El bello poema de García Lorca Norma y paraíso de los negros (de Poeta en Nueva York) es el punto de partida del nuevo espectáculo de María Pagés. La bailaora y coreógrafa, Premio Nacional de Danza 2002, consolida así una línea de creación orientada a la fusión entre baile flamenco y poesía. Lo hizo con el reciente Una oda al tiempo (2019), con poemas de El Arbi El Harti y ecos de Pablo Neruda, y lo vuelve a hacer ahora con Paraíso de los negros, un montaje que llega a los Teatros del Canal el 15 de octubre para explorar los caminos que llevan a la felicidad.
Pagés busca en esta ocasión alcanzar, a través del movimiento, el personal misticismo de Lorca, creando un espacio intimista capaz de convertir en algo físico los versos del poeta granadino. “Es un trabajo muy orgánico –reconoce Pagés–. La poesía es algo que está muy enraizado en el flamenco. Es una parte fundamental de su evolución, de su propia trayectoria vital. El flamenco es un arte que nació como expresión directa de un pueblo. Si vemos ahora el flamenco en los grandes teatros es porque hemos ido superando escalones y abriendo el diálogo con otras artes. Eso es lo que le hace ser verdaderamente contemporáneo”.
'Paraíso de los negros' busca el misticismo y el principio lorquiano de libertad a través del movimiento
Pagés, autora de montajes como Autorretrato (2008), Dunas (2014) y Yo, Carmen (2016), ha contado con parte de su equipo habitual. Empezando por El Arbi El Harti, con el que firma la idea, la dirección, las letras y la dramaturgia y siguiendo con los músicos Rubén Levaniegos, Sergio Menem y David Moñiz. El equipo de Pagés busca en Paraíso de los negros el sosiego de la felicidad pero se inspira en “la arritmia, las anomalías, el desorden y la asimetría que genera la angustia existencial”. Aquí, sentencia, “el principio lorquiano de libertad es un pájaro atrapado en una ramita untada de cola”.