Image: Neville Marriner a los ochenta

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Música

Neville Marriner a los ochenta

22 abril, 2004 02:00

Marriner dirige a la Academy of Saint Martin in the Fields

Por estos días el director inglés Sir Neville Marriner ha cumplido unos juveniles 80 años. El público español va a poder felicitarlo los próximos lunes y martes en Madrid y el miércoles en Castellón. Con tres programas variaditos. En la capital la versión orquestada por Schünberg del Cuarteto op. 25 de Brahms y el Concierto para piano nº 1 de este compositor (con el excéntrico y magnífico Radu Lupu); obertura de Ruslan y Ludmila de Glinka, el Concierto para violonchelo de Schumann (con otro rarito, Mischa Maiski) y la Sinfonía nº 4 de Brahms (Juventudes Musicales) (ambos en el Auditorio Nacional). En la ciudad levantina se anuncian estas mismas obras, con el cambio del Concierto por la Sinfonía de Bizet.

Ocasión, pues, para reencontrarse con este muy completo músico, que actúa con la orquesta que él creara, la muy célebre de la Academy-of-Saint-Martin-in-the-Fields. Recordemos que Marriner, que nació en Lincoln el 15 de abril de 1924, fue violinista de la Philharmonia y de la Sinfónica de Londres, después de fundar, con Thurston Dart, el Jacobean Ensemble. En 1959 nació, en la capilla de Saint Martin, junto a Trafalgar Square, la agrupación que él hizo famosa. Fue una asociación la mar de productiva, que hizo posible la recuperación de músicas pretéritas, sobre todo barrocas y clásicas, en excelentes condiciones interpretativas a cargo de espléndidos y bien formados músicos. Era una época en la que otros -el mismo Dart- ya se empezaban a batir el cobre en el terreno de los instrumentos de época y de los análisis historicistas. Marriner fue, en todo caso, un servidor fidedigno de las viejas partituras a partir de un enfoque muy refrescante, limpio, sin adherencias románticas; un estilo que otorgaba especial vitalidad a los Bach, Haydn o Mozart.

Carácter comunicativo
Esta visión estaba muy en línea con el carácter del músico, abierto, comunicativo, de muy contagiosa animación. En el modo de hacer, un tanto funcional, del violinista-director influyó, no cabe duda, la personalidad de su maestro Pierre Monteux, de presupuestos estilizados, de entendimiento muy natural de los pentagramas, de aires espontáneos y de planteamientos más bien objetivos. Características que encajaban a la perfección con lo buscado y sentido por el inglés. Marriner se desligó hace años de la titularidad de la Saint-Martin -con la que nunca perdió el contacto- y se unió, sucesivamente, a la Orquesta de Cámara de Los ángeles, a la Northern Sinfonía Orchestra, a la NDR de Stuttgart y, más recientemente, a la de Cámara de Cadaqués.