Johan Inger. I New Then. Playhouse Arts Center de Melbourne
Para Johan Inger (Estocolmo, 1967) arranca una temporada trepidante. “Todo lo que se fue posponiendo por la pandemia ha venido de golpe. Estoy muy ilusionado pero agotado”, explica. El 20 de octubre verá la luz I New Then en Melbourne mientras prepara nuevos montajes para el Ballet BC de Canadá y las óperas de Gotemburgo y Dresde. A pesar de los trajines, se resiste a ponerse al mando de su propia compañía. “Ya dirigí el Cullberg Ballet durante cinco años y fue una montaña rusa que no disfruté todo el tiempo. A medida que te haces mayor, hay que ser honesto y ver qué es lo que quieres hacer y en lo que eres bueno. Dirigir, a pesar de lo tentador, es muchísimo trabajo y cada vez me veo más como coreógrafo independiente”, afirma Inger.
Afincado en Sevilla, está volcado en su proyecto de formación Take Off Dance con sede en San Juan de Aznalfarache y los primeros resultados los veremos en el próximo Festival de Itálica. Las dificultades de los jóvenes para incorporarse al mercado laboral le impulsaron a crear un programa de formación de un año con el que puedan trabajar con coreógrafos relevantes y tener una primera experiencia profesional. “La danza es un arte que se transmite de generación en generación. Todos tenemos la responsabilidad de devolver algo de todo eso para que nuestro arte siga creciendo y desarrollándose”.
Lucía Lacarra. In the Still of the Night. LaFACT (Tarrasa)
In the Still of the Night, la pieza que le valió el Premio Max a la mejor bailarina en 2021, llegará a LaFACT de Tarrasa el 15 de octubre y a Oviedo en marzo. Lucía Lacarra (Zumaya, 1975) es una de las bailarinas más líricas de nuestros escenarios por su llamativo físico –que su actual partenaire, Matthew Golding, sabe presentar resplandeciente en escena– y un particular sentido dramático. “In the Still… llegó a los dos meses de estrenar Fordlandia –que habíamos creado durante el confinamiento, conmigo en Zumaya y Matthew en Ámsterdam–, cuando los teatros volvieron a cerrarse en Alemania. Nos ayuda a que recordemos la pandemia y el confinamiento como algo productivo. Estas obras son como nuestros hijos”, explica la bailarina.
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Juntos preparan ahora Lost Letters, un montaje con doce bailarines que Golding empezará a coreografiar en octubre. “Como bailarín, tu única responsabilidad es simplemente bailar bien; el resto –vestuario, escenografía, música, producción o distribución– no es parte de tu trabajo. Sin embargo, ahora todo depende de nosotros, lo que lo hace mucho más importante y, cuando uno llega al escenario, la satisfacción es innombrable. Se convierte en una experiencia mucho más enriquecedora que cuando te regalan un rol o un ballet en una compañía”, añade Lacarra.
Núria Guiu. Cyberexorcismo. Temporada Alta y Mercat de les Flors
Núria Guiu (Barcelona, 1985) disfruta su meteórico ascenso como residente en el Mercat de les Flors de Barcelona. Su trabajo indaga en la relación de la danza con el entorno digital y su última obra –Cyberexorcismo– continúa sus celebradas Likes y Spiritual Boyfriends. Guiu trabajó con cinco intérpretes/TikTokers para explorar “el lenguaje de las danzas viralizadas y los mecanismos de funcionamiento vinculados a un fenómeno sociocultural pero también económico, con nuevas estrategias de marketing donde el usuario a menudo acaba atrapado en un infinito scroll de vídeos y no siempre es fácil vislumbrar si se trata de una danza o de un anuncio, de un producto personal o comercial”.
Cyberexorcismo podrá verse el 13 de noviembre en el Festival Temporada Alta de Gerona y del 6 al 8 de mayo en el Mercat de les Flors. Guiu, recientemente galardonada con el Premio Nacional de Cultura de Cataluña, está trabajando en una película sobre el proceso de creación de Futuralgia, una pieza para seis bailarinas del Bremen Theater. Como intérprete, Núria Guiu también estará en escena esta temporada con MEDIUM, una cocreación con la noruega Ingri Fiksdal sobre música del mítico grupo de black metal Sunn O))). La pieza acaba de estrenarse en el Black Box Theater de Oslo y pronto podrá verse en Barcelona.
Miguel Ángel Berna. Jota +. Museo Universidad de Navarra (Pamplona)
Miguel Ángel Berna (Zaragoza, 1968) mantiene intacta su fascinación por el folclore. Su personalidad reflexiva propicia un trabajo alejado de tendencias pasajeras, siempre reconocible por su impronta estilizada y muy rigurosa. “Creo que nuestra profesión es alquimia y, como tal, exige un gran esfuerzo en la búsqueda y transmutación de uno mismo”, afirma. El 22 de octubre interpretará en el Museo de la Universidad de Navarra Jota +, un montaje que cuenta con dirección musical de Alberto Artigas y colaboración de Cesc Gelabert.
