Imano Arias
El actor interpretará en La vida a palos (Testamento) un texto de Pedro Atienza y Jose Manuel Mora con dirección y coreografía de Carlota Ferrer que es una invitación a conocer el mundo del flamenco y la relación padre-hijo
La última vez que Imanol Arias se subió a un escenario fue en Buenos Aires donde protagonizó Calígula durante un año. Para el actor, "nadie se va del teatro ni vuelve a él. El teatro siempre está ahí. Hay ocasiones en las que puedes realizar un trabajo muy continuado y ocasiones en las que tienes que sustituirlo o aparcarlo. Te conviertes más en espectador que en perteneciente".
Imanol protagonizará este montaje sobre el mundo del flamenco y la relación padre-hijo, cuyos textos le entregó el autor. "Esta obra es un legado, un testamento que me deja un autor, un amigo", asegura Arias. "He tardado mucho en comprenderlo y en buscarle una solución dramática para que fuera una pieza ese texto, pues no tenía una estructura dramática en sí. Sin tener ni idea de cómo afrontarlo, sí que tenía una enorme sensación de responsabilidad de cumplir lo que se me pidió que prometiera: hacerme cargo de ese texto y ese legado".
Este montaje se presentará en Bilbao del 28 de junio al 1 de julio y después de su paso por los Teatros del Canal cruzará el charco para representarse en el Teatro Campos Elíseos de Montevideo del 10 al 12 de agosto, en el Teatro Galón de Buenos Aires del 16 al 18 de agosto, en el Teatro Coliseo de Rosario del 23 al 26 de agosto, en el Auditorio Astengo de Córdoba del 31 de agosto al 2 de septiembre y en el Teatro Real de Santiago de Chile del 15 al 17 de septiembre. La gira acabará en Barcelona del 5 al 7 de octubre y 11 al 14 de octubre en el Teatro Coliseum.
Jose Manuel Mora, quien ha hecho la dramaturgia a los textos de Atienza, comenta que además de invitarnos a conocer el mundo del flamenco y sus diferentes palos, el potencial dramático de esta obra está en un tema universal: la relación padre-hijo, el reencuentro entre ambos y la reconciliación y la asunción del testamento vital de nuestro progenitor. "Como dice el escritor sudafricano J. M. Coetzee, la reconciliación sólo es posible a través del entendimiento profundo entre ellos, es decir, a través de la comprensión por parte del hijo de lo que desea ser el padre, para así poder ser él a su vez un buen padre", exlica el dramaturgo. "En el texto asistimos a un doble viaje vital: por un lado, el viaje que desde los años 80 del siglo pasado hasta nuestro presente realizó el autor Pedro Atienza por las diferentes geografías -vitales y paisajistas- del mundo y que, finalmente, terminaron marcando su vida en una huida permanente de sí mismo y del dolor de vivir; y , por otro lado, del viaje que en el presente realizará su hijo revisitando aquellas geografías que en su día habitó el padre con el fin de poder comprender el sentido último de su existencia".
Acompañado de un cantaor, Imanol Arias cuenta en La vida a palos la historia de un hombre hecho a sí mismo: El Alcayata (alter ego de Atienza) y del reencuentro con su hijo, de quien hace tiempo perdiera la patria potestad. A través de toda una serie de monólogos y diálogos, se describen dos viajes. Uno, en el pasado, que es el que el padre realizó a través de las diferentes geografías que fueron marcando su vida, y otro, el que ahora lleva a cabo el hijo, visitando los mismos lugares en los que habitó su padre y que le ayudarán a comprender el sentido de su vida.