Yamila Ríos
Iras Fajro, disco de debut de Yamila, es una propuesta de música electrónica y experimental en la que ha colaborado El Niño de Elche, un artista deseoso de investigar ahora en los paisajes sonoros de una violonchelista más interesada en la innovación que en sonidos clásicos.
En esos derroteros del disco se encuentra Humo, canción surgida de la adaptación que hacen El Niño de Elche y Yamila del poema 'Batallas' del poeta peruano César Vallejo. "Muchas veces los poemas llevan su música", dice a El Cultural el cantaor sobre su colaboración con Yamila en esa canción. La música que ponen El Niño de Elche y Yamila a las palabras de Vallejo da cuenta del carácter innovador común que mueve al "exflamenco" y a la artista principal responsable de Iras Fajro.
"Miguel Álvarez nos presentó en un bar, para mí fue amor a primera vista. Sentí que teníamos muchas preocupaciones similares, que su discurso removía, que tenía ganas de mover cimientos, y esto me encantó", dice Yamila a El Cultural sobre su primer encuentro con El Niño de Elche. Él no quiso perderse la oportunidad de trabajar con esta mujer capaz de expresarse musicalmente en todos los sentidos posibles. Iras Fajro lo ha compuesto, cantado e interpretado. Su violonchelo y su voz dialogan con ritmos, sonidos y ambientes electrónicos originales de esta artista afincada entre Bélgica, Holanda y España.
"Lo más importante de la propuesta de Yamila es que es fiel a un sentido híbrido del arte. Entendió mucho antes que yo de qué iba eso de lo sonoro o lo sónico y que su trabajo actual como el que desarrolla paralelamente en otros espacios más allá de lo discográfico está atravesado por esa fe de que lo que había que hacer es lo que se hizo", dice el cantaor. "Es un gustazo y una gran noticia que exista una propuesta de este calibre relacionado con la electrónica en España", abunda El Niño de Elche, aludiendo al trabajo de Yamila.
Los once temas del debut discográfico de Yamila no son en modo alguno las primeras composiciones de esta artista experimental. Antes de lanzarse con su último proyecto y colaborar con El Niño de Elche, esta artista estudió música en la Universidad de La Haya. Ha estado asociada a multitud de producciones en capitales culturales europeas. "Fuera [de España, ndlr.] encontré el Conservatorio de La Haya en el cual cursé la carrera de Sonología, además encontré becas y subsidios para poder desarrollar mis proyectos, y también grandes compositores y artistas, que me ampliaron la escucha, y me guiaron hacia lugares y colaboraciones nunca imaginados", cuenta Yamila.
Formada como violonchelista, ella ha forjado su carrera más a base de experimentación que de interpretar a clásicos. Parte de sus creaciones musicales previas a Iras Fajro se han escuchado en festivales como el Sonic Acts Festival de Ámsterdam, el Arts Electronica de Linz, el STRP Festival de Eindhoven, el Seoul International Computer Music o el Electrogals Festival de Portland. También ha creado composiciones al servicio de producciones de danza contemporánea presentadas en la Opera de Gotemburgo, el Nederlands Dans Theater o el Dance Forum Taipei.
Trabajo extra
Debido a esas experiencias, sabe Yamila que hay más público para la música experimental fuera que dentro de España. "En España se notan los años de dictadura franquista, estuvimos cerrados al resto del mundo durante muchos años, y ese hueco está ahí", dice Yamila. Esa historia de España, en lo musical, es un flaco favor para quienes están ahí para innovar. "Tenemos que hacer un trabajo extra para recuperar el tiempo perdido, aunque en los últimos años tengo la sensación de que algo está cambiando", señala la compositora e intérprete.Tanto es así que ni su disco ni su música estarían ahora ganando tiempo de escucha -con un aval como el de El Niño de Elche- si en España no se estuviera abriendo paso la electrónica experimental. "En España se ha demostrado que hay un público creciente para muchas más propuestas que en los años 90 o en los 2000, pero todo depende de muchos factores. Aquí habría que hablar del momento social, político, de la apertura de muchos medios a otras propuestas, de la fuerza de otros públicos, de las apuestas de las instituciones públicas y privadas en abrir sus espacios, las discográficas y su cambio de paradigma", plantea El Niño de Elche.
La propia Yamila reconoce que se percibe un ambiente de apertura en lo cultural. "Nos estamos abriendo a cosas nuevas, yo soy bastante optimista al respecto. A veces, entre sueño y pesadilla, imagino cómo sería un mundo en el que la música abstracta fuese mainstream", dice la responsable de Iras Fajro.
Puede que su género, por definición, no pueda normalizarse. Si por algo se caracteriza quienes están a la vanguardia es por estar rodeados, al menos en parte, de cierta incomprensión. El Niño de Elche, sin ir más lejos, no es alguien que acostumbre a satisfacer a todos quienes le escuchan. Pero este extremo no es óbice pare que no haya que seguir agradeciéndole los paisajes sonoros que surgen de sus investigaciones y que siga tendiendo puentes y trayendo al primer plano a otros creadores, como Yamila.