Berna despliega sus mejores armas en un espectáculo que esconde referencias a Belchite, Bujaraloz, los Monegros o las fiestas de Santa Quiteria de la Almolda. Crónica del alba, creada con la bailarina y coreógrafa Sara Calero, podrá verse en el Teatro Principal de Zaragoza del 16 al 20 de noviembre. Parte de una adaptación de la obra de Ramón J. Sender por Cristina Yáñez, tiene dirección musical de Guillermo Mata, vestuario de Luis Dos Santos e iluminación de J.M. Hernández de la Torre. “Nos llega mucha información del exterior y nos olvidamos de nuestro interior, que es donde tenemos todo”, explica Berna. “En esta etapa busco la sencillez y me doy cuenta de que es lo más difícil de encontrar. Me apetece mucho compartir con mis compañeros de profesión y, por supuesto, con el público”.
Instituto Stocos. Embodied Machine. Museo de Arte Contemporáneo de Vigo y Festival Arteria Tortosa
El Instituto Stocos –Muriel Romero (Murcia, 1972) y Pablo Palacio (Laredo, 1976)– parte del estudio y desarrollo vertebrado de gesto, sonido e imaginería visual. Acaban de estrenar Embodied Machine, el colofón de un proyecto junto al Motion Bank desarrollado por William Forsythe y la Universidad de Coventry. “Hablamos de ‘máquina’ –explica Palacio– en su sentido etimológico. Significa truco, engaño. La ciencia, la tecnología, nos permiten experimentar no la ilusión de la realidad, sino profundizar en la realidad de la ilusión, que es la función del arte para nosotros. Te engaña para creer”.
Emplean captura de movimiento que traduce las evoluciones de la bailarina en tiempo real a través de haces de luces robóticas, láser y sonido espacial. Están también volcados en Performing arts in a new era, un proyecto europeo centrado en modernizar las artes escénicas dentro del prestigioso programa Horizon. Dice Romero que, aunque con algunas instituciones españolas sí han podido compartir resultados, no siempre es así. “A veces no se reconoce la importancia de estas iniciativas”, admite. Estarán en el Festival Arteria Tortosa (día 15 de octubre) y el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (11 de noviembre). “Se atribuye a Goethe la idea de que la arquitectura es música petrificada; la danza es arquitectura y música en movimiento”, concluyen al unísono.
Manuela Nogales. Mínimal singular. Teatro Echegaray (Málaga)
Está en puertas de estrenar Mínimal Singular el 21 de octubre en el Teatro Echegaray de Málaga. Manuela Nogales (Basauri, 1962) se reafirma como una de las coreógrafas más fieles a sus principios artísticos. “Creo en la danza como materia que modifica y propone modelos de conocimiento, conciencia y sensibilización, y que debe alejarse de los actuales patrones de mercado, consumo y banalización de las artes”, reivindica. Anhela “una vuelta a la naturaleza del silencio”.
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Siempre reivindicativa, Nogales dice que sigue creando “enfrentada a la desaparición, a la desubicación, a los múltiples obstáculos para el desarrollo profesional del sector privado”. Se inspira en “metáforas de trascendencia poética” que contrastan con el mundo digital y virtual que nos envuelve. Volcada también en la docencia, reconoce que “ser maestra es abrir una vía llena de posibilidades que señala, guía y permite a las estudiantes una conexión más estrecha y profunda con el mundo interior. Participar, descubrir y observar estos procesos de crecimiento, desde casi ya cuarenta años, es algo que ha llenado mi trayectoria profesional”.
Una mirada conscientemente femenina que aspira a “que las sociedades sean igualitarias y que se vea reflejado en todos los ámbitos. Desde la praxis de la danza contemporánea se han podido romper, modificar y descubrir modelos y formas de hacer y de ser”.
Energía española en Alemania
Goyo Montero (Madrid, 1975), director del Ballet del Staatstheater de Núremberg, es el veterano de un grupo de españoles que estará al mando de los ballets de Bremerhaven (Alfonso Palencia), Heidelberg (Iván Pérez) y Kaiserslautern (Luisa Sancho-Escanero y Elena Iglesias). La política cultural alemana, con su proliferación de teatros de ópera, no tiene reparos en poner a foráneos al frente de agrupaciones que cuentan con una programación estable en su propio escenario, con orquesta y un elenco sólido de bailarines. “Nunca me he sentido extranjero trabajando en Alemania”, explica Goyo Montero a El Cultural.
“Estoy muy agradecido por poder seguir haciendo lo que me apasiona en una compañía con muchísimas posibilidades y casi ninguna limitación económica o de infraestructuras. Es mi 15ª temporada y creo que en este tiempo he aportado mi identidad como coreógrafo, pero también hemos atraído y educado al público con un repertorio muy amplio y ambicioso como tienen pocas compañías de Europa”. En octubre presentará un programa triple junto a Ohad Naharin y Edward Clug mientras prepara Goldberg, una gran obra que estrenará en diciembre con música de su habitual colaborador Owen Belton a partir de la partitura de Bach.
En abril presentará un programa doble junto a Hofesh Shechter y terminará la temporada con Boîte-en-valise, inspirada en Marcel Duchamp. “Es una retrospectiva con mirada al futuro que enlaza obras que otros coreógrafos nos han dado a lo largo de los años: Inger, Bigonzetti, Forsythe, Ek, Goecke, Spuck, Ekman… Incorporaré un hilo conductor con los estudios más breves de Chopin”, explica Montero. Tener un 95% de ocupación le permite arriesgar: “Sabemos que el público nos sigue y tenemos un presupuesto estable que nos deja trabajar a medio y largo plazo; creo que tanto los políticos como los altos cargos del teatro están tranquilos con nuestro proyecto porque saben que el trabajo tiene calidad y funciona”, afirma.