Pearl Jam encuentra la partícula esencial del rock en 'Dark Matter'
El nuevo disco del mítico grupo de Seattle muestra a una banda revitalizada, tan potente como siempre y en plena forma musical.
17 abril, 2024 11:12Pearl Jam porta numerosas medallas en su impecable carrera artística, pero quizás la más valiosa sea la de llevar juntos más de 30 años. Es la única banda superviviente de aquel mágico póker de Seattle que formaba con Nirvana, Alice in Chains y Soundgarden y que tantas alegrías (y posteriores bajones) nos proporcionaron en la ruidosa década de los 90. Pero lo mejor de todo es que, de momento, no parecen tener fecha de caducidad a la vista.
La ciencia dice que la mayor parte de la materia en el universo es 'materia oscura' y que está formada por una partícula desconocida. Cuatro años después de su último disco, Gigaton, el nuevo y duodécimo trabajo de la banda de Seattle, Dark Matter (a la venta el 19 de abril), busca revelar esa partícula desconocida, responsable de que determinadas canciones trasciendan más de la cuenta y resuenen en lo más profundo de nuestro ser.
En sus últimos discos, la banda formada por Eddie Vedder, Mike McCready, Stone Gossard, Jeff Ament y Matt Cameron no había acabado de conseguir la magia que desprendían las composiciones de sus mágicos primeros diez años de carrera, cuando confeccionaron un impecable quinteto de álbumes: Ten, VS, Vitalogy, No Code y Yield, parte indiscutible de la historia del rock norteamericano.
Pues bien, los poco más de 45 minutos escuchados ayer en la premiere mundial adelantada del álbum en diferentes salas de cine a lo largo y ancho del planeta, confirman que la banda de Seattle no solo sigue en plena forma, sino que también ha recuperado gran parte de esa enigmática ‘partícula’ que los ha hecho convertirse en quienes son.
El estreno consistía en dos escuchas seguidas: una a oscuras en plena experiencia zen, seguido de otra con visuales y letras en la pantalla de la sala. De allí surgía una banda con una indiscutible y contundente solidez instrumental encabezada por la habitual potencia lírica y emocional de su cantante Eddie Vedder, un tipo que pese a estar cerca de cumplir 60 años mantiene una sorprendente calidad vocal.
El disco ha sido producido en esta ocasión por Andrew Watt, un talentoso jovenzuelo que viene de trabajar con artistas de toda índole como Selena Gomez, Ozzy Osbourne o Post Malone, y que ha conferido un sonido muy actual y potente a la banda de Seattle, tal y como quedó claro con los dos potentes singles de adelanto lanzados hace unas semanas.
Y es que el trallazo punkrockero Running y la enérgica Dark Matter (con un Eddie Vedder dejándose la voz al estilo de su primer álbum Ten) ya destapaban la incipiente energía que desprende este nuevo trabajo.
El álbum comienza con Scared Of Fear, que ya con su riff de guitarra a la contra y su poderoso estribillo te ponen rápidamente en situación, así como React or Respond, otro buen trallazo reivindicativo que invita a la movilización personal como respuesta más poderosa.
Pero no es hasta la bella y cálida Wreckage cuando realmente aparece la esencia tan característica de la banda. Sin duda, nos encontramos ante un nuevo clásico apto para todos los públicos, que sigue la estela de composiciones míticas como Betterman pero con un toque más de Americana. Y en su musicalidad hay algo también de bello homenaje a Tom Petty, figura muy querida y admirada por Eddie Vedder.
Por otro lado, el comienzo instrumental de Upper Hand despista un poco por su atmósfera más cercana a otro tipo de bandas como U2 o incluso Coldplay (quizá responsabilidad de su productor Andrew Watt), pero rápidamente el medio tiempo y las elegantes guitarras de corte pinkfloydiano junto a la impecable voz de Eddie despejan rápidamente las dudas: esto son los Pearl Jam más maduros y con cierto toque clásico.
El sello inconfundible de las salvajes guitarras de Mike McCready está muy presente a lo largo del álbum, especialmente en Waiting For Stevie, una de las joyas más deliciosamente hardrockeras del disco, que podría haber entrado en cualquiera de sus trabajos de los 90 y que encaja perfectamente en el nuevo repertorio de la banda.
Finalmente Something Special, la canción más feel good, que recuerda a la dulce y tierna Last Kiss, y Setting Sun cierran de manera acústica el disco con gran poso optimista, suponiendo un bonito broche de oro.
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Ahora solo queda comprobar cuantas de estas nuevas canciones estarán incluidas en los diferentes set list de la gira que les traerá por España este verano. Unos conciertos, por cierto, no exentos de polémica debido a los elevados precios de las entradas de sus próximos dos fechas en el Palau Sant Jordi de Barcelona (165 euros en pista, frente a los 98 de 2018).
Pero, afortunadamente, Pearl Jam sigue teniendo el valor indiscutible de ser una banda de rock clásica sin aditivos y sin necesitar tampoco fastuosos montajes visuales para deslumbrar en sus conciertos.
Para eso ya cuentan con una imbatible e irresistible lista de clásicos como Go, Courduroy, Even Flow, Reviewmirror, Better Man, Hail Hail, Do The Evolution, Yellow Ledbetter Jeremy, Smile y un sinfín más. Y es que muy pocas bandas en la actualidad pueden presumir de atesorar un repertorio de semejante calidad y dimensión musical.