El dramaturgo Alberto Conejero (Vilches, 1978) será el encargado de sustituir a Carlota Ferrer al frente del Festival de Otoño. “Es una responsabilidad ser el próximo director del festival, uno de los más importantes de nuestro país y sin duda el más señero de la Comunidad de Madrid”, ha señalado. “Su incorporación es una apuesta por una cita más diversa, abierta y participativa”, ha añadido Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura y Turismo del ejecutivo.
El autor ha asegurado que uno de sus objetivos es la descentralización del festival. “Confío en tener el apoyo de mis compañeros de profesión y poder crear una programación diversa que se abra a múltiples espacios, barrios y municipios para que el teatro no sea siempre en los mismos sitios y para las mismas personas”. Su deseo, según ha admitido, hunde sus raíces en su origen. “He aceptado este reto porque mi voluntad es la del servicio a la ciudadanía, no me mueve otra ambición. Crecí en Villaverde bajo, un barrio de gente humilde, obrera y migrante con grandes dificultades de acceso a la cultura”.
Así, “gracias a la educación pública y a quienes luchaban por abrirnos las puertas de los teatros, bibliotecas y aulas pude convertir mi vocación de dramaturgo en oficio. Ojalá pueda yo servir a esos hombres y mujeres que luchan por entregar a la ciudadanía más cultura, más teatro, más danza y más poesía que siempre es más vida, más dignidad y horizonte”, ha señalado el nuevo director del Festival de Otoño. Además, apuesta por un festival “diverso, feminista, inclusivo y accesible con una política de entradas que mire por el acceso de aquellos con menor poder adquisitivo”.
No obstante, Conejero se muestra prudente a la hora de hablar de su nuevo proyecto. "Es posible que el decálogo que he preparado no se pueda realizar durante este primer año así que hasta que no hable con todos los agentes no puedo dar nombres", ha comentado. El festival sigue teniendo algo más de un millón de euros de presupuesto y pese a su ambición de crecer y expandirse por toda la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz aboga por "gastar mejor". Con esta nueva visión Conejero no quiere perder al asistente habitual de la cita sino abrirse a "nuevos públicos" porque considera "un gesto poético y político que alguien que vive en el centro de la ciudad vaya a Getafe, que está muy bien comunicado en ambos sentidos, o a cualquier otro municipio a ver una obra". Así pues, persigue "el tránsito de público y la cohesión cultural".
Además, ha admitido que una de las primeras llamadas que hará será a Carlota Ferrer, anterior directora de la cita. Aunque Ferrer no tenía una agenda cerrada para la próxima edición sí había abierto varias conversaciones. “No vengo a hacer una política de tabula rasa así que hablaré con ella para que, si quiere, comparta cuáles eran esos diálogos y todo aquello que se avenga a la nueva poética del festival será retomado”, ha confirmado. El autor y Premio Nacional de Literatura Dramática, también apuesta por prestar atención a Iberoamérica “por los vínculos que nos ligan”. Así, Madrid busca convertirse en la puerta de entrada natural de la creación iberoamericana en el continente.
En esta nueva etapa el festival quiere ir más allá y convertir en protagonista no solo a su programación de artes escénicas sino también al otoño, coincidiendo con el inicio de la temporada teatral. De modo que, a lo largo de los meses de octubre y noviembre el festival estará acompañado de Surge Madrid, que pasará a llamarse Surge Madrid en Otoño. Como novedad, este año habrá un encuentro internacional donde se invitará a directores y programadores de festivales y de teatros internacionales. Además, se creará un espacio para la reflexión, el debate y el encuentro no solo entre creadores y espectadores, sino que estará abierto a otras disciplinas como la filosofía, la sociología y la arquitectura.
En definitiva, Conejero busca que el festival, “en su sentido más hondo, no olvide su condición de fiesta y de celebración de las artes vivas”.