Image: ONE, adiós al letargo

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Música

ONE, adiós al letargo

La Orquesta Nacional diseñada por Josep Pons comienza la temporada

30 septiembre, 2004 02:00

Josep Pons durante un concierto con la Orquesta Nacional

La Orquesta Nacional comienza este fin de semana su temporada. Se trata de la primera diseñada íntegramente por su nuevo titular, Josep Pons, y en ella se apuntan importantes novedades. El ciclo alrededor de la Viena de 1900 o los conciertos dedicados al compositor alemán Hans Werner Henze son algunas de las aportaciones que analiza El Cultural.

Por fin, tras muchísimos años, encontramos una programación en la Orquesta Nacional que, más allá de aislados hallazgos, de una buena y equilibrada construcción y de una búsqueda de novedades, aparece edificada en torno a un hilo conductor, a una nervadura básica que alimenta y sostiene al conjunto. Se nos ofrece un muestrario dotado de singular coherencia, de un toque de suave didactismo, de una voluntad de apertura a lo no trillado; que denota la mano de Josep Pons y que inaugura quizá una época provechosa en el devenir de la ONE; a la espera de cómo vayan las cosas en el ámbito de las relaciones con el INAEM y en el capítulo de la economía.

Viena 1900
Hay que referirse antes que nada a ese eje programador que da cuerpo al todo y que tiene a la Viena de 1900 como protagonista y como base para que en su torno se establezca un cuadro de lo más llamativo y prometedor. La gigantesca partitura de los Gurrelieder de Schünberg abre la singladura mañana mismo con un aceptable plantel de voces, con Charlotte Hellekant, una sueca que está dando excelentes muestras de bien hacer, Elisabeth Whitehouse y el ya algo fatigado y opaco Thomas Moser a la cabeza, con Pons al frente.

La fiesta vienesa continúa con una obra que fue revisada en la misma época, 1909-1910, la Segunda Sinfonía del maestro Mahler. Enseguida, puede que por primera vez en la ONE, la Sinfonía nº 10 del mismo autor en la orquestación de Deryck Cooke. En ese mismo contexto se instala un concierto tan bien construido como el que aloja el Preludio y muerte de Isolda de Wagner, la escena final de Salomé de Strauss (con Ana Mª Sánchez) y Erwartung de Schünberg (con la ya talludita Anja Silja). Schubert y Bruckner comparten lógicamente espacio en una sesión con sus Sinfonías incompletas, la 7 y la 9, dirigidas por Philippe Herreweghe, un barroco que está probando suerte en otros territorios. La ópera Una tragedia florentina del cuñado de Schünberg, Zemlinsky, se da la mano en otro programa con las Tres piezas de la op. 6 de Webern y Tres poemas de Miguel ángel de Wolf, precediendo a la compacta y trágica Sinfonía nº 6 de Mahler: una prueba de fuego en Madrid para el barcelonés Ernst Martínez Izquierdo. En ese flujo vienés destacaremos asimismo un concierto así de bien pensado y divertido: obertura de El murciélago de Johann Strauss hijo, selección de canciones del ciclo Des Knaben Wunderhorn de Mahler, Siete lieder de juventud de Berg y selección de La viuda alegre de Lehár.

Henze protagonista
La otra piedra angular viene constituida por los tres conciertos dedicados a Hans Werner Henze -Carta blanca a Henze-, uno de los máximos compositores vivos y que inicia una serie que tendrá otros protagonistas en temporadas venideras. El propio creador ha programado cuatro de sus obras: Concierto para violín nº 3, Sinfonía nº 5, Appasionatamente plus y el oratorio La balsa de la Medusa, que se dan la mano con partituras de Mahler, Haydn, De Pablo, Berio, Bach y Glanert, un discípulo. Y se destinan tres conciertos al IV centenario del Quijote, que tienen como base fragmentos de las respectivas óperas que sobre el caballero compusieran Cristóbal Halffter y José Luis Turina.

La temporada se cierra en junio con un buen broche: Atlántida de Manuel de Falla/Ernesto Halffter en la versión de Lucerna, dirigida por Pons, que alterna con batutas de variable rango; aparte las citadas, Fröhbeck, Ramos, Bychkov, Atherton, Rundel, Tamayo, Harth-Bedoya, Volkov, Heinrich Schiff, McCreesh (Athalía de Haendel), Ollila, Bamert, Zacharias (programa beethoveniano), Pedro Halffter y Encinar.

Resulta algo escuálida, en cambio, la nómina de estrenos absolutos: a penas dos, uno de García Román y otro de Amargós.