Entre la afición y la profesión
La actividad coral es una de nuestras más ricas tradiciones. Sin embargo, tras ella se ocultan múltiples obstáculos, derivados de su propio planteamiento, a medio camino entre el amateurismo y la profesionalización. EL CULTURAL ha hablado con los responsables de algunas de las principales agrupaciones corales españolas.
El panorama coral español tiene muchos contrastes. La España verde, sobre todo Cataluña y la cornisa cantábrica, es rica en coros de aficionados: abundan los orfeones y las sociedades corales, con sus encuentros multitudinarios y sus cursos de dirección coral para cantantes inquietos. La España seca lo es también en el sentido coral. En Madrid no hay tanta abundancia de coros aficionados pero, en cambio, es la sede de los coros profesionales. Fuera de Madrid, no hay más de dos o tres, pero en la capital hoy contamos cinco: dos sinfónicos (el Nacional y el de RTVE), dos operísticos (el del Teatro de la Zarzuela y el de la Orquesta Sinfónica de Madrid) y un quinto polivalente, el de la Comunidad de Madrid, un coro pequeño que lo mismo canta Monteverdi que Puccini y que, hasta el momento, marca la pauta a los demás en cuestión de calidad.Rainer Steubing-Negenborn llegó al Coro Nacional de España en septiembre de 1995, procedente de ilustres masas corales. Hizo su carrera como director de coros de ópera y, de hecho, vino a Madrid a dirigir el Coro del Teatro Real. Pero, como esto iba para largo, se le encomendó la tarea de reconducir al Coro Nacional, que por entonces vagaba sin rumbo. Steubing es un músico apasionado por su profesión, y parece que logra transmitir esa actitud entusiasta al Coro. "No ocurre en todos los conciertos, porque no siempre tenemos la suerte de que el director de la orquesta conozca el coro y sepa cómo tratar a un colectivo tan grande. El director llega cinco días antes del concierto, cuando nosotros llevamos ya meses trabajando. él tiene que dar su toque mágico, pero la cosa sólo funciona si el coro es consciente del sentido entero de la obra, del texto y de la música, ese mensaje que hemos extraído de la partitura en el periodo de preparación. En ese sentido, el maestro Fröhbeck de Burgos tira del Coro en la misma dirección que yo. Tiene mano izquierda para despertar al grupo y sacar de él el mejor sonido".
Dimensión social
A diferencia de la música orquestal, el canto coral llega al público sin el intermedio de instrumentos. El instrumento lo lleva el cantor dentro de su cuerpo y esto añade inmediatez y verosimilitud a este tipo de música. Steubing lo sabe muy bien y es consciente de la importancia social del canto coral. "Si canta bien, si se le entiende el texto, el coro siempre transmite algo. Por eso es tan querida la Novena de Beethoven, o la Pasión de Bach. No son sólo las arias, tan bonitas, es sobre todo el coro, que representa al público, a la congregación, al pueblo. De ahí viene la atracción, el cariño que despierta el Orfeón Donostiarra. Si canta bien, el coro es un espejo en el que el público se ve a sí mismo".
Así como el Coro Nacional ha evolucionado mucho con la llegada de Steubing, el otro gran coro profesional español, el Coro de Radiotelevisión Española, no es que haya evolucionado, es que ha cambiado por completo su imagen y su sustancia. Hace tres o cuatro años, el Coro de RTVE era una masa sin forma, incapaz de cualquier gesto musical y hoy es un coro estupendo que, si tiene un buen día, es capaz de alcanzar logros musicales de relieve. El cambio le ha llegado por movimientos internos, como el cambio de titular, y por circunstancias externas, como los planes de regulación de empleo que, diseñados para todo el Ente Público de RTVE, han tenido el efecto de rejuvenecer radicalmente las voces del coro. Tiene como titular al húngaro Laszlo Heltay, un nombre prestigioso, alumno de Kodály y fundador del Coro de St. Martin in the Fields. Pero al maestro Heltay se le ve poco por aquí. Quien está día a día al frente del nuevo Coro de RTVE es su ayudante, Mariano Alfonso. "Yo trabajo muy a gusto con Heltay", dice Alfonso. "él marca las directrices, nos ponemos de acuerdo en lo que hay que trabajar y luego estamos permanentemente en contacto".
Simbiosis generacional
Además de con Heltay, Mariano Alfonso tiene que entenderse con todos los directores de orquesta que suben al podio el día del concierto, y sobre todo con Enrique García Asensio, que es el titular de la Orquesta hermana del Coro. "Con Enrique García Asensio tengo muy buena relación", dice Alfonso. "Hice la carrera de dirección con él en el Conservatorio. Luego amplié estudios con Eric Ericson, pero la base de técnica de dirección que tengo es la de él". En cuanto a la renovación del Coro, Alfonso añade más factores positivos: "En nuestro coro se está produciendo algo muy bueno: la simbiosis entre los que tienen la veteranía y conocen el repertorio y los que vienen con las voces más frescas, con más ánimo y con otra formación. La formación del cantante de hace treinta años era distinta. Antes, las buenas voces salían por sí solas. Hoy el cantante viene más preparado en todas las disciplinas: la historia de la música, las formas, hay incluso compositores e instrumentistas en el coro".
El de RTVE es un coro sinfónico, que canta casi siempre con orquesta, pero ahora, además, se le puede oír cantar a cappella y cultivar la polifonía, la música actual. Ahora puede salir a cantar en formación reducida, sin esconderse en la masa ni en la orquesta.
