¿Qué libro tiene entre manos?
Retaguardia roja de Fernando del Rey, reciente Premio Nacional de Historia.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
No dejo un libro hasta terminarlo…, eso sí, antes de empezarlo soy muy selectivo.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Con un coetáneo –nos llevamos sólo tres semanas– que, afortunadamente, acaba de ganar las elecciones americanas.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Una novela de Salgari, El corsario negro, a los doce años.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Ensayos y novelas, durante los fines de semana y vacaciones. La poesía en cualquier momento de calma que tenga.
Cuéntenos la experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Mi incorporación a la Facultad de Derecho, cuando tenía dieciséis años. Dirigí la revista de la Facultad Libra, me incorporé a la lucha clandestina contra la dictadura, participé en la campaña de alfabetización en la sierra de Granada y leí las obras que me ayudaron a construir una visión del mundo y de la vida.
“La prevalencia de la bondad sobre la inteligencia”. ¿Es la lección más importante que le dio su abuelo?
La lección principal que me dio fue su vida misma y su liberalismo. Pero hay otras frases suyas que son imborrables: “En el amor hay que hacer de la costumbre una aventura”.
Su trayectoria profesional encarna un equilibrio entre empresa y cultura. ¿Es una alianza todavía pendiente en España?
Mi trayectoria profesional discurre, exclusivamente, en el mundo de la empresa y en mi ejercicio como abogado. En el ámbito cultural sólo he participado de manera desinteresada, sin más propósito que el de contribuir cívicamente a la causa de la cultura. Tengo la convicción de que la cultura es estratégica para una sociedad, y que, en España, tanto los políticos como la sociedad civil, tienen que terminar de convencerse.
Dice que la operación de englobar la Zarzuela bajo la Fundación del Teatro Real, dos veces truncada, prosperará al tercer intento. ¿Es su intención impulsarlo?
La Fundación del Teatro Real es una fundación pública adscrita al Ministerio de Cultura, y la Zarzuela también pertenece al ámbito del Ministerio de Cultura, dentro del INAEM. Por tanto, la decisión de unir ambas instituciones líricas en una misma fundación, antes, hoy y mañana, sólo corresponde al Ministerio de Cultura.
El último capítulo del libro se titula elocuentemente Continuará. ¿Cuánto tiempo se da para retomar el ejercicio memorialístico?
Hoy, indeterminable.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
El arte de mi tiempo no puede dejarme indiferente. En la sociedad globalizada en que vivimos es una realidad inabarcable en la que hay obras que me apasionan, otras que no entiendo, y algunas que rechazo.
¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado?
La de nuestra hija, Isabel Sánchez-Bella.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Jaume Plensa.
¿Se ha ‘enganchado’ a alguna serie?
Por supuesto que sí: a Fauda, ¡electrizante!
¿Cuál es la película que ha visto más veces?
Casablanca, con ese inolvidable final en el que la conciencia de la amistad que nace equilibra mágicamente la tristeza del amor que se aleja… aunque siempre les quede París.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Es la nación en la que he nacido, y en la que he querido que transcurriera mi vida.
Denos una idea para mejorar la situación cultural.
¡Presupuestos de supervivencia!