Ya están aquí un año más las tradicionales y multitudinarias verbenas del agosto madrileño para distraernos un poco de las puñaladas que asesta el termómetro a la capital por estas fechas. Las de San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma se encadenan en el calendario mientras Madrid aprovecha para declararle su amor a la zarzuela, tan rica en referencias a la historia de la ciudad y a sus fiestas veraniegas.
El género de teatro musical genuinamente español que fue tan popular en el siglo XIX y principios del XX rebrota con fuerza estos días en la cartelera del Teatro de La Latina, con Agua, azucarillos y aguardiente, La Chulapona y La Revoltosa, tres de las obras más conocidas del repertorio. Desde ya y hasta el 25 de agosto podrán verse en el ciclo Zarzuela en La Latina, en el epicentro de estas celebraciones.
Piezas de estas tres zarzuelas sonarán, además, en una comedia de nueva creación que rinde homenaje a la zarzuela en el Teatro Pavón, del 14 de agosto al 15 de septiembre. Se titula Cállate Corazón (sin rastro de la coma del vocativo, esa especie ortográfica en peligro de extinción) y nos sitúa dentro del camerino de una gran cantante de zarzuela que acaba de finalizar su función de La Chulapona.
Zarzuela de zarzuelas
Josefina, según informa la sinopsis de la obra, llega sin muchas ganas a recibir visitas en la breve pausa que tiene entre función y función, pero ese día, precisamente un 15 de agosto, parece que todo cambia. Su cuarto se convertirá en un animado rincón donde se refugiarán amigos, amores del pasado y del presente, una ambiciosa aspirante a diva del canto e incluso los propios músicos del espectáculo que no tienen un lugar donde dejar sus instrumentos.
La trama de esta “zarzuela de zarzuelas” sirve para ir enlazando números de diferentes obras, entre ellas El barberillo de Lavapiés, El barberillo de Sevilla, La del manojo de rosas, El dúo de La Africana, La Gran Vía y las citadas La Chulapona, La Revoltosa y Agua, azucarillos y aguardiente.
Milagros Martín, Ruth González, Rebeca Cardiel, Álvaro Andrés Lara, María Rodríguez, Ángel Walter y Enrique Sánchez-Ramos, entre otros, forman parte del doble reparto que representará la obra. La dirección es de Susana Gómez y la dirección musical es de Miguel Huertas, que además ejerce como pianista del espectáculo. La escenografía es de Ricardo Sánchez Cuerda.
Tres clásicos del repertorio
Por su parte, un elenco de más de 30 actores, con la actriz y cantante Charo Reina entre ellos, y una orquesta de 20 músicos pondrán en pie los tres títulos que se representarán en La Latina. Agua, azucarillos y aguardiente (1897), del maestro Federico Chueca con libreto de Miguel Ramos Carrión, podrá verse del 7 al 11 de agosto. Del 14 al 18 será el turno de La Chulapona (1934), con música de Federico Moreno Torroba y libreto de Federico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde. Por último, del 21 al 25 de agosto regresamos al año 1897 con La Revoltosa, con libreto de José López Silva y Carlos Fernández Shaw y música compuesta por el maestro Ruperto Chapí.
Las tres zarzuelas cuentan con la dirección artística de Luis Roquero, la dirección musical de Enrique García Requena, las coreografías de Patricia Doménech y la dirección vocal de Margarita Marbán.
Agua, azucarillos y aguardiente, perteneciente al género chico (es decir, en un solo acto) nos cuenta la historia de Asia, una chica muy cursi, y su madre, Doña Simona, que se mudan de su pueblo, Valdepatata, a Madrid, donde apenas les llega el dinero para pagar el alquiler. Asia está locamente enamorada de Serafín, quien intenta convencer a Pepa, que regenta un quiosco, para que le eche un somnífero a la madre de su enamorada, pero esta se niega. Será Lorenzo, compañero de Pepa, quien lo haga. Doña Simona se hace la dormida, pero quien cae dormido es únicamente Serafín, tal y como han planeado juntas la mamá, la hija y Pepa. Manuela y Pepa discuten por un puesto ambulante y un viejo amor compartido. Vicente y Lorenzo intentarán mediar en este conflicto, que finalmente acabará con un baile en la verbena de San Lorenzo mientras Serafín es víctima de un peculiar robo.
La Chulapona, zarzuela de tres actos alejada de los argumentos tradicionales, narra la historia de Manuela, de clase obrera cualificada, que posee y dirige un taller de plancha; Rosario, una joven oficiala amiga de esta; y Jose María, un joven seductor que aprovecha sus encantos para divertirse. La Chulapona representa la historia de una nueva clase emergente, bajo la mirada de una mujer que ha tenido que abrirse camino sola en medio de una complicada situación familiar.
La Revoltosa, sainete lírico de un solo acto, traslada al espectador a una corrala madrileña donde se desarrolla una tortuosa historia de amor y celos entre los protagonistas, Mari Pepa y Felipe. Lo que empieza como un amor en silencio, acaba en una relación llena de discusiones por los celos de Felipe ante las miradas de Mari Pepa a los hombres. Las vecinas, hartas de la curiosidad que despierta la protagonista en sus maridos, les tienden una trampa que acabará por favorecer el amor entre Mari Pepa y Felipe, quienes por fin se confiesan ante toda la vecindad.