Música

Un copioso año de grabaciones

19 diciembre, 1999 01:00

Pese a la siempre comentada crisis de la industria discográfica, lo cierto es que, temporada tras temporada, los anaqueles se pueblan de nuevas grabaciones que se mezclan con las músicas y las interpretaciones de siempre o de casi siempre. El fin de año proporciona, a la hora de hacer un mínimo balance de lo que han sido los doce meses precedentes, una copiosa información. EL CULTURAL ha realizado esta selección para ayudar a sus lectores a regalar los mejores discos en estas Navidades.

EI plantel de compactos que merecen estar en un hipotético cuadro de honor es enorme. Para ofrecer a ustedes, amigos lectores aficionados, la selección que sigue -de notable y lógica subjetividad-, y que dividimos por géneros (documentos históricos, ópera, música sinfónica, de cámara, etc.), el firmante se las ha visto y deseado; aunque siempre haya grabaciones indiscutibles en las que tirios y troyanos estamos de acuerdo.

Recuerdos

Son los que algunos sellos han dedicado o siguen dedicando a compositores e intérpretes célebres. Parece del todo punto lógico que se estén produciendo ya a distintos niveles movimientos en torno a la figura de Johann Sebastian Bach, de cuya muerte se van a cumplir en este 2000 que ahora asoma los primeros 250 años. Teldec ha comenzado ya la publicación de una integral, que recogerá en buena parte interpretaciones ya existentes. Se han editado hasta ahora seis cajas que contienen, respectivamente, cantatas religiosas (60 CD's), cantatas profanas (11 CD's) y las grandes obras corales. Músicos avezados de la talla de Hamoncourt, Leonhardt o Koopman, que figuran entre lo mejorcito y más aguerrido de las opciones de carácter filológico, están al frente. Por su parte, el sello alemán Hánssler anuncia asimismo una integral, que irá publicándose poco a poco.

Otro creador, bien distinto, que ha tenido su año en este 1999 que fenece es Francis Poulenc, el sensible e irónico compositor francés. La edición del centenario, difundida por EMI, es ejemplar y nos demuestra hasta qué punto el músico era ante todo un artista vocal. Son en total veinte discos repartidos en cuatro álbumes que recogen, en registros que se remontan hasta 1963, una amplia muestra de su producción, las dos óperas, Les mamelles de Ti'résias y Diálogos de carmelitas, en primer lugar. Los intérpretes son generalmente idóneos, tanto los vocales como los instrumentales.

En el ámbito de los maestros de la batuta destacan las publicaciones que tanto EMI como Deutsche Grammophon continúan difundiendo, con resultados sonoros magníficos en general, de Interpretaciones" -palabra que él odiaba, pero que nos sirve para entendernos- del genial y muchas veces polémico Sergiu Celibidache. Las Sinfonías de Beethoven -menos la n° 1-, y las de Brahms ocupan la mayor parte de los diez CD's editados por la primera firma, con la Filarmónica de Munich como espléndida ejecutante. De nuevo las Sinfonías de Brahms, poemas de Strauss, obras maestras de la música rusa y partituras impresionistas de Debussy y Ravel ocupan los cuatro álbumes lanzados por el sello amarillo. Son vívidas lecturas del rumano con la Radio de Stuttgart de los años 70 y 80.

ópera para todos los gustos

Si atendemos a presupuestos de total o muy grande novedad, es decir, a lo que pudiéramos considerar como rareza, debemos men cionar en primer término las grabaciones de 11 Vologeso de Jommelli, una espléndida ópera seria de 1766, dirigida con conocimiento y rigor por Frieder Bernius (Orfeo C 420 983 F); Zoraida di Granata de Donizetti, partitura de juventud (1822), que encierra insólitas bellezas, en cuidada edición de Opera Rara (ORC 17), dirigida por el camaleónico David Parry, y Der Silbersee de Kurt Weill, una jugosa parábola estrenada en 1933, que aquí está estupendamente concertada por Markus Stenz (RCA 09026 63447 2).

