Es la versión italiana de 1884 con el añadido del acto I de Fontenaibleau. Impetuosa y contrastada dirección, soberanas prestaciones de Bergonzi, Dieskau y Nicolai Ghiaurov. Magnífica alternativa, de hecho al mismo nivel, es la interpretación de Carlo Maria Giulini con una espléndida Caballé y un fogoso Domingo (EMI, 1970).