Image: LOS SONIDOS DE UN SIGLO
LOS SONIDOS DE UN SIGLO
Los sonidos de un siglo
Hasta el 5 de octubre se extienden este año las Berliner Festwochen, que alcanzan ya su 50ª edición. Una programación siempre fresca, imaginativa, nada rutinaria, que combina, gracias a un importante presupuesto, obras e intérpretes de primer rango. Se han proyectado infinidad de conciertos monográficos que permiten un acercamiento, con las necesarias dosis de profundidad, a la creación contemporánea, una apuesta muy fuerte del equipo que dirige Ulrich Eckhardt; una suerte de resumen de un siglo, especificado en el lema Jahrhundertklang.
En los próximos días habrá sesiones de cámara dedicadas a Duparc (Iris Vermillion, mezzo, Axel Bauni, piano), Scelsi (Musikfabrik Nordrhein-Westfalen), Maderna (Ensemble United Berlin), Dallapiccola (Bruno Canino, piano), Nono (Cuarteto Arditti), Hába (Ensemble Aventure), Schulhoff (Linos Ensemble), Roslawez (Trío Ravinia), Lourié (Cuarteto de Leipzig), Kurtág -una obra muy significativa: Fragmentos de Kafka op. 24- (Juliane Banse, soprano, Christoph Poppen, violín), Ives (Pascal Devoyon, violín), Barber (Cuarteto Auryn), Nancarrow -sus curiosos Estudios para ejecutante de piano- (Jörgen Hocker, moderador), Carter (Camerata Varia- bile), Cage (Isao Nakamura, percusión, Kaya Han, piano), Kodály (Trío Heinrich Schiff)...
En paralelo a esta auténtica exhibición corre lo sinfónico que incluye a varias de las orquestas, solistas y directores más importantes del momento y que se mueve también, lo que indica el rigor y, ¿por qué no decirlo?, la valentía de los programadores, dentro del mismo plano temporal y siguiendo idéntico plan monográfico.
Relacionemos nombres: Nagano y Deutsches Symphonie Berlin (Berg, Stockhausen); Rattle y Filarmónica vienesa (Misa Glagolítica y Taras Bulba de Janácek); Dutoit con la Filarmónica de la ciudad (Ravel) y Nacional de Francia (Debussy); Janowski y la Sinfónica de la Radio berlinesa (Hindemith); Pletnev y Nacional de Rusia (Scriabin); Temirkanow y Filarmónica de San Petersburgo (Shostakovich); Jansons y Filarmónica de Berlín (Bartók); Cambreling y Sinfónica de la Radio de Baden-Baden y Freiburg (Henze). Gielen, apóstol de la música contemporánea, se situará ante dicha orquesta y la soprano Laura Alkin para acometer Pli selon Pli y Portrait de Mallarmé de Boulez.
Hasta el 5 de octubre se extienden este año las Berliner Festwochen, que alcanzan ya su 50ª edición. Una programación siempre fresca, imaginativa, nada rutinaria, que combina, gracias a un importante presupuesto, obras e intérpretes de primer rango. Se han proyectado infinidad de conciertos monográficos que permiten un acercamiento, con las necesarias dosis de profundidad, a la creación contemporánea, una apuesta muy fuerte del equipo que dirige Ulrich Eckhardt; una suerte de resumen de un siglo, especificado en el lema Jahrhundertklang.
En los próximos días habrá sesiones de cámara dedicadas a Duparc (Iris Vermillion, mezzo, Axel Bauni, piano), Scelsi (Musikfabrik Nordrhein-Westfalen), Maderna (Ensemble United Berlin), Dallapiccola (Bruno Canino, piano), Nono (Cuarteto Arditti), Hába (Ensemble Aventure), Schulhoff (Linos Ensemble), Roslawez (Trío Ravinia), Lourié (Cuarteto de Leipzig), Kurtág -una obra muy significativa: Fragmentos de Kafka op. 24- (Juliane Banse, soprano, Christoph Poppen, violín), Ives (Pascal Devoyon, violín), Barber (Cuarteto Auryn), Nancarrow -sus curiosos Estudios para ejecutante de piano- (Jörgen Hocker, moderador), Carter (Camerata Varia- bile), Cage (Isao Nakamura, percusión, Kaya Han, piano), Kodály (Trío Heinrich Schiff)...
En paralelo a esta auténtica exhibición corre lo sinfónico que incluye a varias de las orquestas, solistas y directores más importantes del momento y que se mueve también, lo que indica el rigor y, ¿por qué no decirlo?, la valentía de los programadores, dentro del mismo plano temporal y siguiendo idéntico plan monográfico.
Relacionemos nombres: Nagano y Deutsches Symphonie Berlin (Berg, Stockhausen); Rattle y Filarmónica vienesa (Misa Glagolítica y Taras Bulba de Janácek); Dutoit con la Filarmónica de la ciudad (Ravel) y Nacional de Francia (Debussy); Janowski y la Sinfónica de la Radio berlinesa (Hindemith); Pletnev y Nacional de Rusia (Scriabin); Temirkanow y Filarmónica de San Petersburgo (Shostakovich); Jansons y Filarmónica de Berlín (Bartók); Cambreling y Sinfónica de la Radio de Baden-Baden y Freiburg (Henze). Gielen, apóstol de la música contemporánea, se situará ante dicha orquesta y la soprano Laura Alkin para acometer Pli selon Pli y Portrait de Mallarmé de Boulez.