Si nos fijamos en grabaciones de obras más frecuentadas en escenarios o en discos, hay que dar varias palmas. Una a René Jacobs por su nueva visión, intencionada y fenomenalmente tocada y cantada -con ligeras motas-, de Cosi fan tutte, en la que se advierte un contagioso juego de sutilezas (Harmonia Mundi HMC 951663.65). Otra a Marc Minkowski, el reciente "enfant terrible" de la música barroca y clásica francesa, que ha acertado por completo en su Armide de Gluck-como en la Iphigénie en Tauride del mismo autor mostrada en un concierto en Madrid-, con un equipo conjuntado y con instrumentos de época -como Jacobs- (Archly 459 6162). Una tercera a Gabriel Garrido, el renovador de la ópera monte~ verdiana y colonial, por su Ritomo d'Ulisse in patria del compositor de Cremona, a la que presta toda esa vigorosa energía y entusiasmo que le distinguen, con su excelente Grupo Elyma (K617 K 617091/93).

Continuamos otorgando trofeos operísticos. Le toca el turno ahora a Simon Rattle, director de una reveladora interpretación del Rey Roger del polaco Szymanowski, con un gran equipo de cantantes (EMI 5 56823 2). Le sigue, también con una obra de este siglo, pero más avanzada y rompedora -una ópera- antlópera, que decía su autor-, El Gran Macabro de Ligeti, en una versión tomada en vivo en París revisada por el compositor y gobernada con gran autoridad por Esa-Pekka Salonen (Sony S2K 62312). Merece asimismo mención de honor André Previn, que ha grabado por segunda vez El niño y los sortilegios y por primera La hora española, las dos magistrales óperas cortas de Ravel, con la Sinfónica de Londres y repartos muy ajustados, y lo ha hecho con la elegancia, la exquisitez y el humor que podían esperarse (DG 457 589-2 y 457 5902).

Un aplauso para las dos rotundas versiones que Wolfgang Sawallisch grabó en su día de La mujer silenciosa y Friedenstag (Día de paz) (ópera de Baviera, 1971 y 1988) de Strauss, exhumadas ahora en CD por Orfeo (C 516 992 1) y EMI (5 56850 2). Y otro para el exultante Rodrigo de Haendel presentado por Alan Curtis y que es hoy única opción (Virgin Veritas 5458972).

Para terminar este ya extenso capítulo hagamos mención de tres publicaciones bien distintas. Por un lado la colección de óperas de Richard Strauss de Decca dirigidas por Georg Solti, que cumplimentan espléndidamente el cincuentenario de la muerte del músico bávaro. Las interpretaciones del húngaro, todas fuego y pasión, son en algunos casos de referencia (Salomé, Elektra, ambas con la majestuosa y penetrante soprano sueca Birgit Nilsson; Arabella, con la sin par Lisa della Casa, La mujer sin sombra). Por otro, la recuperación de un Ocaso de los dioses de Wagner procedente del Festival de Bayreuth de 1951-el de la reapertura-, en donde Hans Knappertsbusch, al frente de un magnífico equipo de cantantes, anunciaba sus futuros logros. Finalmente, lo que hemos de estimar una rareza española y, para ser más concretos, vasca: la ópera histórico-legendaria Leidor del tolosarra Eduardo Mocoroa. La modestia de la realización, organizada por la Fundación Leidor de Tolosa, no impide el reconocimiento (IZ 504 KD).

A toda orquesta

Brahms, Bruckner, Bartók, Shostakovich, Gerhard son, en materia de gran conjunto sinfónico, algunos de los compositores mejor servidos por el disco en este año que acaba. Del primero hay que anotar la soberbia recreación que de su Concierto n° 1 realizan Pollini y Abbado, unidos en una sola voluntad y en una sola y fabulosa energía (DG 447 041-2), interpretación en vivo con la Filarmónica de Berlín. Del segundo debemos señalar la clara, bien diseñada y firmemente construida Sinfonía n° 6 a cargo de Riccardo Chailly y el Concertgebouw (con el complemento de Cuatro lieder del arpista de Goethe-Wolf con Goerne) (Decca 458 159-2) y, en especial, la lúcida y espiritual aproximación a la n° 9 del anciano y sabio Gönter Wand, en un concierto con la Filarmónica de Berlín (RCA 74321 63244 2). Del húngaro hay que recoger la minuciosa y contundente lectura del Concierto para violín n° 2 de Gil Shaham y Pierre Boulez (DG 459 639-2). Del ruso, la selección de música de películas practicada por Chailly y su orquesta. Obras menores tocadas con perfección y ritmo contagioso (Decca 460 792-2). Por fin, del compositor nacido en Cataluña y emigrado a Inglaterra, la pulcra interpretación de su Sinfonía n° 2 y su Concierto para orquesta por Matthias Bamert y la Sinfónica de la BBC (Chandos CHAN 9694). No queremos olvidarnos de sendos álbumes con música de autores más antiguos: Haydn, de cuyas seis Sinfonías de París hace una elocuente versión Frans Bröggen (Philips 462 111-2); Chopin, cuyos sobados Conciertos para piano encuentran inesperadas nuevas luces en la meditada lectura de Krystian Zimerman, solista y director (DG 459 684-2), y Beethoven, cuyos cinco Conciertos para piano son también iluminados de otra manera por Brendel y Rattle en vigorosas y apremiantes interpretaciones (Philips 462 781-2).

