Miguel Ángel Recio y Pilar Jurado durante la rueda de prensa en SGAE. Foto: F.D.Q.

Después de tres semanas en el cargo, la nueva presidenta de SGAE, la soprano y compositora Pilar Jurado, ha convocado este viernes una rueda de prensa para explicar las numerosas decisiones "de urgencia" que ha tomado estos últimos días con el objetivo de recuperar la confianza del ministerio de Cultura y, sobre todo, frenar la intervención de la entidad que el ministro, José Guirao, solicitó el pasado 18 de febrero a la Audiencia Nacional.



Cultura tomó la decisión ante la inacción de la SGAE a la hora de adaptar su reglamento a la nueva Ley de Propiedad Intelectual, reformada para incorporar las exigencias de la normativa europea que reclama una mayor transparencia, entre otras cosas, a las entidades de gestión colectiva de derechos de autor. Jurado asegura que su gestión se va a caracterizar por la transparencia y presume de las diligencias emprendidas en sus 21 días en el cargo. Entre ellas destaca haberse "ocupado de que las alegaciones que solicitaba la Audiencia Nacional llegasen en tiempo y forma".



La presidenta asegura además que "las acciones realizadas y aprobadas en los últimos días hacen que los requerimientos del ministerio estén prácticamente cumplidos o en proceso de cumplimiento", asegura Jurado, y señala que en una conversación telefónica con el ministro este afirmó que "la intervención de la SGAE sería un fracaso".



Jurado fue elegida presidenta después de la moción de censura de la junta directiva que destituyó a su antecesor, José Ángel Hevia, que llevaba tan solo tres meses en el cargo. Desde su nombramiento, Jurado ha convocado dos reuniones del consejo de dirección (14 miembros, contando a la presidenta), dos de la junta directiva (el consejo de dirección más otros 11 miembros) y una de la comisión permanente (la presidenta más los cuatro vicepresidentes). Debido a las altas dietas que la entidad paga a sus directivos por cada reunión, estas han supuesto para la entidad un desembolso de más de 100.000 euros; no obstante, según la presidenta todas esas reuniones eran "imprescindibles" para poder tomar las decisiones de acuerdo con el reglamento de la entidad. Decisiones que, defiende, van encaminadas a cerrar los muchos frentes abiertos en la SGAE, que desde hace años se debate en una sucesión interminable de luchas internas. "A veces tengo la sensación de estar en Juego de tronos", ha reconocido la propia Jurado.



El fichaje de Miguel Ángel Recio

A su lado en la rueda de prensa estaba el recién fichado director general, Miguel Ángel Recio, que no ha dicho una sola palabra. Su nombramiento fue aprobado con 28 votos a favor de los 34 de la junta directiva, pero los detalles de su contratación han sido cuestionados por varios medios de comunicación porque no han sido consensuados con el resto de directivos, además de por lo abultado de su sueldo (180.000 euros anuales, como informaba esta mañana El Mundo) y por el blindaje de su contrato durante los próximos cuatro años, extremo que Jurado no ha confirmado ni desmentido "porque aún quedan flecos por cerrar" y el contrato aún no se ha formalizado. Además, la presidenta se ha justificado alegando que los estatutos de la entidad no obligan a que las condiciones laborales del director general deban ser aprobadas por la junta directiva ni el consejo de dirección, simplemente "deben llevar la firma del contratado y de la dirección de recursos humanos".



Recio tiene a su favor un sólido currículum al frente de instituciones culturales: ha sido director general del INAEM, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y Archivos y Bibliotecas, presidente de Acción Cultural Española y director gerente de la Fundación Thyssen-Bornemisza.



El pasado 15 de marzo, Jurado convocó una junta extraordinaria para destituir al antecesor de Recio, Gerardo López, que retomó su anterior puesto como director financiero, y también se aprobó el cese del secretario general, Carlos López, a pesar de que un mes antes ella se había opuesto a su destitución. El motivo para este cambio de parecer, según ha explicado Jurado, es que al llegar a la presidencia se encontró con informes que demostraban que López no es, como ella esperaba, "una persona íntegra". "Ha sido muy triste a nivel personal, algo terrible", ha llegado a declarar la presidenta, sin querer precisar con más detalle a qué se refería. A pesar de manifestar en varias ocasiones su afán de transparencia, en varios momentos Jurado ha rehusado dar ciertas informaciones y ha recordado que la SGAE "es una entidad privada" y que no puede revelar datos a los medios sin que antes pasen por la junta directiva.



El reparto y la rueda

Otro escollo que debe salvar la SGAE es la aprobación del reparto de ingresos por derechos de autor entre sus socios correspondiente al mes de diciembre de 2018, para lo cual se ha creado un grupo de trabajo. "Todo lo anterior está judicializado y lo posterior, reglado", ha dicho la presidenta, "gracias" a la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual que pone coto a la denominada "rueda" al limitar los ingresos que genera la música emitida en la franja nocturna de la televisión al 20 % del total recaudado por la SGAE a las cadenas. Por tanto, para Jurado este tema, que ha traído de cabeza a la entidad durante mucho tiempo, "está solucionado".



Los estatutos y el nuevo órgano de supervisión

En cuanto a la necesaria aprobación de unos nuevos estatutos que deben reflejar los cambios introducidos en la LPI, Jurado asegura que solo falta la aprobación por parte de la asamblea general de socios, algo que Hevia no consiguió aunque obtuvo mayor respaldo que su antecesor, José Miguel Fernández Sastrón.



En los nuevos estatutos figurará la creación de un órgano de supervisión independiente formado por personas externas a la entidad, algo que estipula la nueva normativa europea y la LPI para las entidades de gestión con una recaudación superior a los 100 millones de euros anuales (la de SGAE, con 124.000 socios, ronda los 300).



Para la presidenta, el último borrador, que ya fue aprobado por la junta directiva, no necesita nuevos cambios. Su objetivo es convencer a los socios para que lo ratifiquen, algo que no han hecho hasta ahora simplemente "por un problema de imagen", asegura.



@FDQuijano