Representación de Los Pelópidas en el Teatro Romano de Mérida. Foto: Jero Morales

El Festival de Mérida apura sus últimos días con su sexto y penúltimo estreno, Los Pelópidas, de Jorge Llopis, una comedia satírica sobre los mitos griegos que celebra su 50 aniversario.

El 11 de junio de 1966 el dramaturgo Jorge Llopis estrenaba en el Teatro Bellas Artes su obra Los Pelópidas entre las carcajadas y los aplausos del público. Desde entonces han pasado 50 años, y qué mejor motivo para recuperar y homenajear a esta sátira que caricaturiza la comedia griega que el Festival de Mérida. Este ha sido el pensamiento del director Esteve Ferrer, que junto a la compañía extremeña Suripanta Teatro se ha decidido a abordar el montaje de Los Pelópidas. "Esta obra es una de las piezas más representadas por el teatro aficionado y docente, pero tras la muerte de su autor (en 1976) cayó en el olvido y es prácticamente desconocida para el gran público". Una deuda que se quiere saldar con su representación en un festival y un escenario de proyección internacional como es el de Mérida.



Desde esta noche hasta el domingo 21, el Teatro Romano de la capital extremeña acoge esta gran comedia, caricatura de la tragedia griega que bebe de los grandes modelos del género. Para generar la hilaridad, Llopis recurre al tono paródico, al verso y a los enredos. El resultado es una obra divertida, irónica, desmitificadora y disparatada en la que tienen cabida muchos de los personajes arquetípicos de las grandes tragedias, como el ídolo traicionado, la reina infiel, el rey usurpador, el filósofo consejero o la pitonisa fúnebre."Llopis nos ofrece una revisión personalísima de los dramas griegos, construyendo una sátira desmitificadora, alegre, irónica, jocosa, maravillosamente disparatada, mostrándonos, desde una perspectiva muy distinta, a través del humor más sano, algunos de los héroes, historias, conflictos y situaciones por todos conocidos de las grandes tragedias griegas", explica Ferrer.



Simón Ferrero como el usurpador Phideos junto a Paca Velardiez como Elektra

La obra recrea la última parte de la Odisea, con el regreso al hogar de Ulises y su enfrentamiento con los pretendientes de su esposa. Comienza cuando Ántrax, rey de Tebas, después de muchos años guerreando valientemente en la Guerra de Troya, regresa a su tierra de riguroso incógnito, acompañado de su fiel consejero y pensador constante, Faetón de Estraza. Allí se encuentra que tanto su trono como su mujer (Elektra), han sido usurpados por un extraño llamado Phideos, que gobierna con clamorosa incompetencia. Tebas, una ciudad hermosa, bendecida por los dioses con su clima, sus fiestas, su cultura, su riqueza, cae en la más profunda de las miserias, se suceden sequías. Bajo este panorama, Ántrax intentará recuperar el trono y poner cada cosa en su sitio, pero esa empresa presenta muchas dificultades, pues cuando parece que las aguas vuelven a su cauce entrará en juego un inoportuno mensajero que convertirá la trama en el incesto criminal más enrevesado, embarazoso e imposible que pueda imaginarse.



La pieza, escrita en verso, incluye la aparición de los dioses para inmiscuirse en los asuntos de los mortales; el efecto del Destino sobre los protagonistas; la intervención de un coro de estatuas que cobran vida para representar la voz del pueblo, todo ello con el propósito definido de desmitificar a los grandes héroes y los profundos conflictos humanos. "Esta "hílaro-tragedia", como fue definida por su autor, consigue darle la vuelta a los clásicos porque no existe mejor comedia que reírse de las tragedias clásicas. Es una gamberrada absoluta donde el poder de la palabra busca la diversión", asegura el director. Diversión que nace de la intención del autor, que nos acerca a estos personajes, los humaniza y los hace cotidianos para que el público que se sienta identificado con ellos desde el primer momento.



Paca Velardiez en el papel de Elektra junto a su marido el rey Ántrax, interpretado por Pedro Rodríguez

"Al igual que Pedro Muñoz Seca, que con su hilarante La venganza de Don Mendo diera una completa vuelta de tuerca a los lacrimógenos dramas históricos, Jorge Llopis en Los Pelópidas hace lo mismo con los acongojantes y dolorosos dramas griegos y consigue una de las obras más juerguistas y representativas de este peculiar género", explica Ferrer, que a pesar de haber dirigido ya dos comedias en este teatro, Rómulo, en 2005, y Las Tesmoforias, en 2013, confiesa que siente gran nerviosismo y expectación por estrenar esta obra en el Romano. "Sé que tengo algo muy bueno pero como todavía no está aprobado del todo porque falta el público, me invade una mezcla de nervios, ansiedad e histeria que hace tiempo que no tenía, y eso es muy satisfactorio". La identificación con el escenario es total, pues para realizar la escenografía Ferrer se ha inspirado en el funcionamiento de los teatros romanos de la antigüedad, tratando de rescatar todos los elementos posibles y creando, a partir de ahí, "este juguete escénico absolutamente integrado como homenaje a las piedras que lo acogen y que se convierte en un protagonista más de la función", en palabras del director.



En cuanto a la adaptación del texto, corre a cargo de un viejo conocido del festival emeritense, Florián Recio, que ha creado una versión actualizada del texto original. "Se ha tratado de universalizar, más que de hacerla contemporánea, y de acercarla al público actual". El escritor ha reconocido que esta adaptación ha sido "la más difícil" de las que ha hecho para el festival, ya que las anteriores, Los Gemelos y El cerco de Numancia, eran adaptaciones de obras con lenguajes "muy lejanos" en el tiempo, mientras que Los Pelópidas se encuentra "muy ligada" a los años 50 y 60, por lo que le ha costado trabajo "traer la obra a la actualidad manteniendo el ripio". A su juicio, Llopis fue "el inventor del scary movie (películas que se burlan de grandes éxitos) y lo hizo con Agamenón, Edipo Rey o Escipión, que sacan lo griego más trágico y lo convierte en caricaturas", por lo que él ha pretendido mantener "ese espíritu gamberro, pero en versión extremeña".







Pero el de la obra no es el único aniversario inscrito en este montaje. La compañía que da vida a los personajes, Suripanta Teatro, una de las agrupaciones teatrales más longevas y reconocidas del panorama escénico regional, celebra su 30 aniversario, algo que por desgracia no es muy habitual, estrenándose en este festival. El elenco de personajes lo conforman 8 actores, todos extremeños y con una larga trayectoria teatral: Pedro Rodríguez en el papel de Ántrax, Paca Velardiez en el de Elektra, Simón Ferrero interpreta a Phideos y Arsinoé, Juan Carlos Tirado a Faetón de Estraza, Eulalia Donoso se mete en la piel de Yocasta, Jesús Martín Rafael en el del mensajero y Zeus, Ana García será Menestra y Eva Gómez, Creosota. Estos últimos 5 actores forman también el coro. La iluminación ha sido diseñada por Juanjo Llorens, la escenografía es obra de Ana Garay y el vestuario corre a cargo de Maite Álvarez.



A falta de dos semanas para que finalice la 62° edición, la dirección del Festival de Mérida ha decidido que sean las compañías extremeñas las encargadas de poner el broche de oro de la cita dramatúrgica, que se cerrará definitivamente con la representación de la obra Marco Aurelio entre los días 24 y 28 de este mes.