El reino de la voz

Dentro de los instrumentos de hoy la primera mención va para la mezzo coloratura italiana Cecilia Bartoli. Su disco, proveniente de un concierto con el pianista Thibaudet, con páginas de distintas épocas, es portentoso por la técnica, la gracia y la facilidad (quizá no tanto por intrínseca belleza vocal) (Decca 455 871-2). La segunda cita es para Matthias Goerne, cuyo disco dedicado a Schumann (Liederkreis op. 39, 12 Gedichte op. 35) es notable por su capacidad de concentración y su riqueza expresiva: en la mejor estela de su maestro Fischer-Dieskau (Decca 460 7972). Karita Mattila se instala en el tercer lugar gracias a su disco de lieder de Strauss. La voz fresca, de afinación plausible y estilo apropiado, se funde bien con la Filarmónica de Berlín.

Meritoria, ya que no de referencia, la interpretación de las Cuatro últimas canciones (DG 445 182-2). Más que dignos los CD's protagonizados por dos sopranos líricas de gran robustez: la norteamericana Renée Fleming, con música también de Strauss, pero en este caso de ópera (Decca 466 314-2), y la francesa Véronique Gens, con arias de Mozart (Virgin 543 1927). Del túnel del tiempo debemos rescatar el fabuloso recital del bajo Ludwig Weber (Testament SBT 1171) y la apabullante demostración de Leonie Rysanek cantando los tres grandes papeles femeninos de la Elektra straussiana (Orfeo C 504991 B). Mención postrera para el disco del tenor lírico-ligero Enrique Vlana, con un repertorio donizettiano de gran dificultad. Pese a las limitaciones tímbricas, una gran proeza belcantísta (Calando).

Están ya en los plúteos sendos recitales dedicados a la Navidad. El primero está protagonizado por una de las últimas sensaciones vocales, el tenor invidente Andrea Bocelli, que canta las más famosas Ave Marías junto con conocidos villancicos con Myung-Whun Chung y la Orquesta Santa Cecilia de Roma
(Philips 462 600-2). El segundo lleva el nombre de la mezzo sueca Anne Sofie von Otter e incluye muchas piezas navideñas, entre ellas varias pertenecientes al folklore de su país (Home for Christmas, DG 459 685 2). Además, son de evidente interés los siguientes compactos: Misa Bruxellensis de Biber por Savall, la Capella Reía¡ y Le Concerts des Nations (Alia Vox Av 9808); Canciones maoríes por la soprano neozelandesa Kiri Te Kanawa (EMI 5 56828 2); arias de ópera por el imparable barítono malagueño Carlos Alvarez, con la Sinfónica de Euskadi y Mario Venzago (Claves 50-9907); Homenaje a Kraus (sus mejores arias y romanzas) (EMI 5 66070 2. 2 CDs) y Kraus inmortal (romanzas, arias y canciones) (RTVE 65116. 2 CDs). Y como coda, el anuncio de una importante primicia: la ópera La Dolores de Bretón en la flamante grabación dirigida por Ros Marbá y cantada por Domingo, Matos, Lanza y Beltrán (Decca 466 060 2. 2 CDs) Instrumental y antigua.

