¿Quién teme a la música del siglo XX?
El disco no es más que la consecuencia documental de su último concierto de Año Nuevo. Lo llaman Concierto del milenio y está interpretado con primor. He aquí, pues, una alternativa reciente y eficacísima a los consabidos bailes de la Viena imperial. Empieza el baile con la obertura de Candide de Bernstein y se cierra con la Danza del sable de Jachaturian: fascinación infantil, previa a toda elegancia. En medio, un brillante batiburrillo: la Valse de Ravel, Circus Polka de Stravinski, el Ragtime bien temperado de Hindemith, la desmelenada Marcha de las ménades de Henze, dos marchas casi desafinadas de Kagel, las Tres naranjas de Prokofiev, el Central Park de Ives y así. Una gozada.