Cada mañana, cuando Nick Cave se levanta y se mira en el espejo, se da cuenta de que todo sigue igual. Por fuera sigue siendo el mismo. El mismo cuerpo, la misma imagen, el mismo talento. A través de la ventana ve todo seguir su curso. En el reflejo que desprende su espejo se reconoce a sí mismo pero por dentro algo ha cambiado drásticamente y para siempre. Siente que algo se ha roto y que es irreparable. El dolor se ha apoderado de él. Como un vaso de cristal que cae al suelo y se quiebra en mil pedazos. Irreparable. "La persona que hay dentro de esa piel es una persona diferente", afirma el músico australiano en One More Time With Feeling, que se ha convertido en antídoto y testimonio de un dolor inclasificable.

"La mayoría de nosotros no queremos cambiar, quiero decir, ¿por qué deberíamos hacerlo? Lo que hacemos es modificar el modelo original. Pero qué ocurre cuando pasa algo catastrófico y te cambia. Pasas de ser una persona conocida a una persona desconocida", asegura Cave en One More Time with Feeling. La catástrofe a la que se refiere el músico es la muerte de su hijo Arthur de 15 años el pasado año tras caerse por el acantilado de Brighton (Inglaterra) tras consumir LSD. Aquel fue el gran mazazo de la familia Cave pero el australiano no abandonó su trabajo.

Es más, la película rodada por el director Andrew Dominik no es un recorrido sobre la trayectoria del músico. La idea principal de esta grabación es capturar el proceso de producción del decimosexto álbum de The Bad Seeds, Skeleton Tree, en un momento de duelo. La idea fue del propio Cave y en lo que dura la cinta no cabe un segundo de actuación. Tampoco había un story board trazado de antemano. Dominik, amigo también del compositor, pasó diez días grabando con su cámara lo que veía en el estudio de grabación. El dolor lo encubre todo y la música hace el resto.

Y el resultado es un largometraje dirigido a los melómanos y seguidores de Nick Cave. Rodado íntegramente en blanco y negro, cada segundo filmado es una lágrima que brota, un verso que hiela, una estrofa que quiebra y agrieta el corazón. Pero también una manera de adentrarnos en su nuevo trabajo, Skeleton Tree, que se publica este viernes, un álbum que a pesar de todo quiere sentirse como la superación de un luto desgarrador.

"Con mi voz te estoy llamando". La voz de Nick Cave sigue hablando con su hijo Arthur. Y su voz nos llega para decirnos que el duelo, el luto no ha acabado. Pero, como dice en el filme, ha decidido, o al menos va a intentarlo, ser feliz. Aunque, quizá, el luto nunca acabe.

@scamarzana