No hemos visto últimamente al Coro de RTVE en los escenarios teatrales y, sin embargo, hay mucha ópera en su historia. Desde su nacimiento, en 1965, participó en las temporadas de ópera que por entonces se organizaban en el Teatro de la Zarzuela. Los más antiguos aún recuerdan esas actuaciones. Existe el proyecto de hacer alguna colaboración esporádica con el Teatro Real, ha habido conversaciones con García Navarro y ya ha habido colaboraciones en conciertos sinfónicos. Mariano Alfonso encuentra que son caminos muy diferentes, la ópera y el concierto, y opina que debe existir un coro de ópera permanente en el Teatro. "Un coro que se dedique de forma estable a ello, al escenario, ir de memoria, ir vestidos, moverse, estar desperdigados, todo ello obliga al coro a cantar de otra manera y, generalmente, dependiendo de la acústica del teatro, hay que abrir un poco más la voz. Para un coro sinfónico, a medio plazo, esto puede ser perjudicial. El concierto obliga a recoger la voz, a estar más juntos. Otra cosa es un montaje operístico, digamos, cada dos o tres años. Eso puede ser una experiencia muy útil e interesante, pero siempre que se haga de manera esporádica".
Voces de ópera
Esa idea de formar un coro que se dedique de manera estable a la ópera es la que está detrás del reciente nacimiento del Coro de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Como se sabe, la Sinfónica tiene contrato para ser la orquesta estable del Teatro Real hasta el 2003 y esa perspectiva de estabilidad le ha llevado a formar en su seno un coro profesional, específicamente operístico, y a ofrecérselo al Teatro Real. El Coro, que debutó con Otello, no tiene garantizados todos esos años pero, de momento, cantará cinco títulos esta temporada y se espera que, si el Teatro queda satisfecho artística y administrativamente, se encargue de la mayor parte del trabajo en las temporadas siguientes.
Su responsable artístico es el inglés Martin Merry y el administrativo Alfonso Carraté. "La selección de voces -afirma Carraté- ha estado absolutamente enfocada hacia la ópera. Buscábamos voces más grandes, menos barrocas, menos polifónicas, menos refinadas si se quiere, pero capaces de correr por el escenario y producirse con poderío. Se ha rechazado a cantantes de gran musicalidad pero de escasa voz, o a buenos cantantes que carecían de dotes escénicas, o incluso a gente de edad. Queríamos un coro joven y de ópera. Esa especialización no nos impedirá hacer repertorio sinfónico coral, con nuestra propia orquesta o con otras, o cantar de vez en cuando polifónía, que siempre es un ejercicio bueno y necesario para la versatilidad y la flexibilidad del coro".
Además de la especialización vocal, asegura Carraté que su coro tiene la suficiente flexibilidad en cuanto a condiciones laborales como para responder a las necesidades, a veces impredecibles, del teatro. "El coro tiene un plan de trabajo continuado y hay veces que tenemos quince días seguidos sin uno solo de descanso. Esa es una de las cosas que hacen que el coro sea útil al Teatro, porque al tener una organización no funcionarial, podemos ser muy flexibles en nuestra relación y hacer que los trabajadores se adapten a las necesidades del mundo del teatro y luego tengan sus compensaciones con días de descanso, o cuando puedan ser, económicas. Otros coros que tienen reglamentos internos más rígidos, como el Nacional o el de RTVE, no podrían adaptarse así al funcionamiento de un teatro".
Por amor al arte
Jorge Culla es el director técnico de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. El Coro lo fundó Miguel Groba, que lo dirigirá todavía durante lo que queda de temporada. Pero Groba ha querido jubilarse y, a la vuelta del verano, le sustituirá un gran músico venido de Barcelona, Jordi Casas. Culla lleva dos años a la cabeza administrativa de esta institución y tiene muy claro cuál es el problema de los coros en España: "El problema es que los coros son amateur. Madrid, con cinco coros profesionales, es la gran excepción, pero fuera de Madrid están el Coro de Valencia, algunos teatros que tienen coro de ópera, como el Liceo, y poco más. Los demás, incluido el Orfeón Donostiarra, el Coro de Galicia, el Coro de Córdoba, que funciona muy bien, el de la Maestranza en Sevilla, son todos amateurs. Sus cantantes trabajan en un colegio o en un banco y ensayan a las ocho de la tarde. Aunque en algunos, como el Donostiarra, el resultado es estupendo, en absoluto amateur".
El amateurismo es un engorro como método de trabajo (hay dificultades de lectura, es difícil fijar horarios de ensayos, la plantilla es voluble), pero es una bendición como actitud musical. Culla es muy sensible a este asunto porque su coro reúne lo mejor del profesionalismo y del amateurismo. "El espíritu de la gente que está en el coro es extraordinario, de quitarse el sombrero. Luchan por el coro como si fuera una cosa personal. Cuando algo no sale, se dejan la piel porque salga. Somos un coro pequeño, de treinta y seis voces, capaz de montar cualquier repertorio y con unas especialidades muy exigentes: la polifonía y el siglo XX".
Llama la atención esta especialidad, dado que la mejor música coral española, con mucha diferencia, es la que compusieron los polifonistas del Siglo de Oro y la que han compuesto nuestros compositores del siglo XX. Y, sin embargo, pocos coros españoles pueden con este repertorio. En eso, el de la Comunidad está a la cabeza. Es polivalente y ha hecho mucho trabajo escénico, casi desde sus comienzos. últimamente ha trabajado mucho en el Teatro Real, lo que le llevó a ampliarse para títulos como Aida o Carmen. Este año abordará El caballero de la rosa y La sonámbula. Ningún coro de Madrid iguala a éste en calidad. Se le van acercando, eso sí. Gracias a Dios.