Image: En busca de la sombra

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Música

En busca de la sombra

5 diciembre, 2001 01:00

Christian Thielemann

Tiene muy buena pinta la producción de La mujer sin sombra de Richard Strauss que anuncia el Metropolitan de Nueva York para la próxima semana, en una ciudad que intenta sobreponerse al desastre del pasado 11 de septiembre. La obra, ya se sabe, es una suerte de Flauta Mágica mucho más elaborada y reflexiva, una partitura metafórica y llena de sugerencias poético-filosóficas, que requiere una gran orquesta y olbiga a un exigente reparto porque está erizada de dificultades. Se cuenta para la ocasión con excelentes mimbres, ésa es la verdad, tal y como se ha acostumbrado la ópera neoyorkina en los últimos tiempos, merced al poderío del dólar. Y es que el Met cuando se pone, lo hace a lo grande. La batuta la empuñará el director de moda, el alemán Christian Thielemann, para algunos un heredero de esas esencias germánicas de la gran tradición derivada de figuras como Knappertsbusch, Furtwängler o el mismo Karajan. Un hombre todavía joven que nos trae, aún en plena formación, un nuevo hálito, una disposición en cierto modo antigua pero que sabe a nuevo.

Sus recientes éxitos en el Festival de Bayreuth lo han convertido en el niño bonito del panorama germano y ya lo señalan con el dedo como gran protagonista de la futura Tetralogía wagneriana en la colina bávara. La escena corre a cargo de otro de los ídolos de hoy, de un todopoderoso regista, capaz de lo mejor y de lo peor; Herbert Wernicke, que puede, siempre que respete la partitura, y el mensaje profundo de la composición, realizar una estupenda labor. Se presenta en el Met. Los cantantes son de la vieja guardia, en muchos casos todavía de buen ver, pero lejos de su mejor forma: Gabrielle Schnaut (Tintorera), Hanna Schwarz (Ama), Thomas Moser (Emperador), Wolfgang Brendel (Barak)... y, una voz más reciente, más joven y más fresca, Deborah Voigt (Emperatriz), a la que escuchamos no hace mucho en un papel imposible para su físico en Madrid, el de Leonora de Fidelio de Betthoven. Pero la fiesta , desde luego, promete.

Sin embargo, no es el único título straussiano al que pueden acudir los aficionados que tengan a bien dejarse caer por la ciudad de los rascacielos. Así, flanqueando La mujer sin sombra, podrá verse una Arabella protagonizada por Renée Fleming y Barbara Bonney, con Christoph Eschenbach en el foso, en la algo añeja versión de Otto Schenk. Y como complemento, siempre se puede asistir a una Traviata, con June Anderson o una Butterfly, con Catherine Malfitano.

Arturo REVERTER



Lucia asturiana
Y sigue el lento goteo de Lucias donizettianas. Ahora le toca el turno a Oviedo, que la representa en el Campoamor desde el próximo martes, en la actual temporada de la Asociación Asturiana de Amigos de la ópera. Para el papel titular, esa mujer que zarandean unos y otros, esa cristalina sensibilidad femenina, esa enamorada hasta la locura, que ha de traslucir sus emociones a lo largo de una escritura muy rica que combina lo spianato con lo concitato y que debe reproducir sin pestañear numerosas florituras, se cuenta con María José Moreno que, in extremis, ha debido sustituir a la inicialmente prevista Giusy Devinu, operada de un pie. Su Edgardo es de nuevo Josep Bros, especializado en este cometido. Miguel ángel Zapater, un valor ya reconocido, es Raimondo y como gran novedad, Juan Jesús Rodríguez asumirá Enrico. Una buena notica porque este andaluz posee una de las pocas voces españolas auténticamente baritonales, timbrada, sólida y consistente. Habrá que seguir su trayectoria. Las funciones serán dirigidas por Ondrej Lenard en lo musical y Emilio Sagi en lo escénico.

