Danza

Ohad Naharin: En Batsheva buscamos libertad, no un estilo"

Actúa en Madrid en Danza

19 noviembre, 2010 01:00

El coreógrafo Ohad Naharin

Madrid en Danza presenta viernes y sábado, en los Teatros del Canal, Max, por la Batsheva Dance Company que dirige Ohad Naharin, quien además imparte una clase sobre su famosa técnica Gaga.

El hecho de que la danza contemporánea se haya convertido en uno de los grandes activos culturales de Israel se debe, en parte, a la labor que ha venido desempeñando la Batsheva Dance Company. Es la compañía más importante del país, financiada por el Gobierno y fundada hace 46 años por la Baronesa Batsheva de Rothschild, siendo la primera en representar el legado de Martha Graham fuera de su troupe. Desde hace veinte años la dirige Ohad Naharin, formado en el American Ballet y con Maurice Béjart, y hoy uno de los coreógrafos más célebres. Es, además, el inventor de Gaga, lenguaje del movimiento en el que entrena a sus bailarines, pero también a toda aquella gente que, sin vocación de actuar en un escenario, "reconoce el placer que hay en el esfuerzo, la velocidad y el aislamiento del cuerpo".

-Lleva 20 años en Batsheva ¿no es mucho tiempo?
-Nunca supe que iba a estar tanto tiempo al frente de la compañía y hace dos años ni siquiera pensaba que lo estaría hoy. Supongo que siempre me he sentido cómodo, por eso sigo aquí. También juego con el conocimiento que me han dado los años. He construido algo con mis bailarines, con mis colegas, con la gente con la que trabajo. Aprendí a coreografiar haciendo coreografías.

-Sólo bailan repertorio contemporáneo. ¿Nunca ha pensado en ampliarlo?
-No, porque no está conectado con la historia de la compañía, no es de eso de lo que va este proyecto. Antes que yo, hubo otros directores que sí bailaron otros estilos, y todos los bailarines aprendieron ballet. Podrían hacer eso que se llama ballet neoclásico, están capacitados, pero no estoy interesado. Me limito a distinguir entre trabajos curiosos y trabajos menos curiosos. Algunos están conectados con la danza clásica, otros con lenguajes diferentes. Para nosotros lo importante es tener libertad para movernos en la dirección que queremos sin plantearnos qué estilo hacemos. Investigamos en el cuerpo humano y su movimiento, en las texturas, en la fuerza, en el poder y la velocidad. Se trata de conectar la composición con todos esos elementos que no tienen nada que ver con un estilo determinado.

-¿Qué le pide a un bailarín para estar en la compañía?
-Si mira a mis bailarines, se dará cuenta de que son muy diferentes entre ellos, pero tienen algo muy importante en común que está relacionado con su pasión, con sus habilidades y con el poder de su imaginación. Mis bailarines tienen que tener esas tres capacidades.

-También compone para un público infantil, ¿es la manera de difundir la danza?
-Tenemos una compañía joven, la Batsheva Ensemble, y por tanto, tenemos la obligación de bailar para los escolares. Esta compañía es una bendición porque me da la oportunidad de conocer a los bailarines en el comienzo de su carrera y darles una educación y una forma de mirar la danza que es imprescindible para entrar en la compañía grande. Todos los bailarines que ahora figuran en Batsheva han pasado por la joven. Además, las audiencias jóvenes son para mí un desafío porque no se puede hacer algo que sea menos inteligente ni menos imaginativo, hay que hacerlo igual de bien. Y como no hay una tradición, no hay una expectación para vernos bailar, así que es fácil arriesgarse y ofrecer nuevas cosas.

Lenguaje del movimiento
-¿En qué consiste Gaga?
-Fue un descubrimiento, no una creación. Todos tenemos que encontrar esos movimientos que están esperando ser modificados, hallar la conexión entre esfuerzo y placer, estar más cercanos a nuestras sensaciones para ser más instintivos, delicados, explosivos en nuestros movimiento. Trata de la eficiencia del movimiento, de la forma, de su propia forma, para ser capaz de ser eficiente sin necesidad de mirarte al espejo. No se nos permite mirar el espejo cuando lo practicamos. Y también se basa en el poder de la imaginación y de la musicalidad. Lo practico cada día y me mantiene feliz y sano, protege mi cuerpo. Con Gaga también soy capaz de abrirme a la gente con la que trabajo de forma rápida. Es un tesoro que todos tenemos sólo que no sabemos cómo utilizarlo.