Lluís Homar

Resulta llamativa la opción escogida por el Inaem para sustituir a Helena Pimenta al frente de la CNTC. Será Lluís Homar, cuya meritoria carrera (fue fundador, por ejemplo, del Lliure en 1976, con sólo 19 años, y dirigió este teatro entre el 1992 y 1998) ha circulado por derroteros ajenos a nuestro Siglo de Oro. Cierto es que ha abordado clásicos como Shakespeare, Marlowe y Moliére. Pero en su trayectoria no hay rastro de Lope, Calderón, Tirso...



Amaya de Miguel, directora del Inaem, con la última palabra en los procesos de selección del instituto, ha dicho, contundente, que la opción Homar se impuso sobre los otros 13 competidores por varias razones: "Su talento, su solidez y su capacidad de gestión.. Presentó un proyecto ilusionante y entiende muy bien que esta compañía no es una compañía de autor sino del Estado español. Viene a continuar el trabajo excelente que se ha hecho hasta ahora, a sumar". Eso sí, De Miguel ha roconocido que "la decisión no ha sido nada fácil".



Por su parte, Homar, en el acto de presentación celebrado sobre el propio escenario de La Comedia, sede de la CNTC, ha confesado sentirse "emocionado, cagado e ilusionado" con el nuevo reto. También ha dicho que jamás se le había pasado por la cabeza postularse para tan prominente cargo hasta que una amiga suya se lo planteó. Ella le vino a decir que aunque el repertorio áulico no lo había tocado sí tenía, en cambio, un bagaje en clásicos europeos. "Lo que me decidió finalmente fue que puedo aportar algo. Vengo con actitud de servicio. Mi carrera como actor y director está hecha, me siento realizado y quiero seguir siendo útil. En el teatro hay que ser generoso. Servirle más que servirse de él. Es algo en lo que me insistía siempre Fabián Puigserver [otro de los emblemáticos fundadores del Lliure]".



Homar dice que quiere poner la CNTC a la altura de la Comédie francesa y la Royal Shakespeare Company. "Vengo para ganar la Copa de Europa", ha advertido empleando un símil futbolístico que delata su ambición. A lo largo de su exposición ha repetido un lema que pretende que inspire todo su mandato, que arrancará efectivamente a partir del 1 de septiembre (la próxima temporada saldrá todavía del magín de Pimenta): "Quiero mostrar una forma de ser más que una forma de hacer". Un motto que, ha señalado, se sustenta en la verdad escénica, que debe ser transmitida al público, "para que lo que ocurre arriba [en las tablas] traspase abajo [en la platea]".



Su intención es exigirle un plus de entrega a los actores, que no podrán limitarse a cumplir correctamente unas directrices. "No basta con hacer bien nuestro oficio. Quiero que al escenario suban seres humanos, no personajes". Sabe que no será sencillo porque el verso a veces resulta "una partitura alambicada" sobre la que armar la credibilidad. En términos de repertorio, ha dejado traslucir que pretende adentrarse en el siglo XIX e incluso un poco en el XX. También traerá piezas de otras lenguas oficiales del Estado, de autores como Ángel Guimerá, del que recientemente puso en pie Tierra baja. Homar, en relación a la delicada cuestión de las lenguas, ha querido recordar que él fue uno de los primeros partidarios de que la compañia del Lliure también trabajara en castellano.



Otra de sus propuestas es aprovechar sus contactos internacionales. Ya cuenta con Declan Donnellan para montar obras y para impartir cursos. También pretende dar continuidad a proyectos exteriores de Pimenta, como la alianza asentada con el Piccolo de Milán. Tiene previsto dirigir al menos un montaje cada temporada y actuar en otro. Contará con un salario anual de cerca de 70.000 euros y con un presupuesto de poco más de 4 millones de euros para darle forma a su 'legislatura'. Podrá nombrar para formar a su equipo más cercano a un director adjunto, a un director de producción y a un director técnico. "Vengo a remangarme", ha concluido.



El proceso de selección del nuevo director, que se abrió entre los pasados 12 y 25 de febrero, "se ha realizado atendiendo el Código de Buenas Prácticas del INAEM y al estatuto de la unidad artística, con la participación del Consejo Artístico del Teatro", según el instituto. Los contratos de los directores de las unidades de producción del INAEM -CNTC, Ballet Nacional de España (BNE) o Compañía Nacional de Danza (CND), entre otros- eran en un principio para cinco años, pero Helena Pimenta hizo uso de la prevista prórroga de tres años, que firmó en julio de 2016, al mismo tiempo que José Carlos Martínez al frente de la CND.



En los ocho años que ha estado al frente de la CNTC, Pimenta ha llevado a la compañía a la que era su sede, el Teatro de la Comedia, tras la rehabilitación que mantuvo ese coliseo cerrado 14 años. La reapertura, en octubre de 2015, se hizo con el estreno de El alcalde de Zalamea, uno de los títulos que más éxito de público y crítica han tenido en su etapa, en la que destaca también la consolidación de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico o la puesta en escena de La vida es sueño.



@albertoojeda77