Image: Il burbero renace en Valencia

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Música

Il burbero renace en Valencia

14 octubre, 2004 02:00

Escena de Il burbero de buon quore. Foto: Eduardo Alapont

Este fin de semana es casi de gala para el mundo de la ópera, porque concurren dentro de nuestra geografía tres significativos títulos. Y dos de ellos se producen en Valencia. Anotemos como especial novedad, en el curso de la rica programación del Palau, la versión de concierto de Tamerlano, una de las más inspiradas óperas serias de Haendel. Vio la luz londinense en octubre de 1724 con cantantes de la talla de la soprano Francesca Cuzzoni y el castrato Senesino, dos figuras extraordinarias. A tanto no llegará esta revisión encomendada a la muy expresiva Emmanuelle Haïm, que gobierna el excelente grupo Le Concert d’Astrée. En este caso en vez de un evirado tenemos -como insatisfactoria solución de repuesto- al contratenor Bejun Mehta.

ópera significativa
La ciudad del Turia también acoge la representación de una de las óperas más significativas de Vicente Martín y Soler, aquel viajero y músico valenciano que llegó hasta Rusia y que triunfó en Viena por encima del mismísimo Mozart. La extrema habilidad en el engarce de acontecimientos dramáticos, la fácil sutura de números y la vena melódica, de corte evidentemente mediterráneo, definen sus obras escénicas y, en concreto, la que ahora -hoy, el sábado y el domingo- se presenta en el Teatro Principal: Il burbero di buon cuore (El gruñón de buen corazón). No es una exhumación, ya que esta graciosa obra bufa, con libreto de Da Ponte -sobre un texto de Goldoni-, estrenada en Viena en enero de 1786, se programó en uno de los Festivales Mozart de la revista Scherzo; pero sí se trata de una nueva producción, realizada a partir de la edición crítica de la partitura dirigida por el ICCMU y debida a Leonard J. Waissman. Dos jóvenes artistas de la localidad están al frente del proyecto: el director musical Cristóbal Soler y el de escena Tono Berti.

Por último, pero en otras latitudes, hemos de hablar, aunque sea brevemente, de otro título importante: Lohengrin, obra épica, basada en la tradición germánica, estrenada por Liszt en Weimar en agosto de 1850. El caudaloso fluir de la música requiere voces de fuste. Y las que se anuncian en estas representaciones de la ABAO, lo son a medias: Robert Dean Smith, Elena Prokina, Janice Baird y el siempre eficaz Hartmut Welker. Wolf-Dieter Hauschild dirige a la Sinfónica de Bilbao y el fantasioso Daniele Abbado controla la escena en este montaje proveniente de Bolonia, que se podrá ver en el Palacio Euskalduna en los próximos días.