Image: Antoni Dvorak
Antoni Dvorak
Sinfonías núms. 6 y 8. Myung-Whun Chung
13 septiembre, 2000 02:00
¿Qué aportan estas recientes grabaciones de dos de las más populares sinfonías de Antonin Dvorak en un mercado saturado de excelentes interpretaciones? Respeto a la letra, claridad de líneas, firmeza de trazo, transparencia de contrapuntos, solidez arquitectónica, bella sonoridad (admirable, entre otros pasajes, la gran explosión orquestal del centro del Adagio de la Octava). Son algunas de las cosas que podríamos decir; y diríamos bien.
Pero también podríamos apuntar que, frente a aquellas buenas cualidades, encontramos, por ejemplo, ausencia general de eso que a veces llamamos idiomatismo en el fraseo, de matices acentuales, de servicio al canto desplegado, violentamente lírico, de las piezas, que suenan por lo común algo adustas de exposición y demasiado constreñidas en lo métrico. Ahí tenemos ese furiant de la Sexta. Chung lo dirige con vigor y convicción, pero no le da el aire balanceante idóneo que ha de combinar un metro binario con uno ternario dentro de un compás de tres tiempos.
Pero también podríamos apuntar que, frente a aquellas buenas cualidades, encontramos, por ejemplo, ausencia general de eso que a veces llamamos idiomatismo en el fraseo, de matices acentuales, de servicio al canto desplegado, violentamente lírico, de las piezas, que suenan por lo común algo adustas de exposición y demasiado constreñidas en lo métrico. Ahí tenemos ese furiant de la Sexta. Chung lo dirige con vigor y convicción, pero no le da el aire balanceante idóneo que ha de combinar un metro binario con uno ternario dentro de un compás de tres tiempos.
