Nuevas manos para Mahler
Imagen de una de las 232 páginas de La Segunda Sinfonía de Gustav Mahler
Es la primera vez que se subasta la Segunda Sinfonía, Resurrección, del compositor que ha permanecido en manos de un empresario americano.
Las páginas de la Sinfonía, premiada en Berlín en 1895, contienen una obra monumental que mantiene en tensión durante 90 minutos a una orquesta de 90 integrantes, una soprano, una solo alto, un coro y un órgano. Se trata de una de las composiciones más largas y accesibles entre las creaciones de Mahler. "Ninguna composición completa de Mahler, escrita a mano por el compositor, ha sido ofrecida en una subasta antes y probablemente ninguna volverá a ser ofrecida de nuevo. Esta es una oportunidad única de adquirir un manuscrito de importancia histórica excepcional", ha dicho Simon Maguire, especialista en libros y manuscritos de Sotheby's.
El empresario Gilbert Kaplan con el manuscrito de Gustav Mahler
Esta composición marca la primera vez en la Mahler se enfrentó la vida y la muerte, temas característicos de sus obras. Escrito de puño y letra del músico, el manuscrito se encuentra inalterado (incluye modificaciones, anotaciones, supresiones) en color azul y se mantiene con la forma en la que él lo dejó. Refleja y revela, de esta manera, el proceso de creación del artista. La mujer del compositor, Alma Mahler, entregó estas páginas a Willen Mengelberg, amigo de él, en 1920.Cuando el 1965 el empresario vivió por primera vez la experiencia de La Resurreción de Mahler salió del recinto diciendo que "Zeus ha enviado un rayo. Soy otra persona". Más tarde añadiría que los brazos de la Segunda de Mahler le atraparon y señaló en el Boston Globe que nada antes le había puesto en órbita como aquella experiencia. Casi obsesionado con la composición trabajó para entender, desde el principio, cómo conducir una obra y esto llevó a Kaplan a escuchar la pieza en directo más de 100 veces en diferentes lugares del mundo. Pero en su afán de intensificar la experiencia la adquisición en 1984 del manuscrito fue la culminación de una obsesión.