Marta izquierdo en un momento de She's mine, pieza que se estrenó en aviñón en 2008

La coreógrafa madrileña presenta en Matadero dos piezas a partir de este martes: She's Mine, colorista y kitsch sátira de las famas volátiles inspirada en la Movida, y Practice Makes Perfect, incursión en danzas folclóricas.

La enorme distancia entre Marta Izquierdo y la escena española puede chequearse en Google. Casi todo el aparato crítico que documenta su trayectoria en los últimos años está escrito en francés. Como, por ejemplo, el relativo a She's Mine, su primera pica en el país vecino, ya comandando su propia compañía (Lodudo). La puso en el Festival de Aviñón en 2008. Allí, en el inabarcable maremágnum de propuestas escénicas, logró llamar la atención con esta pieza. "Con un espíritu trash y delirante que podemos encontrar en Almodóvar, Marta Izquierdo juega a ser una estrella con un aplomo y una ironía irresistibles", escribió Jean-Marie Wynants en Le Soir sobre la pieza, que presenta el martes 12 y miércoles 13 en Matadero.



Llega reclutada por Mateo Feijóo, que está desarrollando una loable labor de reivindicación de artistas españoles expatriados. Figuras que han logrado en sus países de adopción altas cotas de reconocimiento y que aquí, por el contrario, sus nombres apenas dicen nada. En ese perfil encaja a la perfección la madrileña Marta Izquierdo, que en She's Mine retrata con sarcasmo el volátil mercado de la fama. "Me inspiré en todas esas estrellas que aparecen de pronto y dicen ‘me gustaría hacer vibrar al mundo entero tan solo un momento', como Edie Sedgwick, musca de Warhol, y las fábricas de celebrities de la televisión y el mundo del espectáculo", explica a El Cultural.



"Me inspiré en todas esas estrellas que aparecen de pronto y dicen 'me gustaría hacer vibrar el mundo', como Edie Sedgwick, la musa de Warhol", dice Izquierdo

A pesar de su prolongado ‘exilio' francés, Izquierdo buscó en su pasado suburbial la inspiración estética. En concreto, el feísmo, que la sitúa en la línea de influyentes coreógrafos como Alain Platel. Revela Izquierdo que es un guiño al barrio donde se crio: Carabanchel (a cuatro pasos, por tanto, de Matadero). "Allí había de todo, incluido mal gusto", recuerda. La movida es otro ingrediente madrileño que emplea en este guiso kitsch y colorista. "Yo nací en la posmovida pero me quedo con su libertad de expresión, la liberación sexual, el humor tragicómico, los hombres adoptando enunciados y prácticas femeninas, las estrellas hechas a mano o, al menos, con lo que tenían a mano...", enumera. Los críticos galos, como vimos, rápidamente la asociaron a Almodóvar y ella lo suscribe: "La protagonista parece sacada de una de sus películas, vestida con bragas y sujetador de leopardo, igual que los zapatos de tacón y la peluca".



La propuesta de Feijóo consistía no sólo en exhibir este título sino también constrastarlo con el último que ha manufacturado, Practice Makes Perfect, que podrá verse los días 14, 15 y 16 diciembre. Se trata de una exploración de dos tradiciones folclóricas de un lado y otro de los Pirineos con un elemento común: los palos. La primera es el ball de bastons catalán, de connotaciones guerreras y agrícolas. La segunda es la danza provenzal l'Arlequine, que tiene una dimensión mágico-religiosa. "Es una obra más cercana al ritual y concentrada en el lenguaje del cuerpo, porque en estos años me he ido poco a poco desprendiendo de los textos, que en su momento me ayudaron y ahora ya no necesito", explica Izquierdo.



Aparte de la exhibición de ambos trabajos, Matadero ha organizado un encuentro con la artista el viernes 15. Estará acompañada de Feijóo y de María Muñoz (de la compañía Malpelo). En él, Izquierdo hablará de esa progresiva renuncia al texto. "Mi tesis principal es que nunca he practicado el movimiento abstracto. Siempre digo algo cuando me muevo. La dramaturgia de fondo es una idea, no un historia".



@albertoojeda77