Image: LCD Sound System arrasan en la primera noche del Primavera Sound

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LCD Sound System arrasan en la primera noche del Primavera Sound

3 junio, 2016 02:00

LCD Sound System

La leyenda de la banda se compone de solo tres álbumes oficiales y un montón de hits y Vince Staples eofrece un contundente y enloquecido show como si estuviera poseído por el demonio

Cinco años después de anunciar su separación, LCD Soundsystem, o lo que es lo mismo, James Murphy y Tim Goldsworthy reaparecieron el jueves en loor de multitudes en el escenario grande del Primavera Sound con un concierto de casi dos horas que desató la euforia en el Parc del Fórum. Han pasado diez años desde que ambos lideraran esa escena punk funk neoyorquino (¡qué tiempos!) de la que también formaban parte bandas como The Rapture y si los pantalones de pitillo siguen de moda, lo suyo fue llegar y comerse el Festival. Eran siete en el escenario y la conocida mezcla entre electrónica y rock funcionó de maravilla no solo como si no hubiera pasado el tiempo, sino como si hubieran aparecido ayer mismo. Y eso que James Murphy, inamovible, es quizá el frontman menos glamouroso del mundo con su aspecto de simpático fontanero del barrio.

La leyenda de LCD Soundsystem se compone de solo tres álbumes oficiales y un montón de hits como I Can Change, Losing My Edge o All My Friends que sonaron como himnos en un espectáculo audiovisual que recordaba a las esculturas audiovisuales de Nam June Paik. Pocas veces, o nunca, el espíritu de rock de vanguardia de Sonic Youth se junta felizmente con la electrónica o incluso el house y el techno. Dicen que publican nuevo disco y será un acontecimiento. Por cierto, también esperamos noticias de su famoso proyecto con el cineasta francés Jacques Audiard, puede ser épico.

Kevin Parker y sus Tame Impala ya actuaron en el Primavera Sound hace un par de años y desde entonces han cambiado dos cosas. Una, han sacado un nuevo disco, el espléndido Currents, y otra, Kevin Parker está más contento. Si entonces tenía una cara de mustio que daban ganas de subir al escenario a darle un abrazo (Parker, tan sensible y sentido, es un hombre muy abrazable) ahora todo es alegría, sonrisas y canciones una detrás de la otra en la que nos cuenta que ha cambiado (Yes I am Changing), que uno tiene que mirar para adelante (Let it Happen) o que "sé que voy a ser feliz" en Eventually. Andaba Parker todo sonrisas y psicodelia happy cantando precisamente Eventually cuando se fue el sonido y parte del público. Pero era una noche para estar contento y los australianos volvieron para rematar su concierto.

Sobre Air hay que decir una cosa, no se sabe muy bien si es que se les ha acabado la inspiración y después de dos obras maestras como Moon Safari (1998) y 10000 Hz Legend (2001) no se les ocurren nuevos temas (o muy pocos) o qué demonios pasa pero ayer dieron un concierto memorable visualmente sobrio y musicalmente ampuloso en el que sonaron a gloria celestial. Muy elegantes y comedidos ambos, Nicolas Godin y Jean Benoit Dunckel tocaron todos sus clásicos sumergiéndonos en un universo elástico y profundo en el que el pop electrónico parecía caminar hacia nuevas cotas.

El rapero de Los Angeles Vince Staples es la nueva sensación del hip hop y no es por casualidad. Contundente y enloquecido como si estuviera poseído por el demonio, el artista presentó un show magistral en el que logró en directo transmitir la misma sensación de calle, peligro, deseo y ciudad que transmite su EP y su debut. Viendo y escuchando a Staples contar sus crónicas urbanas de "nigga" en Los Angeles (la policía, las facturas sin pagar, la pobreza y las drogas) uno podía cerrar los ojos e imagianrse que estaba en el mismo barrio de Long Beach en el que han nacido sus canciones. Claro que si uno cierra los ojos se pierde a un showman de campeonato cuyo baile frenético era sencillamente lo más moderno que se pueda imaginar. Canciones como Lift me Up o 65 Degrees comienzan a tener áurea de clásicos.

El proyecto de Sam Shepherd Floating Points es el clásico que encanta a los críticos. El DJ acaba de presentar Elaenia, un disco en el que fusiona jazz con electrónica y rock y en directo estaba acompañado por una banda de virtuosos. Suenan parecidos a Tortoise y aunque la calidad de los músicos era indiscutible así como el buen gusto, daba la impresión de que a lo has escuchado antes. El productor y DJ escocés Hudson Mohawke es un chaval de 30 años con un talento impresionante y su DJ set de electrónica cerró el festival por todo lo alto.