“Antígona, en verdad, no se suicidó en su tumba, según Sófocles, incurriendo en un inevitable error, nos cuenta”. Con estas palabras inicia María Zambrano su obra La tumba de Antígona (1967), una pieza teatral que aúna filosofía y literatura y que, versionada por Nieves Rodríguez Rodríguez y Cristina D. Silveira, protagoniza el cierre del 68.º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, donde se representa (30 años después de la versión dirigida por Alfredo Castellón) desde hoy hasta el 21 de agosto.
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Con escenografía de Amaya Cortaire y composición musical de Álvaro Rodríguez Barroso, la obra cuenta en su reparto con Ana García, Cristina Pérez Bermejo, Elena Rocha, Lara Martorán, Camilo Maqueda y Mamen Godoy.
En las palabras de apertura del texto "se despliega el sentir zambraniano en todo su esplendor: esperanza, tiempo, delirio, amor", según la compañía cacereña Karlik Danza-Teatro, responsable junto al festival de esta coproducción que cuenta con Cristina D. Silveira como directora.
"Esperanza como el último sustento de la vida que permite germinar en conocimiento; tiempo para que la conciencia despierte; delirio para encontrar vínculos con la realidad cuando la realidad impide enraizar en ella la existencia; amor como sueño y sacrificio y promesa", señala la compañía.
Estos ingredientes "cuestionan el canon de manera radical, pues Antígona no solo no se quita la vida, sino que encuentra espacios de tiempo en su delirio con los que poder renacer. ¿No estamos acaso ávidos de nacer del todo? ¿De encontrar razones del corazón a la sinrazón de los tiranos? ¿No tendremos enterrada viva una Antígona cada una de nosotras?".
La obra, según su directora, Cristina, D. Silveira, intenta hacer "danzante" la palabra de la pensadora
El delirio en Zambrano, según la lectura de Karlik Danza-Teatro, "es un lenguaje y una de las más complejas formas de su razón poética, aquella razón que, en último término, permite el nacimiento de la palabra creadora, es decir, palabra de múltiples significados, palabra multívoca, palabra germinativa, palabra reveladora. Una palabra que nunca es la última".
Ahí se encuentra Antígona. Y "ahí nos encontramos junto a ella porque la seguimos oyendo. Y porque mientras la historia que devoró a la muchacha Antígona prosiga, esa historia que pide sacrificio, Antígona seguirá delirando. Y no será extraño, así, que alguien escuche este delirio y lo transcriba lo más fielmente posible".
"Una cosa es estudiar a María Zambrano, otra es escribir a partir de su filosofía y otra diferente es intervenir su palabra, si es que puede ser intervenida. María Zambrano se presta, más que a la palabra, al silencio; y en ese sentido, Cristina, desde la danza, es una maestra”, afirma Nieves Rodríguez.
Cristina D. Silveira destaca la implicación que el equipo ha mostrado en "entender realmente a María Zambrano, desde el cuerpo, y que la palabra pudiéramos hacerla a través de la metáfora, de la simbología: hacer la palabra danzante", como decía Octavio Paz en referencia a la autora.
Ana García considera que, ante las palabras de la filósofa, hay que "escuchar y dejar de hacer, para ser". "Me encantaría que eso mismo pudiera llegar a hacer el público. Aunque al principio la palabra de María pueda llegar a abrumar, ojalá consigamos que [el público] se abra. No quieran intentar abordarla desde el intelecto, o desde cualquier otro lado, sino simplemente recibir. Sería maravilloso y creo que se cumpliría el sueño de todos", añade.
El director del festival, Jesús Cimarro, piensa que esta edición "dedicada las mujeres y las heroínas de ayer y de hoy" no podía tener como cierre "un espectáculo más significativo y simbólico. La tumba de Antígona, escrita por una de las pensadoras y escritoras más inspiradoras, nos ofrece una perspectiva muy singular de uno de los personajes mitológicos más universales y poliédricos".
La compañía extremeña cumple con esta obra 30 años de trayectoria.
El festival cierra una edición que arrancó el 1 de julio y ha acogido montajes como Julio César, Safo, El misántropo, Miles Gloriosus o El aroma de Roma.