Jamie Cullum durante su concierto en las Noches del Botánico de Madrid

Si es usted un purista del jazz (¿existen?) cierre ahora mismo esta pestaña del navegador. Ray Charles, Sinatra, Billy Joe Armstrong, Elton John y... Justin Bieber. Jamie Cullum tiene un poco de todos ellos, como demostró el miércoles en su concierto de las Noches del Botánico de Madrid. Y entre sus dedos y su voz caben casi todos los estilos del jazz, además del funk, el soul, el blues y el pop.



El pianista y cantante nacido en Rochford (Essex, Reino Unido, 1979) salió al escenario con gafas de sol, con una camisa naranja con estampado de plumas de pavo real y con su cara de veinteañero aunque tiene 38 años. "Siempre he aparentado diez años, lo cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Siempre lo he tenido difícil para comprar alcohol", reconoció.



El músico británico, que en 2003 abrió las puertas del jazz a nuevos públicos con su exitoso Twentysomething (dicen que es uno de los discos del género más vendidos de la historia) y que no publica un nuevo álbum desde 2014 (Interlude), comenzó el concierto con el pop festivo y anodino de "Work Of Art", que encaja perfectamente en los estándares que marca hoy la industria para esos éxitos globales fugaces e intercambiables y que se trata de la única canción que ha publicado Cullum en 2017. Seguramente se trate de un coqueteo con el mainstream y no de un nuevo rumbo musical.



Justo después de esta apertura se sentó al piano y se fue a las antípodas de la canción anterior con el blues "When I Get Famous", como si anunciase que esos eran los dos extremos entre los que iba a transitar durante la siguiente hora y media. Después el concierto fue en línea ascendente hasta el final.







Cullum tocó algunas de sus composiciones más conocidas, como "Get Your Way", pero donde más brilla su talento es en su faceta como versionador de canciones ajenas de todo género y condición. Es también en este terreno donde deja patente su ausencia de complejos, al versionar éxitos del pop más comercial, como Please Don't Stop the Music, de Rihanna, y Shape of You, de Ed Sheeran, a quien hemos visto hacer un cameo en el primer episodio de la nueva temporada de Juego de Tronos mostrando sus dotes vocales. Son dos buenas canciones de dos buenos intérpretes, pero las versiones de Cullum las dejan, en comparación, a la altura del betún. El músico de Essex las estira, las enriquece, las saca de paseo por distintos estilos, les añade un solo virtuoso de jazz modal o unos compases de beatbox y percusión en el bastidor y la caja del piano.



También brindó una versión de Don't You Know de Ray Charles; de High and Dry, de Radiohead; de Sinnerman, canción tradicional afroamericana popularizada por Nina Simone, con una larga sección instrumental de aires africanos por parte de la banda que Cullum aprovechó para bajarse a la pista a bailar con el público; y una exquisita versión de Everybody Loves The Sunshine, de Roy Ayers.



El músico se mostró cómplice con una ciudad en la que siempre se ha sentido bien acogido y en la que ha actuado en numerosas ocasiones desde los 23 años. "Sois un público fantástico, escuchando, animando, bailando, cantando... Somos viejos amigos y siempre he tenido buenas experiencias aquí, desde los pequeños conciertos a los más grandes", dijo en un momento de la velada.



Cuatro cosas quedaron claras anoche: el virtuosismo de Cullum al piano en todo tipo de registros; su impecable técnica vocal -colocó todas y cada una de las notas en el centro de la diana, incluso las más arriesgadas-, que saca el máximo partido a una de las mejores voces de su generación, aunque de tesitura algo limitada; sus dotes de entertainer, que lo llevan a dar brincos por todo el escenario en vez de quedarse atornillado y reconcentrado frente al piano -a los cinco minutos ya se había subido encima-; y, por último, que la banda que lo acompaña -cuatro musculosos músicos que tocan batería, contrabajo, guitarras, teclados y vientos-, estuvo demasiados escalones por debajo de Cullum. Cosa que no importa demasiado -al menos al público no pareció importarle- porque el protagonista se sobra y se basta para mantener encendida la mecha durante todo el show.



@FDQuijano