El BNE se sale fuera de los cánones en Alento & Zaguán. Foto: James Rajotte

El Ballet Nacional de España (BNE), que dirige Antonio Najarro, vuelve este viernes, 12, al Teatro de la Zarzuela de Madrid. Tras el estreno de Sorolla la temporada pasada, coreografía con la que Najarro homenajeó al riquísimo folclore español, el (BNE) se enfrenta ahora a un nuevo montaje, Alento & Zaguán, que combina dos de las ramas fundamentales de la danza española: el clásico español y el flamenco.



Fiel a su propósito de aportar a la compañía su personal forma -desinhibida y contemporánea- de entender la danza más tradicional, Najarro se atreve ahora con dos piezas nuevas con las que, de forma conjunta, pretende mostrar el nivel de su plantilla. "Era el momento de presentar un espectáculo como este", cuenta Antonio Najarro a El Cultural, "porque nuestros bailarines tienen ahora la capacidad de mostrar, transmitir y defender lenguajes distintos dentro de un mismo género. Tanto el clásico español como el flamenco están llenos de giros y matices que los enriquecen".



Sobre música de Fernando Egozcue -su compañero de creación desde hace años- que será interpretada en el foso por la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, Antonio Najarro ha conformado Alento, la pieza que abre la noche. En ella, explica, "he proyectado todo mi bagaje coreográfico recuperando ideas y conceptos de las coreografías que fui haciendo años atrás para mi compañía". El director del BNE vuelca su personal forma de entender la danza española a través de un lenguaje vivo, ágil y lleno de efectismo con un peculiar uso de la castañuela y la coreografía de grupo. Los diseños de vestuario de Teresa Helbig y la iluminación de Nicolás Fischtel dan forma a una pieza que, a través del blues, el jazz y el soul, se acerca a la danza clásica española bajo el prisma inconfundible del coreógrafo: "El nivel artístico y técnico de la compañía es lo suficientemente alto como para mostrar mi sello, ya que supone salirse un poco de los cánones tradicionales".



Zaguán -la pieza flamenca de la velada- engloba sobre música de Jesús Torres el trabajo de varios coreógrafos invitados; cada bailaor se ha acercado a un palo flamenco en el que ha volcado su experiencia y sabiduría. De entre ellos, un nombre de referencia ocupará, además, el escenario: Blanca del Rey interpretará su conocida Soleá del mantón, el baile emblema de su carrera.



El lenguaje del mantón -más que complemento, un compañero- revive en el baile de Blanca del Rey, y lo deja después en manos del BNE, que lo hará suyo. La milonga y los tangos coreografiados por La Lupi homenajean a las grandes bailaoras del pasado adaptando el estilo de cada una al elenco actual de la compañía con un baile visceral y enérgico. Seguiriya y guajira cobran cuerpo con el baile joven, pero bien enmarcado en la tradición, de Marco Flores. Mercedes Ruiz, que ha coreografiado unas alegrías de Córdoba, rezuma saber hacer y defiende el gusto por la calidad. "Zaguán -explica el director del BNE- muestra la armonía entre la raíz del flamenco y la visión actual de los nuevos creadores". La pieza cuenta con vestuario de Yaiza Pinillos, dramaturgia de David Picazo y escenografía de Emilio Valenzuela.



"Tengo ilusión, nervios y muchas ganas", confiesa Antonio Najarro. "Hasta que no lo ves todo junto en el escenario, y se levanta el telón… nunca sabes cómo va a resultar el espectáculo. Pero si continúo aquí es porque sigo con ilusión, eso es determinante".