Desde 1987, la Compañía Nacional de Danza no había estado bajo la dirección de una mujer. En aquel año, Nacho Duato sucedió a Maya Plisétskaya, marcando el inicio de una etapa que, aunque exitosa, se distanció del ballet clásico tradicional. Hoy, una nueva era se abre con la designación de Muriel Romero, cuyo nombre se une a la prestigiosa historia de una compañía que ha dejado una huella indeleble en la danza española.
Este cambio, como casi todo lo que ocurre en estos nuevos y convulsos años 20, no ha estado exento de cierta controversia, especialmente por la partida quizás prematura del anterior director, Joaquín de Luz. Mas ahora toca mirar hacia adelante. Con Muriel Romero hablamos de sus planes inmediatos y futuros, su visión artística y algunos recuerdos que la han acompañado a lo largo de su carrera.
Pregunta. Usted llega a la dirección artística de la CND después de que la compañía haya estado dirigida por artistas muy diferentes: Maya Plisétskaya, Nacho Duato, José Carlos Martínez y Joaquín de Luz. ¿Cuál es su visión general para la compañía y cómo espera que evolucione bajo su liderazgo?
Respuesta. Queremos una entidad que muestre el enorme potencial que reside en el cuerpo en movimiento, visibilizando la estrecha relación de la danza con otras disciplinas artísticas. Una compañía que trabaje con múltiples estilos, con un repertorio amplio y en constante evolución, donde se fomente el diálogo con creadores consagrados y emergentes y en la que se muestre la versatilidad de la danza, la de todos los tiempos.
P. Después de una prolongada y exitosa temporada en la que la CND desterró de su reportorio la danza clásica, esta volvió para coexistir con el contemporáneo cuando José Carlos Martínez asumió la dirección. ¿Mantendrá esta dualidad?
R. Rotundamente, sí.
P. ¿Cómo piensa equilibrar la programación entre el ballet clásico y la danza contemporánea?
R. La programación se articulará de forma que ambos estilos, y sus variaciones, estén representadas.
P. ¿Existe un género que considere prioritario o más relevante para la compañía?
R. Creo, sinceramente, que esa dicotomía, esa especie de pugna, es estéril e inútil y que, afortunadamente, ya está superada.
P. El público español está muy diversificado en cuanto a gustos por la danza. ¿Cómo planea atraer tanto a los amantes de la danza clásica como a los seguidores de propuestas más contemporáneas?
R. Abarcando todos los lenguajes coreográficos con la mayor excelencia y calidad. Contextualizando las obras en los espacios pertinentes, los cuales ya tienen sus públicos.
"Soy coreógrafa desde hace 15 años. Por supuesto que crearé obras para el elenco de la CND"
P. Desde Duato a De Luz, los directores de la CND han creado coreografías para la compañía. ¿Tiene usted pensado abordar la creación coreográfica?
R. Yo soy coreógrafa desde hace 15 años. Por supuesto que crearé obras para el elenco de la CND aportando la experiencia y la investigación que durante muchos años he realizado en torno a la relación del cuerpo, la música contemporánea, la psicología experimental, las artes visuales y las nuevas tecnologías que persiguen la amplificación y la interacción entre el cuerpo, el sonido, la luz y la imagen.
P. En este sentido, ¿cuáles son los estilos o creadores contemporáneos que más le inspiran?
R. Las coreógrafas y coreógrafos que más me inspiran son los que tienen una mirada única, con una investigación y propuestas artísticas singulares, con independencia del estilo en que se les clasifique.
P. ¿Piensa incorporar la figura del coreógrafo o la coreógrafa residente tal y como se estila en varias compañías europeas?
R. La figura de coreógrafas o coreógrafos residentes en la CND es algo sobre lo que tengo que reflexionar más y que dependerá de aspectos como agendas y presupuestos.
P. Uno de los desafíos de una compañía nacional es mantener una identidad cultural única. ¿Cómo pretende representar la danza española en su repertorio mientras mantiene un enfoque internacional?
R. Creando un espacio donde converjan coreógrafos y coreógrafas consagrados nacionales e internacionales. Tendremos que dialogar con creadores de todos los estilos y en especial con aquellos nacionales que hasta ahora no han colaborado con la compañía.
"No descartamos ningún mercado. Queremos estar en todos los espacios. La calidad y singularidad de nuestras producciones será nuestro pasaporte"
P. En cuanto a la proyección internacional de la compañía, ¿qué mercados considera prioritarios para la CND? ¿Cómo piensa posicionarla en esos escenarios globales?
R. No descartamos ningún mercado. Queremos estar en todos los espacios. La calidad y singularidad de nuestras producciones será nuestro pasaporte.
P. En una era de constante innovación tecnológica, ¿cómo visualiza la integración de tecnologías digitales y nuevos formatos en la puesta en escena de la danza?
R. Adoptando y creando tecnologías para el acompañamiento de todo el proceso creativo de una obra: desde la investigación, pasando por la creación, la producción y llegando a la distribución y la exhibición.
P. ¿Qué importancia le da a la formación de nuevos talentos dentro de la compañía? ¿Tiene en mente algún programa o iniciativa para apoyar a coreógrafos emergentes o bailarines jóvenes?
R. Programas como Creadores CND y Residencias de Creadores. Queremos, además, escuchar y estudiar fórmulas que nos vinculen permanentemente con el talento emergente.
"La migración forzada la he vivido, enriquece pero volver es siempre un anhelo"
P. Sabemos que España ha exportado talento excelso a otros países con dos ejemplos claros: Ángel Corella y Tamara Rojo. ¿Existe alguna posibilidad de establecer colaboración con ellos? ¿Se plantea la recuperación de talento español en el extranjero para la compañía?
R. Estamos abiertos, queremos dialogar con todos ellos. La migración forzada la he vivido, enriquece pero volver es siempre un anhelo.
P. Uno de los talones de Aquiles de la CND es la carencia de una sede permanente. ¿Alguna buena noticia al respecto?
R. No, ¡ya me gustaría darte la primicia!
P. ¿Cuál será su sello de identidad: grandes producciones clásicas o creaciones más diversas?
R. Definitivamente, ambas.
P. ¿Me regala un recuerdo de sus tiempos bajo la égida de Maya Plisétskaya?
R. De las primeras veces que bailé con ella tengo grabado en la mente sus brazos, cómo se preparaba entre cajas para enfrentar, como si fuera su primera vez, la muerte del cisne.
Ahora queda un camino tan complejo como hermoso por recorrer. Dirigir el buque insignia de la danza de un país es un reto que Muriel Romero plantea acometer con determinación. Por lo pronto, ya se ha anunciado una audición abierta para escoger las y los bailarines que la acompañarán en la travesía. Deseosos estamos de ver sus palabras convertidas en acción.