Xavier Benguerel. Foto: Paco Amate / Teatre Nacional de Catalunya
Xavier Benguerel i Godó (Barcelona, 1931), uno de los compositores españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX, ha muerto este jueves a los 86 años en su ciudad natal. Hijo del escritor Xavier Benguerel i Llobet, fue un autor prolífico que abarcó todos los géneros dentro de la música clásica, compuso más de un centenar de obras a lo largo de una trayectoria de siete décadas y se mantuvo en activo hasta el final de su vida, ya que el pasado mes de mayo estrenó en Francia su última obra, El cementeri marí, sobre el poema homónimo de Paul Valéry.Benguerel era "hijo del sinfonismo y de la forma concertante", como él mismo se definió en una entrevista para El Cultural con motivo del estreno de Yo, Dalí, uno de los últimos y mayores hitos de su carrera. Esta ópera, con libreto de Jaime Salom, recoge los grandes momentos de la vida del genial pintor en medio de un potente despliegue orquestal. Fue un encargo del Ministerio de Cultura le encargó la ópera con la intención de que se estrenase en 2004, coincidiendo con el centenario de Dalí. No obstante, la ópera no fue estrenada hasta 2011 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y un año después en el Liceo de Barcelona.
Coetáneo de compositores como Luis de Pablo, Cristóbal Halffter y Joan Guinjoan, Benguerel abandonó la tonalidad prematuramente. "Demasiado pronto, diría yo. Pero no fue en vano. Tanto la atonalidad como el serialismo me fueron útiles para darme cuenta de su inutilidad. La madurez consiste en equivocarse mucho. Y con frecuencia la contradicción resulta ser muy saludable", declaró en aquella entrevista poco antes del estreno de Yo, Dalí.
Tras la resaca de la vanguardia de la segunda mitad del siglo XX, Benguerel fue regresando, poco a poco, de su exilio. No del político, al que le debe la mitad de su acento y sus días de juventud en Chile, sino del artístico. "Para un espíritu mediterráneo como el mío, el mundo germánico puede llegar a asfixiar". Por eso, desde los años 80 se fue reconciliando con la melodía, "que no se estudia en ningún conservatorio, porque es la expresión de un don", con planteamientos cada vez más sincréticos, como su famoso Llibre vermell de Montserrat, fusión estilística de los mundos medieval y contemporáneo.
Benguerel comenzó de niño sus estudios musicales en el país andino, donde se refugió su familia tras la Guerra Civil entre 1940 y 1954, y donde "la precariedad era absoluta". "Allí nació mi vocación musical, algo que entonces venía asociado al estudio del piano. No había dinero para comprarlo pero un día, al llegar del colegio, me encontré en la sala un piano vertical. Nunca he olvidado ese gesto de apoyo a mis inquietudes", reveló el compositor a El Cultural en 2004 en otra entrevista con motivo del estreno de su Concierto para piano. A pesar de haber compuesto multitud de conciertos, hasta entonces nunca había escrito ninguno para este instrumento con el que dio sus primeros pasos en la música.