas, "tienen un tono más culto y elevado", en palabras de Baldrich. "Podemos hablar de quién cambia el rollo de papel higiénico pero lo hacemos con un lenguaje muy bonito y muy preciso".
El autor reconoce que los diálogos son su punto fuerte. Son ingeniosos a la par que realistas, porque "cuando discutimos se nos dispara el ingenio, nos sale un aguijón que nos pone por encima de nosotros mismos y nos vuelve más ocurrentes para zaherir y para defendernos. Por eso el público no solo se ríe por la propia hilaridad que provocan los diálogos, sino porque se sienten identificados con el contenido de esas discusiones".
Para escribir, Hidalgo se inspira en la comedia americana y en la española. "Me gustan mucho los diálogos vertiginosos entre Katharine Hepburn y Cary Grant, los de La extraña pareja, los de Woody Allen", afirma. Todo eso, mezclado con el absurdo de Jardiel Poncela y de Mihura da como resultado el estilo del autor.
El tono sofisticado y mordaz, junto con las constantes rupturas de la cuarta pared al estilo stand-up comedy, son los que hacen singular a esta obra según Gorka Mínguez, que ya interpretó la obra como alumno del Aula de Teatro de la Universidad del País Vasco. Allí lo hizo a las órdenes de Carlos Panera, autor de la adaptación en la que se basa esta y que después de montar la obra en la universidad lo hizo con su compañía, el veterano grupo de teatro independiente Maskarada. Aquella versión contaba con cuatro parejas, mientras que Mínguez y Baldrich han reducido los personajes a dos. La obra estará un mes (prorrogable) en Madrid y luego podrá verse en la Semana Grande de Bilbao antes de emprender una gira por otras ciudades.
@FDQuijano