Antes de la famosa crisis económica, el grupo barroco Al Ayre Español, fundado en 1988 por el inquieto clavecinista y director aragonés Eduardo López Banzo, llegó a tener auténtica nombradía y creció hasta formar en ocasiones especiales un conjunto de notable amplitud capaz de abordar partituras sinfónicas clásicas. Durante una larga marcha, nimbada de éxitos y de espectaculares descubiertas, la agrupación fue mejorando y ampliando su radio de acción e incorporando títulos operísticos y de oratorio, Haendel en lugar preferente.
Qué duda cabe de que estamos ante una de las primeras formaciones que en esta tierra se amoldaron con mayor fortuna, precisión y respeto estilístico a las nuevas orientaciones interpretativas que en relación con la música antigua, barroca y clásica venían de Europa. Cada concierto era, y es, una nueva prueba de ello; gracias entre otras cosas a la fluidez de sus exposiciones, a su estimulante acentuación y a su espumoso fraseo. Los años han pasado y la agrupación continúa manteniendo sus firmes raíces y rebuscando en las esquinas de nuestro inmenso repertorio y defendiéndolo a capa y espada.
Ha debido reducir su orgánico, presidido hace años por la estupenda violinista Farrath James, pero sigue fiel a su estilo, a su devoción por lo auténtico en pos de la pureza; esa que siempre ha adornado sus interpretaciones. En todo caso, mantiene su crédito y es llamado habitualmente para actuar en los más famosos foros internacionales. Recordemos que en 2004 López Banzo y sus huestes recibieron el Premio Nacional de Música. Eran momentos en los que gozaba de la protección del gobierno de Aragón. Los recortes, de todas formas, no han mermado su calidad. Se podrá comprobar de nuevo a lo largo del hermoso concierto que se anuncia, dentro del Universo Barroco del CNDM, para el próximo miércoles 6 a celebrar en el Auditorio Nacional de Madrid, y el 7 en Salamanca, con música de su querido José de Nebra en atriles.
Estamos ante una de las primeras formaciones que se amoldaron a las nuevas interpretaciones de la música antigua en España
López Banzo lleva pentagramas de este compositor, aragonés también, por bandera. De él ha ofrecido, en vivo y en grabación, cumplidas recreaciones de cantadas, ariosos, arias y otras composiciones, en algún caso llevadas al disco. En su obra se palpa en mayor medida la influencia italiana, que embargaba por aquel entonces la creación teatral hispana. Aunque en ocasiones, y en sus propias cantadas ocurría, viajaba al Nuevo Mundo. Sus pentagramas poseían sin duda todo el aroma europeo de la época. En sus recitados se perciben premoniciones mozartianas y continuos rasgos haendelianos, de una rítmica contagiosa y excitante y, desde luego, magníficas páginas de bravura y espléndidos efectos descriptivos. Era hábil el compositor para combinar sin solución de continuidad el canto llano y la polifonía, algo que trabajó fundamentalmente como vicemaestro de la Capilla Real de Madrid (1751), en un periodo en los que abandonó prácticamente toda actividad que no fuera la de crear para ella.
Este año se cumple justamente el 250 aniversario de su muerte. Espléndida oportunidad la que nos ofrece este concierto de comprobar tales asertos con una obra que es casi un inédito entre nosotros: el Miserere para dos sopranos, cuerdas y continuo, datado, sin mucha seguridad, en 1743. Una página, dice Pablo J. Vayón, de clara filiación italiana, emparentada en buena medida con el Stabat Mater de Pergolesi, escrita en estilo alternativo. En su día debió de tener bastante difusión, pues algunos de sus números se han localizado en lejanas latitudes de ultramar. Las dos voces femeninas protagonistas serán las de la cristalina y muy segura soprano lírico-ligera extremeña María Espada y la de la pastosa y de emisión algo fija mezzo noruega Marianne Beate Kielland.
En el lado opuesto del repertorio, y en otra de las numerosas celdillas de la programación del CNDM, se sitúa el concierto del histórico Cuarteto Arditti, que lleva batallando desde 1974, año en el que lo fundó su todavía primer violín, Irvin Arditti. El programa, que se ofrecerá en el Museo Reina Sofía (A400) este lunes, no puede ser más interesante: Cuarteto n° 1, Homenaje a Mihály András y 12 Microludios, de György Kurtág; Cuartetos 2 y 3, de Jesús Rueda; y Cuarteto n° 2, de György Ligeti.