Pedro Halffter. Foto: Guillermo Mendo

El director madrileño, a punto de completar su 'legislatura' al frente de la Maestranza, estrena este viernes en el teatro sevillano Der Diktator, de Ernst Krenek. Será la primera vez que se vea esta ópera en España, en una producción ideada escénicamente por Rafael Rodríguez Villalobos. Las funciones se completan con la representación de Der Kaiser von Atlantis, de Viktor Ullmann.

Durante varios años el Teatro de la Maestranza de Sevilla ha sido un estandarte muy representativo de cierto tipo de ópera; una ventana abierta a la traumática creación lírica centroeuropea de principios del siglo XX. De la mano de su director musical hasta hoy -su contrato, que no va a ser renovado, concluye justamente por estas fechas-, Pedro Halffter, hemos podido presenciar El sonido lejano de Schreker, Doktor Faust y Turandot de Busoni, El enano y El rey Kandaules de Zemlinsky; o, en otro orden de cosas, Doctor Atomic de Adams.



Esa política innovadora ha ido perdiendo gas poco a poco, aunque ahora toma un nuevo impulso con la presencia en el ilustre escenario de la ópera corta Der Diktator, de Ernst Krenek, patrocinada por la Fundación BBVA, que fue estrenada en 1928 junto a otras dos partituras igualmente breves, Das geheime Königreich y Schwergewicht oder Die Ehre der Nation (ésta calificada como opereta). En las tres revela Krenek su sapiencia y su aclimatación al género recuperando elementos dispersos y combinándolos en un ejemplar repaso a una tradición que se aprecia, por ejemplo, en la elección de voces: para la ópera que nos ocupa, dos sopranos, un barítono y un tenor. Instrumentos más bien líricos, aunque el personaje del Duce -porque, en efecto, es Mussolini el aludido-, se presta al empleo de uno de mayor entidad, el de un barítono de carácter o similar.



A la obra de Krenek se une otra más extensa, aunque de no mucho más de una hora, Der Kaiser von Atlantis de Viktor Ullmann (otro exponente de lo que los nazis llamaban 'música degenerada'), que conoció su estreno en el Teatro Real hace un par de años. Como en el coliseo madrileño, en Sevilla se interpretará el arreglo de Halffter para gran orquesta. Cabe preguntarse qué necesidad existía de llevar a cabo trabajo tan meritorio cuando la partitura original estaba prevista para un grupo de cámara. Hoy parece que se está en disposición de saber que el propio Ullmann, que manejó los escasos medios a su alcance, mostró su deseo de orquestar la partitura en el futuro. En manos del doctor Krausse, de la editorial Schott, que ha publicado la edición camerística de Terry Woodward, estrenada en Ámsterdam en 1975, y también la de Halffter, existen, en efecto, según informaciones recientes, documentos con anotaciones de la mano del mismo compositor en las que se hace referencia a la eventualidad de la posible utilización de una gran orquesta. De ahí partió Halffter.



Sarcasmo de cabaret

Lo que nos dejó Ullmann, destinado a los instrumentistas y voces que tenía a su disposición en el campo de concentración de Terezin, es ya una composición que concentra toda la intención acerada, el valor alegórico, el simbolismo, el sarcasmo propio del cabaret. Halffter consultó además de aquellos documentos, numerosas fuentes, repasando orquestaciones de obras de Schönberg, de Berg, de Zemlinsky, de Krenek (feliz coyuntura) y aun de Mahler; y de la empleada por el propio Ullmann para su ópera anterior La caída del Anticristo. Un trabajo que funciona teatralmente y que se va a poder contemplar en el conocido montaje del llorado Gustavo Tambascio, enjundioso, variado de ideas, de significados, de simbolismos, de impactantes imágenes. Casará con el que ha ideado Rafael Rodríguez Villalobos para la ópera de Krenek.



Se cuenta con un disciplinado equipo vocal, cuatro de cuyos componentes actúan en ambas obras: el musical barítono lírico Martin Gantner, la soprano lírico-spinto Nicole Beller Carbone (muy apreciados en la plaza), la soprano lírico-ligera Natalia Labourdette y el tenor Vicente Ombuena. En la de Ullmann cantan también David Lagares, Sava Vemic y José Luis Sol. Naturalmente, Pedro Halffter estará en el foso al frente de la excelente Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.