Goran Bregovic
A raíz de aquello Goran Bregovic (Sarajevo, 1950), el músico más famoso de los Balcanes, decidió dedicar un disco a los gitanos (Champagne for Gypsies, 2012) para reivindicar su dignidad y la importancia de su influencia en la cultura europea. Para ello llamó a algunos de sus artistas favoritos de origen gitano, como los conocidísimos Gypsy Kings, franceses de abuelos españoles huidos durante la Guerra Civil, o el ucraniano Eugene Hütz, compositor y cantante de la banda de gypsy punk Gogol Bordello, afincada en Nueva York. "Los gitanos han dejado una huella muy grande en la cultura, desde Django Reinhardt hasta Charlie Chaplin o Elvis Presley, ya que ambos tenían sangre gitana", explica a El Cultural el músico, que dará un concierto en el Teatro Circo Price de Madrid este jueves, 28 de julio.
Le acompañará su habitual banda de metales, la Weddings and Funerals Orchestra. "La llamé así porque los viejos músicos de los Balcanes tocaban tanto en bodas como en funerales. Era costumbre que se tocara la música favorita del fallecido, y esta podía ser incluso alegre. Al principio le pusimos ese nombre un poco de broma, pero me gustó y lo dejé". Junto a ellos estarán también dos cantantes búlgaros. Entre todos darán un repaso al repertorio de Bregovic, especialmente a sus canciones que aparecen en la banda sonora de las películas de Emir Kusturica, las de su ópera Karmen With A Happy End, las de Champagne for Gypsies y "probablemente, algunas canciones de adelanto del próximo disco". Entre las del último tocarán también las dos que grabó con los Gypsy Kings: "Las haremos en español; el acento será terrible, por supuesto, pero haremos lo que podamos", advierte Bregovic.
En Europa, aparte del flamenco, la música balcánica es la que más influencias ha tomado de los gitanos. "Es muy difícil separar la música de los Balcanes de la música gitana, que es la más moderna de mi tierra porque los gitanos tienen que tocar para sobrevivir", opina Bregovic. "Por otra parte, es difícil decir cuál es el rasgo común a todas las músicas gitanas, ya que el flamenco es muy distinto de la música de los gitanos de Rusia. Quizá el elemento que comparten es el inexplicable talento de los gitanos para hacer música".
Controvertido por sus esporádicas declaraciones políticas y por su postura prorrusa (por ejemplo, dio un concierto en Crimea en 2014, días después de que fuera ocupada por Rusia, lo que le granjeó numerosas críticas), Bregovic es hijo de la compleja historia reciente de los Balcanes y del mestizaje que representó la vieja Yugoslavia antes de su desmembración poscomunista. Su padre era croata y su madre serbia, nació y se crió en Bosnia y está casado con una musulmana. Por eso él se sigue considerando yugoslavo, una nacionalidad extinta y "que mucha gente echa de menos", asegura, aunque desde un punto de vista más sentimental que político.
Por si fuera poco, su propia biografía ha sido de todo menos convencional. Sus padres se divorciaron cuando él tenía diez años debido al alcoholismo de su padre. Quiso ser músico desde muy temprana edad pero le expulsaron de su primera escuela de música acusándolo de vago y de falta de talento. Por entonces tocaba el violín. Luego se pasó al bajo y tocó en varias bandas que formó con compañeros de institutos y escuelas de oficios por las que pasó. Más tarde su madre le convenció para dejar la música y tener "una profesión normal", pero pronto volvió a su verdadera vocación: "Estudié filosofía y se supone que iba a ser profesor de filosofía, aunque en aquella época eso significaba enseñar el marxismo. Pero escapé de ese destino y me convertí en una estrella del rock and roll a los 23 años", recuerda Bregovic. Se refiere al éxito que alcanzó con Bijelo Dugme (que significa "botón blanco"), la banda de rock más importante de los Balcanes en aquellos años. Como ha contado en entrevistas anteriores, su fama fue tan grande que llegaron a tocar en privado para el mismísimo Tito, que les mandó llamar porque su nieto no dejaba de canturrear una de sus canciones. Pero el concierto duró apenas unos segundos, aquel ruido era demasiado para los oídos del mariscal yugoslavo.
Bregovic no tiene reparos en reconocer que añora muchas cosas de aquel régimen, aunque por su fama y fortuna él no fuera precisamente el típico súbdito. "Tito fue un fenómeno en la historia de la política, uno de los mandatarios más importantes de su tiempo aunque dirigiese un país tan pequeño. Nunca había pasado algo así en política, que siempre se rige por la cantidad de poder que ostenta cada uno. Fue probablemente el único buen político que hemos tenido en Yugoslavia. Es una pena que fuera comunista, si hubiera instaurado una socialdemocracia habría terminado siendo recordado mejor por la Historia". Acto seguido Bregovic traza algunas de las contradicciones de aquel régimen: "Aunque fuéramos comunistas estábamos mejor que Rusia y el resto del bloque del este. Todos los niños iban a la escuela, todo el mundo tenía seguridad social y trabajo, y había más igualdad, aunque con un poco de pobreza".
Bregovic conocía a Kusturica porque también era de Sarajevo, "y en Sarajevo todo el mundo se conoce". Empezó a colaborar con él en la banda sonora de sus películas "por amistad". "Cuando hice mi primera película con él, Tiempo de gitanos, yo era la mayor estrella de rock de mi país. Y las estrellas no hacen música para películas porque no dan suficiente dinero ni gloria. Pero cuando empezó la guerra fue el único trabajo que me ofrecieron durante algunos años. Ahora no creo que vuelva a hacer películas, aunque pienso que mi música es como una banda sonora en mi cabeza y me gusta imaginar que también lo es en la cabeza de mis seguidores".
@FDQuijano