La bailarina y coreógrafa Olga Pericet tenía un montón de proyectos en marcha —entre ellos su espectáculo Un cuerpo infinito— cuando la pandemia de Covid-19 paró en seco todas las actividades relacionadas con las artes escénicas. Desde el confinamiento nos habla de ello y de su esperanza en que cuando regrese la normalidad podrá retomarlos aún con más energía que antes. También nos habla de las dificultades que entraña ser artista y empresaria, especialmente en España, un país con poco aprecio por la danza.
#LaFunciónVaAComenzar es una campaña de la Academia de las Artes Escénicas y El Cultural que pretende subrayar la incidencia positiva de las artes escénicas en la sociedad precisamente en momentos difíciles como los que vivimos, pero también quiere recordar la fragilidad de su producción y las dificultades que entraña volver a subir el telón.
Licenciada en danza española y flamenco en Córdoba y conocedora del contemporáneo, Olga Pericet es una de las figuras más renovadoras de la escena flamenca actual. Ha estudiado con artistas como Matilde Coral, Manolo Marín, Maica Moyano y José Granero, entre otros, y ha sido solista y artista invitada de compañías como la de Rafaela Carrasco, Nuevo Ballet Español, Arrieritos, Belén Maya o el Ballet Nacional de España. Ha compartido escenario junto a figuras como Ana Laguna, Nacho Duato, Enrique Morente, Merche Esmeralda o Carmen Cortes, entre otros.
A partir de 2004 estrena como coreógrafa diversos espectáculos y participa en La Bienal de Flamenco de Sevilla, en el Festival de Flamenco de Jerez y en varios Festivales Internacionales. Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Danza, el Premio Max 2015 a mejor bailarina principal, el Premio Ojo Crítico RNE y el Premio Nacional de Flamenco Pilar López.