El coreógrafo Jon Maya, director de la compañía Kukai Dantza y Premio Nacional de Danza en 2017, presentó hoy en Madrid, en la sala Berlanga, dos singulares trabajos que dan cuenta de sus labores coreográficas más recientes: por un lado, la edición de Cuaderno de creación dedicado a recoger el íntimo proceso creativo —y casi siempre oculto— que siguió con su compañía para poner en pie la trilogía A puerta cerrada; por otro, dos producciones audiovisuales rodadas durante la pandemia con el realizador David Bernués y su compañía en las salas del Museo Universidad de Navarra, expresamente filmadas para ser difundidas online.

A medio camino entre el cuaderno de bitácora, el archivo y el catálogo, el dedicado a Jon Maya es el cuarto título de la colección que viene publicando el citado Museo desde 2018, colección dedicada a recoger los cuadernos de creación de coreógrafos de danza contemporánea españoles (Javier Martín, Itsaso A. Cano y Danni Pannullo han sido los predecesores). La edición y redacción en esta ocasión es de la filósofa Ilbi Albizu, que ha trabajado de cerca con Maya para reconstruir el proceso que ha seguido en esta trilogía.

Albizu, además de entrevistas con el protagonista, ha recopilado materiales de otros creadores como el músico Luis Miguel Cobo o el coreógrafo Sharon Fridman que han participado en A puerta cerrada (Hoy y mañana son ayer, Situaciones y Gauekoak). Por ejemplo, reúne frases de figuras inspiradoras de Maya, imágenes, dibujos, esquemas coreográficos, partituras musicales…. “Este libro es una mentira”, explicó Albizu, “porque en realidad nos lo hemos inventado”. A lo que Maya apostilló que es “una mentira a medias, porque me siento muy identificado en lo que recoge y transmite, refleja fielmente el espíritu de mi equipo”.

La trilogía coreográfica a la que se refiere el libro reúne dos obras (Hoy y mañana... y Situaciones) que Maya ideó para ser filmadas en las salas del Museo y emitidas online durante la pandemia, desde la plataforma del mismo. La tercera pieza siguió una elaboración mas tradicional, ya que Gauekoak acababa de ser estrenada cuando se decidió el confinamiento y su gira quedó suspendida. Esta misma pieza abrió el teatro del Museo cuando las salas volvieron a la normalidad.



La realización de los audiovisuales tienen una factura impecable, obra de David Bernués que ha trabajado en colaboración con Maya, mientras la música es original de Luis Miguel Cobo. La idea de la dificultad del contacto de los cuerpos inspira el movimiento de los bailarines. El primero de las producciones audiovisuales, rodada en blanco y negro, recuerda las extraordinarias fotografías de José Ortiz-Echagüe (el Museo tiene su fondo, un auténtico tesoro de la fotografía) que realizó a las mujeres del Valle del Roncal en torno a 1920.

Maya se inspira en la danza tradicional que bailaban estas doncellas, el ttun-ttun, para recrear en distintas partes del museo aquella danza de la mano de sus bailarinas ataviadas con aquellos trajes. La pieza termina con un duo, coreografiado por Sharon Fridman, que es un escultórico paso a dos.

La segunda pieza, Situaciones, combina blanco y negro e imagen en color. Comienza en un tono misterioso, lleno de sombras y perfiles difuminados. Los bailarines establecen también un diálogo con las fotografías de David Jiménez que cuelgan de la sala del museo donde ruedan, un escenario que se alterna con el espacio abierto y liberador de las terrazas del edificio donde se desarrolla la parte final, ahí Maya compone un juego coreográfico abstracto y de una gran potencia visual y liberadora.

El coreógrafo recordó que estas dos piezas audiovisuales fueron obras de urgencia, que surgieron a propuesta de Jose Manuel Garrido, asesor del Museo, y de Teresa de Lasheras, directora de artes escénicas y de la música del Museo en un momento de gran confusión. Considera que el audiovisual puede ser una herramienta útil para la danza, pero tiene claro que su trabajo es presencial, está “en el directo”.

Noticias relacionadas