“En comparación con el Quijote, que ha inspirado cientos de composiciones musicales, el Lazarillo está prácticamente virgen”, dice a El Cultural Martín Llade, dicharachero y jocoso presentador de la Sinfonía de la mañana en RNE. Este agravio comparativo le removía. Así que decidió comentárselo a David del Puerto. “Se le abrieron ojos como platos. ‘¡Es cierto, hay que hacerla!’, exclamó”, rememora Llade. Del Puerto, además, le pidió que se ocupara él mismo del libreto.
Lo despachó en poco más de un mes. “Su brevedad permite adaptarla de forma que el espectador apenas eche en falta cosas”. El divulgador vasco, además, estaba muy motivado. Sabía que tenía un material idóneo para sustentar un proyecto lírico: “Es una de las obras más importantes del Siglo de Oro, divertida y trágica, y tiene un trasfondo de denuncia muy actual. Y luego está ese maravilloso español”.
Llade, que verá cristalizada su idea en Clásicos en Alcalá el viernes 16, jura que ha sido tremendamente respetuoso con el tenor original. “Un 97% del texto procede de la novela. Creo que quienes hayan leído varias veces el Lazarillo y recuerden sus pasajes más memorables no van a echar nada de menos. Mi preocupación era no desvirtuar en absoluto ese castellano que he procurado tratar como un joyero una piedra preciosa”.
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Advierte Llade también que la versión cinematográfica de Fernán Gómez no le ha servido de referencia. A pesar de la admiración que siente por él, cree que aquella iniciativa no terminó de cuajar correctamente. “Es tan sugerente que Lázaro guarde silencio respecto a ciertas cosas, como la infidelidad de su mujer, que hacerlo explícito destroza toda la elegancia del relato. Por otro lado, la película presta tan escasa atención a personajes como el ciego, que enseguida te percatas de que eso no es el Lazarillo. Hay una voluntad de rellenar huecos, pero es que no había necesidad”. En descargo de Fernán Gómez, recuerda Llade, hay que consignar que este se puso enfermo en mitad del rodaje.
La puesta en escena la firma Ricardo Campelo, que introduce un ingrediente contemporáneo en la adaptación: el contexto de cambio climático radical. Esta atmósfera de distopía despliega una ambigüedad cronólogica: puede ser la España del Siglo de Oro o la de ahora. Al baqueteado protagonista, por ‘prescripción’de David del Puerto, lo interpreta la soprano Ruth González, a la que acompañan sobre las tablas Silvia Zorita, Enrique Sánchez-Ramos, Antoni Comas… El ensemble lo conforman Gala Kossakowski (flauta), Lucas Martínez (oboe), Andrea Pérez (fagot), Zabdiel Hernández (violín), Isabel Anaya (cello), Laura Verdugo (guitarra).
Este Lazarillo no será la única propuesta lírica que se verá en el festival dirigido por Mariano de Paco. En Alcalá de Henares también acogerán, el viernes 9 (día de la inauguración), el estreno de una versión operística de La vida es sueño de Calderón, en la que, como sucedió con Amo y criado el verano pasado, la cita madrileña se alía con el Teatro Mayor de Colombia. Una pareja a la que se añade esta vez la orquesta francesa La Chapelle Harmonique, dirigida por Valentin Tournet. La música corre a cargo de Juan Pablo Carreño y el libreto corresponde a Iván Olano. alberto ojeda