Cuatro argumentos para un éxito

Luis de Pablo es un operista de éxito. Sus tres anteriores títulos constituyen el gran cuerpo operístico de la España moderna. El estreno de Kiu (1983) demostró que la ópera en español es posible y capaz de albergar ambición estética. El viajero indiscreto (1990) y La madre invita a comer (1993) constituyen la saga del viajero, y certifican la estabilidad y amplitud del proyecto operístico.
Luis de Pablo posee un lenguaje cantable. De Pablo ha compuesto muchas obras que tienen en el lenguaje (el español y otros) su punto de partida. Desde Comentarios a dos textos de Gerardo Diego (1956) hasta Relámpagos (1996), ha ido reinventando el lenguaje y la melodía como objetos musicales. El idioma se exhibe cual gema en Viatges y flors (1984), Tarde de poetas (1986) y Cape Cod (1994), y la melodía como recurso compositivo recuperado, presente en toda su obra, alcanza altísimas cumbres en Antigua fe (1992).
La fluidez dramática parece asegurada. Por lo visto en Sevilla, donde se dio como primicia una escena, puede funcionar muy bien como pieza de teatro. Se basa en el sabio rumano Mircea Eliade (1907-1986), autoridad mundial en religiones y mitos, y también prolífico autor de ficción. Escribió medio centenar de novelas. Domnisoara Christina es de 1935.
Los intérpretes son de garantía. José Ramón Encinar, compositor de óperas él mismo y hombre de fuerte vocación teatral, ha dirigido con éxito las tres óperas anteriores del autor. Francisco Nieva, conocidísimo dramaturgo, dirigió magistralmente en la Zarzuela la segunda producción de Kiu, en 1993.