Hace veinte años que la obra de Andrés Sopeña, El florido pensil, fue adaptada exitosamente al teatro por el grupo vasco Tanttaka. Este miércoles 31 de agosto la pieza regresa al escenario del madrileño Teatro Marquina, en esta ocasión y como novedad estará protagonizada por niñas. Esta nueva adaptación ha sido dirigida por Fernando Barnués y Mireya Gabilondo, el contexto se mantiene; las aulas, los crucifijos y la educación de la escuela nacional católica siguen estando presentes, todo ello observado a través de la mirada de aquellas que sufrieron doblemente esa educación: las mujeres.



Esta versión femenina de El florido pensil parece necesaria teniendo en cuenta la discriminación que la mujer sigue sufriendo en la sociedad hoy en día. Estehecho se presenta como uno de los motivantes para traer de nuevo la pieza al teatro. Fernando Barnués afirma que siempre tuvieron la tentación de abordar de este modo la pieza teatral del mismo modo en que el autor Andrés Sopeña lo hizo en su otro libro La morena de la copla. La idea se fue retrasando hasta hace un par de años, cuando recibieron desde Barcelona la propuesta de remontar El florido pensil ''pensamos que era el momento de afrontar esta versión "niñas".



Desde luego una de las razones de esta decisión es su -parece mentira- vigencia; la constatación de que muchos de los problemas de desigualdad que vivimos día a día están anclados en mensajes y clichés peyorativos para con las mujeres de los que personal y socialmente cuesta desprenderse. La necesidad de "re-aprender" a convivir en igualdad es evidente y quizás no es mal camino empezar por repasar e ironizar sobre aquello que nos inculcaron, con la fortuna añadida de hacerlo con la risa como terapia más eficaz y liberadora'', cuenta Fernando. El El florido pensil (Niñas) da voz y protagonismo a todas las mujeres que, hoy día, tienen más de cincuenta y pico años; son nuestras madres, abuelas y vecinas que siguen luchando día tras día en un mundo todavía injusto y desigual.



Para Fernando, es más que evidente que esta desigualdad se traslada hoy en día a todos los aspectos de la sociedad, sin ir más lejos al teatro. ''El teatro, como la vida de la que es "arte y parte", necesita crecer en justicia e igualdad y no hace falta más que echar una ojeada a las carteleras de cualquier teatro (público o privado) para comprobar que, aún hoy día, la presencia y voces de autoras, directoras y creadoras escénicas es notoriamente menor que la de sus compañeros de oficio varones y, lo que es significativamente peor, a veces, incluso están peor pagadas.



El florido pensil aborda la historia de cinco niñas sometidas a la brutalidad del sistema educativo de la España de la postguerra. La comedia constituye el instrumento para abordar este cruel reflejo de la sociedad ''nunca pensamos en utilizar el drama, para empezar sería una absoluta falta de respeto al autor Aunque, seguramente, viendo el espectáculo en más de algún momento uno pensará "¿pero de qué me estoy riendo...?", la ironía, la risa e incluso el sarcasmo son los catalizadores del brillante, crítico y divertido ensayo que escribió Andrés Sopeña y que alumbró esta función.



Parece mentira que veinte años después de su estreno, esta obra siga siendo tan vigente y necesaria. Aunque en el terreno de la educación hay muchos aspectos que han cambiado para mejor, todavía se sigue preparando a los niños para memorizar más que para pensar '' la oportunidad de una educación orientada a formar una ciudadanía crítica y humanista es despreciada minimizando los contenidos filosóficos e incluso eliminando asignaturas propicias al pensamiento, el debate y la reflexión.La escuela es la gran herramienta, igual la única que nos queda, para hacer de la vida un sitio más decente, dónde el dinero no sea la única aspiración.

Las actrices Nuria González, Mariola Fuentes, Chiqui Fernández, Esperanza Elipe y AfricaGozalbes serán las encargadas de dar vida a las cinco niñas que protagonizan una versión indispensable de una obra ya clásica, cargada de humor, ironía e inteligencia.