Carminho

La fadista Carminho (Lisboa, 1984) ha cruzado varias veces el charco hasta el país hermano varias veces para grabar con artistas como Chico Buarque o Caetano Veloso. "Estos encuentros siempre pasan de artísticos a personales cuando son verdaderos y empáticos", opina la cantante. Después de las sesiones de grabación organizaban cenas que acababan en "cantorías" hasta altas horas de la noche y, en una de ellas, compartida con la viuda de Tom Jobim, esta le propuso a Carminho que grabara un disco con las canciones del músico, padre de la bossa nova junto a Vinícius de Moraes, João Gilberto y otros autores.



Carminho pensó que la propuesta era una de esas ideas inspiradas por la camaradería nocturna que se desvanecen al alba. Antes de despedirse en el aeropuerto, el hijo de Jobim, Paulo, le dio el repertorio de su padre: más de 250 canciones. La cosa iba en serio.



El resultado es Carminho canta Tom Jobim, un disco con 14 canciones entre las que hay grandes éxitos del brasileño, como Wave, a las que Carminho ha vestido con el aire de fado que brota de su voz. "En este disco no se mezclan los dos géneros, pero el fado me enseñó a cantar y a interpretar las letras, de modo que es inevitable para mí que esté presente en este disco. Si no lo hiciera así, no sería yo", explica. "La bossa nova y el fado son géneros muy distintos, pero tienen en común la melancolía. Lo que pasa es que los brasileños son más alegres y más leves que los portugueses".



La banda con la que ha grabado el disco es la misma que acompañó a Tom Jobin en los últimos años de su carrera, la Banda Nova, de la que forman parte su hijo Paulo, al violín, y su nieto Daniel, al piano. "Habría sido muy difícil hacer este disco sin estos músicos. Ellos me han guiado y he aprendido mucho con ellos. Ahora soy una cantante mejor", señala Carminho. También participan en el disco Chico Buarque, en Falando de amor; Maria Bethânia, en Modinha; Marisa Monte, en Estrada do Sol; y la actriz Fernanda Montenegro, que al principio de Sabiá recita un fragmento del poema Canção do Exílio, de Gonçalves Dias.



Dice la cantante que su hermanamiento con estos artistas brasileños no es representativo de la relación entre las escenas musicales de Portugal y Brasil: "Ahora hay un mayor acercamiento, pero hace unos años no existía. Ocurre como con España y Portugal, estamos muy cerca y a la vez muy lejos, pero los artistas trabajamos para quebrar esas distancia".



Fue un proceso difícil elegir estas canciones, explica Carminho. Pidió ayuda a Paulo Jobim y a Chico Buarque y para elegir las definitivas tuvo muy en cuenta su adaptación del acento brasileño al portugués. Para ella, la más especial del disco es O que tinha de ser, que por su significado decidió dedicarla a Jobim, "uno de los cuatro o cinco mayores compositores del siglo XX, con un lenguaje único que ha inspirado al mundo entero".



O que tinha de ser

Porque foste na vida

A última esperança

Encontrar-te me fez criança

Porque já eras meu

Sem eu saber sequer

Porque és o meu homem

E eu tua mulher



Porque tu me chegaste

Sem me dizer que vinhas

E tuas mãos foram minhas com calma

Porque foste em minh'alma

Como um amanhecer

Porque foste o que tinha de ser



Lo que tenía que ser

Porque fuiste en la vida

La última esperanza

Encontrarte me hizo niña

Porque ya eras mío

Sin yo saberlo siquiera

Porque eres mi hombre

Y yo tu mujer



Porque tu me llegaste

Sin decirme que venías

Y tus manos fueron mías con calma

Porque fuiste en mi alma

Como un amanecer

Porque fuiste lo que tenía que ser