Además del monumental ciclo de Philips dedicado a los más grandes pianistas del siglo comenzado el pasado año, del que han aparecido tres nuevas entregas, es preciso consignar el Bach de Glenn Goulci, del que Sony publica, en 12 discos, una selección de sus históricas y revolucionarias grabaciones (SX12K 64226). Luego, el Chopin de Martha Argerich, sienpre poderosa en ese repertorio (EMI 7243 5 56805 2 5), y el de Evgeny Klssin (Baladas y otras obras, RCA 09026 63259 2). A su lado, la fenomenal recreación del Libro I de los Preludios de Debussy por Pollini 8DG 445187-2) y, en particular, la lección de Vladimir Ashkenazi tocando los 24 Preludios y fugas de Shostakovich (Decca 466 066-2). En la parcela organística hay que ocuparse del disco de Rudolph Innig tocando el Libro del Santo Sacramento, dentro de la integral de la obra de órgano de Messiaen (MDG Gold 317 0623-2). Y un compacto español, el del chelista bilbaíno Asier Polo y el pianista manchego Edelmiro Arnaltes (Canción sin palabras, RTVE Música 6511 9).

En la música antigua, de nuevo Jordi Savall, ahora con su Canto de la Sibila (de Mallorca y Valencia) (Allá Vox AV 9806), se sitúa en primer plano. Como es costumbre, el sello madrileño Glossa aporta novedades de alto interés, como los libros de madrigales de Luzzaschi (GDC 920905) y Marenzio (GDC 920906) por La Venexiana. En el sello Symphonia brinda una verdadera exhibición de buen gusto y rigor el gambista Guido Balestracci con música de Corelli (SY 98163). El Pequiem de Schútz halla referencia moderna en la interpretación de la coral Akademia y el grupo instrumental La Fenice (fierre Verany PV 799011). Rinaldo Alessandrini con su Concerto Italiano hace maravillas en su disco Le passione dell'anima, con madrigales y scherzi de Monteverdi (Opus 111 OPS 30-256), y Garrido recrea unas impresionantes Vísperas del mismo autor 8K617 K617100), mientras que William Christie y Les Arts Florissants dan una vez más en la diana con su disco de Divertissements, Airs et Concerts de Charpentier (Erato 3984-25485-2). Anotemos, por último, el gran homenaje al polifonista sevillano Francisco Guerrero, en su cuarto centenario, del Coro de la Catedral de Westminstery James O'Donnell con la Misa de la batalla escoutez (Hyperion CDA 7075).

Cámara y vanguardia

Se advierte una presencia estimulante de Brahms: Quintetos para cuerda op.11 y para clarinete y cuerda op.115 (Sabine Meyer y Cuarteto Berg, EMI 7243 5 56759.2.7); Sonatas para violonchelo (Mischa Maiski, Pavel Gllilov, DG 459 6772). Recomendables también las Sonatas para violonchelo y fortepiano de Beethoven de los historiclstas Anner Bylsma y Jos van Immerseel (Sony S2K 60761) y el estupendo disco con obras de Bartók, Prokofiev y Liszt de Martha Argerich y amigos (EMI 5 56816 2).

Para quien quiera tener una cabal imagen de lo que ha sido la música sinfónica de este siglo que concluye, puede recomendarse el amplio resumen que sobre la cuestión presenta, con el título Música orquestal del siglo XX, la firma Col Legno (8 CD's WWE 20041). De Stravinski o ¡ves a Cage; de Mahler o Bartók a Carter o Glass. Si de colecciones hablamos, ahí está la reunida por el Cuarteto Kronos en torno a 25 años de actividad (10 CD's Nonesuch 79504-2). Un disco fundamental para entender la manera de aproximarse a uno de los compositores esenciales de este siglo es el dedicado a Luigi Nono, del que se ofrece una serie de importantes obras corales, entre ellas Polifonica-Monodia-Ritmica, de 1951, y Hay que caminar soñando, de 1989. Peter Hirsch dirige a United Voices y al Ensemble United Berlin (Wergo WER 6631-2).

Un compacto que se nos antoja de obligatoria adquisición para todos los interesados en la música española de hoy es el que contiene una de las obras mayores del andaluz Francisco Guerrero Marín. Toda la vena de turbulenta poesía, todo el sentido de lo paroxístico que entrañaba su lenguaje lleno de aristas están perfectamente recogidos en la inquietante Zayín, partitura escrita entre 1983 y 1997, que reúne siete obras para cuarteto de cuerda, y que en primicia discográfica impulsada por la Junta de Andalucía interpreta de forma modélica su creador, el Cuarteto Arditti (Almaviva DS 0127).