Image: El mundo del teatro despide a Nieva

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Escenarios

El mundo del teatro despide a Nieva

Autores y directores enmarcan con sus palabras la importancia del dramaturgo en la escena española y lamentan la falta de reconocimiento oficial a su obra

11 noviembre, 2016 01:00

Un momento del montaje de Salvator Rosa que estrenó el CDN en 2015

Un hombre de teatro total

Ernesto Caballero, dramaturgo y director

Nieva ha sido un hombre de teatro total. Hizo vanguardia de la tradición y tradición de la vanguardia. Creó un mundo singular y personal que arranca de un surrealismo sui géneris y que se remonta a nuestros clásicos. Su prosa florida y barroca, él mismo lo dijo, bebía de la de Moratín y de esa prosa límpida del siglo XVIII. Cuando regresó a España en los 70, provocó una conmoción en nuestro teatro con el montaje de El combate de Ópalos y Tasia y otras obras suyas. Fue mi profesor en la RESAD y me inicié en esta profesión en 1977 con el montaje de su versión de La paz de Aristófanes. Me ha marcado muchísimo tanto en cuestiones de dramaturgia como de escenografía. En el CDN estrenamos en 2015 su obra Salvator Rosa. La voz de Paco debería estar entre las primeras en nuestros teatros públicos.


De Calderón a las vanguardias

Juan Carlos Pérez de la Fuente, director

Nieva ha sido una voz única, durante mucho tiempo la más joven del teatro español. Esa voz bebió de Calderón, Quevedo, pasa por Valle y se reboza en las vanguardias de París de los años 50. Debería ser un autor de repertorio pero lamentablemente está todavía por descubrir. Así somos. No basta con poner a los teatros y los colegios el nombre de los autores, también hay que representarlos. Yo fui alumno suyo en la RESAD, cuando estaba en la plaza de Isabel II, años 80. Recuerdo que el último día del curso hicimos una fiesta. Y yo le dije: "Cuando llegue a dirigir un teatro público, lo primero que haré será montar Pelo de tormenta". Y así lo hice cuando me puse al mando del CDN. La estrenamos en 1997 y él confesó que ese montaje fue su gran éxito, una afirmación que me honra porque yo era un mero alevín suyo. Creo que es el momento de recuperar Pelo de tormenta.


Un olvido indignante

Ignacio García May, dramaturgo

Tuve a Francisco Nieva como profesor cuando era un chaval en la RESAD. Después lo he tratado en estrenos y en otras muchas ocasiones y en la época en la que yo fui director de la escuela le pusimos su nombre a un aula. Pero hoy no me apetece hablar de todo eso, estoy cansado de un país en el que hay que esperar a que alguien se muera para hablar de él. Nieva debería ser continuamente revisado en nuestro teatro, si tuviéramos teatro. Pero no lo tenemos, lo que tenemos es un circo en el que lo que prima es siempre la novedad, lo que está de moda. No tenemos conciencia de tradición. Hoy lo que merece Nieva es un respetuoso silencio.


Montaje de Tórtolas, crepúsculo y... telón que el propio Nieva dirigió en el CDN en 2010


La libertad creadora

Paco Azorín, director

Nieva es una figura fundamental del siglo XX, con una longevidad creativa admirable: ha estado escribiendo hasta el final. Es cierto que su estilo escenográfico no ha influido directamente en el mío. Él fue muy barroco, acumulativo. El ornamento era todo para él. Tenía esa veta esperpéntica de Valle. En cambio yo he seguido una línea más minimalista. Pero aparte de esta distancia, a mí es una figura que me fascina por absoluta libertad creadora, que es un ejemplo para las generaciones jóvenes. Ha navegado siempre a contracorriente para acuñar su propia personalidad y no se ha dejado condicionar ni en la escritura ni en la dirección. Siempre ha ido a su aire.


Merecedor del Cervantes

Ignacio Amestoy, dramaturgo y director

Francisco Nieva es una figura principal no solamente en el ámbito de la escena, sino también en el de las artes. Por otra parte pienso que es uno de nuestros autores literarios que tendrían que haber ganado el Premio Cervantes. El mundo cultural no ha sido muy generoso con él, y tampoco lo ha sido con el teatro. Que sólo Buero haya ganado el Cervantes nos indica un poco la mirada reducida que tiene el mundo cultural con relación a nuestro teatro. Nieva abrió campos que no se habían escrutado en la dramaturgia española. Tiene dos piezas fundamentales: Pelo de Tormenta, que fue maravillosamente puesta en escena por Pérez de la Fuente en el CDN, es una prospección en el universo español; por su parte, Nosferatu tiene un carácter más global, es la visión de un autor español dentro del entramado europeo como nunca antes se había hecho, y fue puesta en escena de manera lúcida por Guillermo Heras. Nieva, Buero, Arrabal y Sastre forman un auténtico póquer de teatro realista e imaginativo.


Responsabilidad heredada

José Manuel Mora, dramaturgo

Francisco tenía una imaginación que echo en falta en el teatro contemporáneo y una capacidad impresionante para revisitar el barroco. Otro rasgo hermosísimo de su escritura es la plasticidad del lenguaje, que estaba presente incluso en las acotaciones, un elemento que los escritores de hoy hemos abandonado un poco porque lo dejamos en manos de los escenógrafos y directores. También nos lega su gran sentido del humor. Coincidí con él un par de veces, una de ellas cuando yo trabajaba en el CDN como ayudante de Gerardo Vera y el dirigió su Tórtolas, crepúsculo y... telón, pero me he relacionado con él sobre todo a través de sus textos. La carroza de plomo candente fue una de las obras que me hizo dedicarme a la escritura. Ahora es nuestra responsabilidad tomar el testigo. Esa es la gran pregunta, qué hacemos ahora nosotros con todo ese legado que nos deja Nieva.