Hubo que invocar el don de la ubicuidad para no perderse ninguno de los sugerentes montajes que salieron
a la palestra en 2016. Nuria Espert nos cortó la respiración con su interpretación en Incendios y Alfredo Sanzol nos la devolvió con su comedia doliente. Apabullante La cocina de Mencheta y desternillante la Cervantina de Ron Lalá. Lo peor fue la lamentable ausencia de Buero Vallejo, excluido de la cartelera.
1. Incendios
Autor:
Wajdi Mouawad.
Director: Mario Gas.
Lugar: Teatro De La Abadía
De
Incendios se dice que es el mejor texto dramático escrito hasta la fecha en el siglo XXI. Afirmaciones así no tienen mucho sentido. Basta decir que es pura dinamita emocional, que estalló en el Teatro de la Abadía. Prendieron la mecha grandes maestros. Mario Gas en la dirección: sobrio, poético y directo. Y
Nuria Espert, protagonizando otra lección interpretativa para enmarcar en las escuelas de arte drámatico. La actriz catalana no ha nacido para vivir de las rentas, sino para jugársela montaje a montaje. Grandes trabajos también de Laia Marull, Ramón Barea, Edu Soto, Alberto Iglesias...
2. La respiración
Autor y director:
Alfredo Sanzol. Lugar: Teatro de la Abadía
Alfredo Sanzol nos demostró que es un artista radical y honesto. El dolor inmenso por la ruptura con su pareja, la actriz Lucía Quintana, lo destiló en La respiración, montaje que le permitió, de algún modo, volver a inspirar y expirar tras la asfixia del hundimiento sentimental. Muy de agradecer que, lejos de anegarnos con sus dramas, Sanzol apostase por una catarsis vivificante y optimista en la que el humor opera como pilar imprescindible.
3. Hamlet
Autor: Shakespeare.
Director:
Miguel del Arco.
Lugar: Teatro de la Comedia
La unión de Miguel del Arco e
Israel Elejalde dió como resultado una de las obras más conseguidas dc 2016. Con unos juegos narrativos de gran valentía, Del Arco nos mostró un
Hamlet diferente, más sofisticado si cabe, acompañado de unos personajes (Gertrudis, Claudio, Ofelia, Laertes, Polonio, Horacio...) poco reconocibles en el imaginario del corpus shakesperiano. Un montaje maduro y sincero que elevó aún más este clásico.
4. Cervantina
Autor: Cervantes.
Director: Yayo Cáceres.
Lugar: Teatro de la Comedia
Álvaro Tato y Yayo Cáceres quedaron tan contagiados con las palabras escritas por Cervantes sobre su ingenioso hidalgo que decidieron abordar toda su obra, tan vasta, maravillosa y poco explorada como la cueva de Montesinos. Mínimos elementos y máxima expresividad en un montaje de ritmo endiablado en el que vimos circular el mundo del escritor alcalaíno y sus personajes. Ron Lalá no defraudó en el año de los 400 de su muerte.
5. El laberinto mágico
Autor: Max Aub.
Director:
Ernesto Caballero.
Lugar: María Guerrero
La Guerra Civil ha generado cierto hastío por su recurrencia. Pero, claro, si quien nos la cuenta es Max Aub, la cosa cambia. Enorme labor la de José Ramón Fernández sustanciando las seis novelas de
El laberinto mágico en un espectáculo de dos horas que se nos anudó en la garganta. Caballero aprovechó el impulso de unos personajes que transpiran verdad. Deliciosa la ensalada de acentos de todas las Españas, por las que debiera girar.
6. La cocina
Autor: Arnold Wesker.
Director:
Sergio Peris-Mencheta.
Lugar: Valle-Inclán
Sergio Peris-Mencheta firmó el espectáculo total del año. Hipnotizante su pandemónium de cacerolas entrechocando, comandas gritadas a voz en grito y fogones ardiendo como en el mismísimo infierno. 26 actores concentrados en un escenario a cuatro bandas. Un engranaje del caos en el que los sueños se evaporan y detonan las rencillas raciales. Muchos rostros televisivos ofrecieron su mejor versión. Esperamos su reposición.
7. La estupidez
Autor: R. Spregelburd.
Director: Fernando Soto.
Lugar: Naves del Español
La dramaturgia argentina contemporánea tiene en Rafael Spregelburd uno de sus representantes más sugestivos. En su proyecto de representar la
Mesa de los siete pecados capitales de
El bosco llegó a la codicia, que desarrolla en su obra
La estupidez, aparente vodevil que esconde una enmienda a la totalidad contra una sociedad abducida por el dinero.
8. In memoriam. La quinta del biberón
Autor y Director:
Lluis Pasqual.
Lugar: Teatre Lliure
Se la debía Pasqual a su tío Luis, uno de los jóvenes imberbes caídos en la Batalla del Ebro. Esta pieza escrita a partir de los testimonios de sus supervivientes la montó en escena como un documental, aportando material
inédito. Desoladora recreación del frente con música de Purcell y Monteverdi.
9. Numancia
Autor: Cervantes.
Director:
Pérez De La Fuente.
Lugar: Español
El asedio del actual equipo gestor del Ayuntamiento de Madrid
contra Juan Carlos Pérez de la Fuente tuvo sus lecturas con esta
Numancia en la que el director puso toda la carne en el asador. Al margen de simbolismos y de excesivas trasparencias, asistimos a una gran adaptación del clásico cervantino.
10. Yo, Feuerbach
Autor: Tankred Dorst.
Director: Antonio Simón.
Lugar: Grec/ Abadía
Pedro Casablanc sigue en estado de gracia. Lo volvió a demostrar en Yo, Feuerbach encarnando un actor en decadencia. Sacó a relucir una paleta interpretativa de extremos, desde la vulnerabilidad a la altanería.
Casanovas condensó el texto original y Simón cristalizó una puesta en escena milimétrica.