Doble debut
Hay mucho interés en ver qué puede hacer Josep Marìa Flotats con un asunto tan espinoso, de tan difícil tratamiento como el que se desarrolla en Così fan tutte, una ópera en la que Mozart fue mucho más allá de lo que el libreto de Da Ponte parece proponer; lo que no suponía ninguna sorpresa. ¿Comedia musical?, ¿bufonería?, ¿tragedia romántica?, ¿juego especular? La obra puede enfocarse desde distintos ángulos. Flotats, que nunca ha hecho ópera, parece tener ideas claras al respecto y va más por el lado dramático, serio de la obra, que sin duda lo tiene. De momento se evade del siglo XVIII y lo trasladará al XX, cosa que también hizo en su día Peter Sellars, en su controvertido montaje. Veremos.

Jesús López Cobos -actualmente el maestro más deseado de las orquestas españolas- debuta en el Real como director de ópera representada. Su talante objetivo, su deseo de clarificar texturas, su respeto por lo escrito y su musicalidad pueden ir bien a una partitura que, también, tiene aspectos racionalistas, muy propios de la Ilustración. Es nueva producción del coliseo regio y de la ópera de Ginebra. En el reparto hay voces relevantes que a priori deben dar buen juego y vencer al menos en parte las innúmeras dificultades vocales que se plantean. Veronique Gens, lírica ancha, oscura y templada, quizá cumplimente bastantes de ellas. Ha grabado ya la ópera con buen resultado. Carmen Oprisanu, Isabel Monar, Charles Workman, Pietro Spagnoli y Alessandro Corbelli completan el equipo titular. El alternativo, compuesto de jóvenes voces españolas, tiene también buena encarnadura: María Rodríguez, Lola Casariego, Elena de la Merced, Ismael Jordi, Josep Ramòn, Carlos López. Serán diez representaciones a partir del domingo.

El panzudo en Cantabria
Nos referíamos hace poco a un Falstaff programado en Bolonia, con Michele Pertusi en el papel del gordinflón. Hoy tenemos que citar el que, a partir de mañana, va a subir al escenario del Palacio de Festivales de Santander, dentro de su VI Temporada Lírica. En este caso el simpático panzudo será incorporado por el barítono de Roveretto, Bruno Pola, nacido en 1943 y especializado en papeles bufos, con cierta trayectoria en España, aunque sin ser demasiado popular. No hay que olvidar que Falstaff tiene en el fondo muy poco de cómico. Es mucho lo que ha de decir, sugerir y, por supuesto, cantar. A su lado estarán el Ford de Carlos álvarez -que viene de afrontar un polémico Ernani en Málaga, su ciudad de nacimiento- en este caso abordando una parte que el barítono malagueño hace muy bien y que requiere una voz fime como la suya. A su lado estará un nombre en ascenso, ángeles Blancas Gulín, cuyo instrumento se ha fortalecido en los últimos años. El reparto lo completan Maite Arruabarrena, Sung Eun Kim, Mirella Caponetti y Ricardo Muñiz. En el foso, al lado de la Orquesta de Córdoba, estará el estajanovista y competente Miguel Ortega. El Coro es el llamado Lírico de Cantabria. Horacio Rodríguez de Aragón gobernará en lo escénico en esta producción procedente del Teatro Arriaga.

Rareza verdiana
Les vepres siciliennes es una gran ópera de Verdi, estrenada en París en 1855. El músico hubo de acoplarse a los dictados de la ópera, con la invasión francesa de Sicilia a finales del siglo XIII como sujeto. Pocos meses después del estreno parisino la obra se presentó en Parma y en Milán, traducida al italiano. ésta es la versión que se suele representar y la que se va a poder ver en Bilbao, bajo la dirección musical de Antonello Allemandi y escénica de Federico Tiezzi en una producción de la ópera de Roma. Entre los protagonistas, destaca Susan Neves.

Piano noruego
El pianista noruego Leif Ove Andsnes se ha convertido pasados los treinta, en una de las figuras más destacadas de su generación. El próximo martes, cerrarará el ciclo de Grandes Intérpretes de la revista Scherzo, en un concierto que supone su presentación en Madrid, aunque ya haya actuado anteriormente ante los públicos de Oviedo o Bilbao. El programa incluye, como no puede ser de otro modo, una selección de piezas de Grieg, de quien actualmente es su máximo valedor, así como creaciones de Schubert, Schumann y Liszt.