Federico García Lorca. Foto: Erre Gálvez
Los Teatros del Canal acogen, desde el día 21, Federico hacia Lorca, la nueva entrega de la Joven Compañía con Miguel del Arco en la dirección. El resultado: doce actores en escena y dos dramaturgos, Irma Correa y Nando López, capaces de construir un nuevo Lorca a partir de sus escritos.
También Irma Correa (Las Palmas, 1975) y Nando López (Barcelona, 1977) han huido del "collage literario" para dejarse llevar por los poemas del poeta, por sus símbolos y por su correspondencia personal. A partir de ahí han tejido un texto capaz de combinar lo poético con lo narrativo, lo lírico con lo experiencial. "Hemos pensado siempre en el Federico humano, en aquello que comparte con el resto de los mortales y que tiene que ver con las emociones. Amó, rió, lloró, vaciló, sufrió y celebró. Lo universal de su palabra, su música y su pintura se encuentra en la verdad de todas las emociones que las atraviesan", explica Irma Correa, muy próxima también al proyecto de la Joven Compañía con montajes como En la fundación, versión del clásico de Buero Vallejo estrenado en noviembre de 2017. Doce actores -entre ellos Ana Bokesa, Julen Alba, Óscar Albert, Katia Borlado, Rosa Martí, Carmen Tur y Nono Mateos- interpretan un largo número de personajes, reales y fantásticos, que poblaron la vida y el imaginario del poeta. Entre ellos, su padre, Dalí, Buñuel, Alberti, Miguel Hernández, Maruja Mallo, Margarita Manso, Ignacio Sánchez Mejías, Bergamín, Antonio Machado o Cernuda. "Lorca está rodeado de todos los que fueron importantes en su vida -precisa la autora canaria, que prepara en estos momentos un texto para el Teatro Pérez Galdós de Gran Canaria sobre la relación amorosa entre Chopin y George Sand-. Todas esas voces están presentes, convirtiéndose en una". Para Nando López, Lorca, desdoblado en otros tantos lorcas, es el gran protagonista de la obra: "En realidad termina hablando de pulsiones abstractas y universales como la creación, la búsqueda de la identidad o la construcción del yo. En cierto modo, esos temas son los auténticos ejes de este viaje onírico, encarnados todos ellos en la figura de un joven Federico que persigue su camino hacia el genio llamado Lorca...""Quiero que el público sienta en la obra el vibrante pulso vital y creativo de Lorca". Miguel del Arco
La huella de la BarracaDel Arco pone el foco en la segunda escena de la obra, en la que el joven Federico, a principios de los años 20, se reúne, en el café Alameda de Granada, con miembros del grupo El Rinconcillo. Allí se encuentra, entre otros, con intelectuales como su hermano Francisco, Manuel Ángeles Ortiz, José Mora Guarnido, Melchor Fernández Almagro, Ismael González de la Serna y Hermenegildo Lanz: "Se juntaba con sus compañeros. Podría ser una reunión de un grupo de muchachos en un parque en el siglo XXI: jóvenes frente al vértigo de decidir por dónde llevar sus vidas adultas". De todo el proceso de creación de este Federico hacia Lorca, Nando López -que en mayo estrenará en Madrid Nunca pasa nada dirigida por Eva Egido- destaca el espíritu colectivo con el que se ha realizado: "Por momentos parecía estar embebido de la huella de La Barraca. Del trabajo con Irma ha nacido un montaje y una amistad y de la colaboración con Miguel la experiencia de compartir su intuición y su inspiración".