En la ópera confluyen muchas artes, pero en segundo plano queda siempre una labor fundamental para que esa "obra de arte total", como la definió Wagner, cobre vida: nos referimos a los utileros, un conjunto de artistas que dominan toda una serie de disciplinas que van desde la carpintería a la escultura o la pintura, pasando por la electricidad o la ingeniería mecánica y que son los encargados de construir o adaptar todos los objetos y enseres que aparecen en escena.
El Cultural ha querido conocer más a fondo la labor de estos creadores visitando el taller de utilería del Teatro Real, el coliseo donde se producen algunos de los espectáculos más asombrosos de nuestro país desde el punto de vista escenográfico. Allí hemos visto cómo un simple boceto se convierte en un guantelete gigante para la producción de la ópera El emperador de la Atlántida, compuesta por Viktor Ullmann en el campo de concentración nazi de Terezin y que se estrena este viernes, 10 de junio.
"Hay que tener muchos conocimientos técnicos y artísticos, porque muchas veces tenemos que hacer tangibles ideas que se expresan en un papel", explica el jefe del Departamento de Utilería del Teatro Real, Álvaro Aguado. "Hemos construido de todo: coches, barcos, camiones, y hasta un robot que andaba mediante control remoto".
En el caso del guante gigante, el plástico cobra apariencia de metal brillante y con leves marcas de óxido. Otro de los elementos escénicos de El emperador de la Atlántida, es la puerta de una gran caja fuerte realizada en madera y con un acabado semejante al hierro. "Esa es la magia del teatro, hacer que las cosas parezcan lo que no son", opina Azucena Fernández, miembro del equipo. Su compañero Pablo Gómez nos enseña paso a paso el proceso de fabricación de estas piezas y Daniel Nicolay nos abre las puertas del almacén, donde miles de piezas de atrezo utilizadas en producciones anteriores esperan su turno para volver a salir al escenario algún día.
@FDQuijano